1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Reportaje

Málaga: gentrificación sin disimulo

Con un salario medio 3.000 euros por debajo del español y un 15% de paro, los inquilinos de la provincia andaluza son los que mayor proporción de ingresos destinan al alquiler. En el centro de la capital, la vivienda turística supone más del 30%

Elena de Sus Málaga , 27/05/2023

<p>Las Málaga Towers, una promoción de viviendas de lujo que se construye en el litoral oeste de la ciudad, antigua zona industrial. / <strong>Foto: E.S.</strong></p>

Las Málaga Towers, una promoción de viviendas de lujo que se construye en el litoral oeste de la ciudad, antigua zona industrial. / Foto: E.S.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Málaga fue la tercera ciudad más buscada en Airbnb en 2022. La primera fue Bangkok (Tailandia) y la segunda, Sídney (Australia). En enero de este año Málaga alcanzó el primer puesto, según contó a la revista Vogue Catherine Powell, ejecutiva de la compañía. De acuerdo con el INE, la vivienda turística supone el 2,5% del total de viviendas censadas en la ciudad. Pero en algunas secciones del centro histórico, está por encima del 30%. La provincia de Málaga recibió el año pasado 12,8 millones de turistas. Fueron 270.000 menos que en 2019. Aun así, el sector batió su récord de ingresos: 17.081 millones de euros, gracias a la atracción de visitantes con “alto poder adquisitivo”. La capital también alcanzó un máximo histórico de pernoctaciones en hoteles.

Las instituciones malagueñas presumen, además, del surgimiento de un ecosistema tecnológico, una especie de pequeño Silicon Valley de la Costa del Sol, con empresas de software nativas como Freepik o Besoccer, y el desembarco de gigantes como Google (tras adquirir en 2012 la herramienta malagueña de ciberseguridad Virustotal) y Telefónica. A esto hay que añadir una masa importante de “nómadas digitales” que llegó tras la pandemia para teletrabajar en una ciudad con sol, playa, un buen aeropuerto y precios asequibles en relación a las capitales europeas de las que vienen, como París, Berlín, Ámsterdam o Dublín.

Con un salario medio de 17.400 euros anuales, más de 3.000 euros por debajo de la media española (21.500), un 15% de paro y el comercio y la hostelería como sectores con más trabajadores (el 18% y el 11% del total, respectivamente), los inquilinos de la provincia de Málaga son los que mayor proporción de sus ingresos deben destinar al pago del alquiler, según un reciente estudio de Idealista. En el año 2022 se practicaron 1.903 desahucios. El 78% fueron por impago del alquiler. Los precios en la capital crecieron casi un 15% entre 2015 y 2020. Más que en Barcelona y Madrid, a un ritmo similar al de Palma y Valencia. “Los jóvenes lo tienen difícil”, lamenta el economista de la Universidad de Málaga Ricardo Urrestarazu. “Si no tienes unos padres que te den 40.000 euros para la entrada del piso, el futuro aquí es complicado”.

El 45% de las compras de vivienda en la capital se hacen sin préstamo hipotecario

El Observatorio de Medio Ambiente Urbano del Ayuntamiento de Málaga señala en un informe reciente que el 45% de las compras de vivienda en la capital se hacen sin préstamo hipotecario. Los anuncios de venta de pisos “para invertir” se encuentran en las farolas, en los folletos y en las webs. En distintos puntos de un municipio que ya cuenta con poco suelo disponible, se construyen o se proyectan torres de viviendas de lujo. El presidente del Colegio de Arquitectos de Málaga, Francisco Sarabia, advirtió recientemente de que la oferta de vivienda nueva es de “alto standing” y “no satisface la demanda de los malagueños” si no la de inversores o particulares ricos. Sarabia calificó la situación de “tóxica”.

“La gentrificación es algo habitual en las grandes ciudades, lo hemos visto y lo sabemos, pero aquí ha sucedido en muy pocos años, y se está llevando a mucha gente por delante”, cuenta Pablo Bujalance, periodista de Málaga Hoy que refleja los cambios que vive la ciudad desde 2007 en su columna Calle Larios. “En mi barrio, la Victoria (a unos diez minutos del centro), se están reformando un montón de casas antiguas, pero todas son para uso turístico. Toda la actividad inmobiliaria va orientada a esa comunidad”.

Curro Machuca, del Sindicato de Inquilinos de Málaga, asegura que se encuentran “completamente desbordadas” ante la cantidad de casos que les llegan. Preguntado por quiénes son los perjudicados en este boom inmobiliario, identifica al menos tres grupos definidos: “Por un lado, asalariados de entre 25 y 40 años, como los profesores interinos, que llegan cada septiembre y no encuentran piso porque no lo pueden pagar. Otro perfil son los trabajadores y trabajadoras migrantes, cuyas condiciones son nefastas y sufren racismo y chantajes, y un tercer grupo es gente mayor de la ciudad con pocos recursos, que lleva muchos años de alquiler pero ahora se ve presionada por los nuevos propietarios, que en muchos casos son los herederos de los anteriores, y en otros, personas que han comprado los edificios con estos inquilinos dentro, para que se vayan y poner sus viviendas en el mercado turístico”.

Los fondos de inversión internacionales se han hecho con el 50% del mercado de la promoción inmobiliaria

Ricardo Urrestarazu es uno de los autores de un estudio en el que se destaca la presencia de fondos de inversión internacionales, sobre todo estadounidenses y británicos, en la promoción inmobiliaria de Málaga. Estos fondos se han hecho con el 50% del mercado, en parte debido al hundimiento de las empresas locales durante la crisis de 2008. “En apenas siete años, han pasado de no existir a dominar”, concluyen los autores. Es una situación rara en España. Entre las zonas más dinámicas, solo Madrid tiene una participación tan grande de los fondos internacionales en el sector. 

“Los fondos no son los causantes del aumento de los precios de la vivienda”, matiza Urrestarazu, “pero se están beneficiando de unas condiciones favorables”. Entre ellas destaca “la ausencia de políticas públicas” que pongan límites a su actividad. “En otras ciudades”, reflexiona, “al menos, se está intentando”.

Bujalance ha escrito sobre las presiones de las agencias inmobiliarias a los propietarios de viviendas en alquiler para subir los precios. “Da igual que no acudas a ellas”, dice, “si tú pones un cartel de ‘se alquila’ en el balcón ya van a empezar a llamar ahí. Y no solo quieren que trabajes con ellas, quieren garantizar que los precios van a ser altos, porque de eso depende su negocio”. De manera que si un propietario quiere mantener el precio del alquiler “moderado”, esto le va a ocasionar quebraderos de cabeza, y para lograrlo es necesario que “no se entere nadie”.

Machuca cuenta que los caseros utilizan tácticas como rechazar los pagos del inquilino cuando quieren deshacerse de él, algo a lo que “si no tienes formación jurídica, como yo hace unos años, no sabes cómo responder”. Además, identifica los contratos de corta duración como un foco de fraude y abusos que no resuelve la nueva Ley de Vivienda. Señala que en el Sindicato han ganado juicios reivindicando que algunos de esos contratos deberían ser de larga temporada y, por tanto, aplicarse todas las garantías. Desde el Sindicato realizan, junto a otras organizaciones como la PAH o Stop Desahucios, labores de defensa jurídica y también de “autoformación” y apoyo mutuo. El portavoz del Sindicato de Inquilinos explica que, según datos oficiales, en torno a un 20% de los 580.000 malagueños vive de alquiler, pero que, por su experiencia, intuye que la cifra real es mucho mayor.

Un centro que se extiende

La historia de la gentrificación en Málaga empieza, como en muchas otras ciudades, con la rehabilitación del centro histórico de la ciudad, que se emprendió en 1994. La apertura de diversos museos en la zona (Museo Picasso en 2003, Museo Carmen Thyssen en 2011, Centro Pompidou en 2015 o el malogrado Museo Ruso ese mismo año) terminó de sentar las bases para un crecimiento del turismo en la capital de la Costa del Sol, que se encontraba a la sombra de otras localidades muy populares de la provincia como Marbella o Torremolinos. 

En 2013, un informe del Observatorio de Medio Ambiente Urbano, dependiente del Ayuntamiento de Málaga, examinaba los resultados de esta renovación del centro, acometida con fondos europeos del FEDER y el FSE. Concluía que los ciudadanos estaban muy satisfechos con la rehabilitación de edificios históricos, la mejora de la estructura urbana, la ampliación de la oferta cultural o las peatonalizaciones. Incluso mencionaba un aumento de la “autoestima” de los malagueños gracias a la nueva imagen de la ciudad. Sin embargo, advertía del descontento de los vecinos del centro por el exceso de bares y restaurantes, la proliferación descontrolada de terrazas en el espacio público, el ruido y la acumulación de basuras. “En muchos proyectos no se ha tenido en cuenta a los residentes y sus necesidades y las nuevas funciones del centro histórico han ido contra la función residencial”, lamentaba el informe. 

“Primero cerraron muchos comercios”, recuerda Pablo Bujalance. “Después se tuvieron que ir los inquilinos, porque igual les subían el alquiler más de 300 euros. Y enseguida hubo problemas de habitabilidad”. Hoy en día, según datos facilitados a CTXT por AirDNA, hay más de 1.000 alojamientos turísticos anunciados en Airbnb y unos 4.200 habitantes censados en el Centro Histórico. “El centro de Málaga es una fábrica, una fábrica de turismo”, dice Curro Machuca. “Y la gente no vive en las fábricas, acude a trabajar y luego se va”.

Terrazas en la plaza de Uncibay, en el centro histórico de Málaga. / Foto: E.S.

Ahora ese centro dominado por el negocio turístico se expande. Barrios próximos que antes se consideraban diferentes, como El Perchel, han pasado a formar parte de él en el imaginario colectivo a medida que las viviendas turísticas y los bares iban multiplicándose por ellos. Las autoridades hablan abiertamente de expandir el modelo del centro a toda la ciudad. Los pisos turísticos ya brotan por todas partes, incluso en barriadas históricas algo más alejadas, como La Trinidad.

En una entrevista reciente con el periodista Jorge Pedrosa de Málaga Hoy, el alcalde del PP, Francisco de la Torre, que gobierna desde el año 2000, defiende la política de construcción de lujosas torres en distintos puntos de la ciudad con el argumento de que “las oportunidades de éxito de todas las barriadas son mayores, todo va a valer más”. Reconoce que esto es negativo para “los que no tienen vivienda” (a los cuales se debe facilitar el acceso, puntualiza), pero “los que tienen, todos se benefician de ello”. 

Bujalance señala que se está produciendo un desplazamiento importante de población local a municipios cercanos como Cártama o Alhaurín, donde los precios son algo más asequibles. Entre los que se van hay personas que trabajan en los propios sectores de la hostelería y el turismo, donde los sueldos no son altos. También comenta que, últimamente, los funcionarios de la Junta, como trabajadores sanitarios o profesores, están evitando escoger Málaga como destino, precisamente por la dificultad de encontrar vivienda en alquiler. “La única opción es compartir piso entre tres o cuatro, y aun así es un gasto”. “Los jóvenes malagueños se van”, dice Curro Machuca, “porque además, en el ámbito laboral las oportunidades también son limitadas”. 

“Una fractura social”

“El que tiene más de una vivienda está feliz. El hostelero está feliz. Quien trabaja en hostelería igual también está feliz”, valora Ricardo Urrestarazu. Sin embargo, el economista percibe el crecimiento de un descontento “no por los precios de la vivienda, sino por el nivel de saturación turística en general”. Curro Machuca habla directamente de una “fractura social cada vez más profunda entre quienes se benefician de esto y una mayoría que no”. 

Esta semana, siete asociaciones de vecinos de distintos barrios de Málaga se han unido para reivindicar medidas contra el ruido excesivo, la ocupación “agresiva” de la vía pública por las terrazas, la suciedad, la escasez de vivienda residencial asequible o la “pésima” gestión municipal de las viviendas turísticas. “No puedo vivir en mi casa, por eso estoy aquí”, declaró Francisca Ruiz, representante de los vecinos del Soho malagueño, según recogió La Opinión de Málaga. Recordó que el barrio había sido un centro de prostitución en el pasado pero afirmó que “con la prostitución vivía mucho mejor que ahora”.

El portavoz del Sindicato de Inquilinos opina que el precio de la vivienda solo es una parte de un conflicto mayor que se libra en la ciudad. Reconoce que los problemas asociados a “la vivienda vista como bien de mercado” y la turistificación son profundos y de ámbito nacional, y que la permisividad de las autoridades tampoco es exclusiva de Málaga, pero destaca que en su ciudad esta “es abierta y pública, no hay sutileza”.

Pablo Bujalance apunta que la gentrificación es una tendencia general, una especie de maldición de las ciudades exitosas de la que no se ha librado, por ejemplo, “Cádiz, donde el Ayuntamiento tiene una orientación política totalmente distinta al de Málaga”, pero le da rabia que en su ciudad “no se vea como un problema, que se venda como un éxito absoluto”. Además, señala que este discurso triunfalista tapa los muchos problemas de una localidad que “tiene una falta grave de espacios públicos y de servicios públicos, de zonas verdes, donde muchos barrios están desatendidos, donde ser un niño es duro”.

Un ejemplo de estas tensiones se encuentra en el distrito Carretera de Cádiz, una de las áreas más densamente pobladas, en el Oeste de la ciudad, donde la plataforma vecinal Bosque Urbano Málaga lucha por la creación de un parque en el último gran espacio disponible para ello, los antiguos terrenos de Repsol. El consistorio, sin embargo, ha preferido vender estos terrenos para la construcción de varias torres de viviendas de lujo. El proyecto se llama “Malaga Tree”.

La concentración de la propiedad

En total, Málaga cuenta con 7.500 alojamientos turísticos anunciados en Airbnb, según la web Inside Airbnb. El INE, con métodos similares, contabiliza más de 6.200, lo que supone un 2,5% del total de viviendas censadas en el municipio. En algunas secciones censales del centro de la ciudad, la cifra supera el 30%. En la sección donde se ubican la catedral y el Ayuntamiento, roza el 40%. Son cifras similares a las que se encuentran, por ejemplo, en el centro de Barcelona (31% en el entorno de plaça Catalunya) y superiores a las de Alicante o Palma de Mallorca.

Según los datos de Inside Airbnb, el 74% de los anuncios son de entidades que gestionan más de una propiedad. Casi el 40% de ellos pertenecen a anunciantes que mueven más de diez propiedades. Lidera el ránking la agencia iloftMalaga, con 178 viviendas. Su web ofrece pocos datos sobre la empresa, más allá de que tiene una oficina en el centro de Málaga y otra en Bélgica. Le sigue con 117 apartamentos un hombre llamado Atanas, que trabaja en la agencia Staykeepers Homes, “un grupo de personas a las que les encanta viajar y compartir sus experiencias” según los anuncios de Airbnb y “una premiada empresa proptech que ayuda a los caseros de todo el mundo a aumentar sus ingresos con alquileres de corta duración” con oficinas en Texas, Londres y Madrid, según su página web. A continuación, con 96 anuncios entre viviendas y habitaciones sueltas, está Luis Carlos, cuya descripción indica que “somos un matrimonio con un hijo. Vivimos en Alhaurín de la Torre y nos encanta viajar” y cuya marca Holidays2Malaga nos lleva a Big Family VMC, una empresa con entre 11 y 50 empleados y más de un millón de euros de facturación en 2018.

Ricardo Urrestarazu percibe una concentración creciente en el negocio de las agencias de gestión de pisos turísticos, que al principio fue “un nicho para emprendedores”, de la misma forma que la promoción inmobiliaria se está concentrando en manos de los fondos extranjeros. También observa una concentración en hostelería, con el crecimiento de cadenas como Casa Lola. En cuanto a la propiedad de la vivienda turística y en alquiler, no es fácil conseguir datos. En su experiencia con el Sindicato de Inquilinos, Curro Machuca se ha encontrado frecuentemente con “pequeños propietarios, que luego no son tan pequeños, y a lo mejor tienen seis o siete pisos” y empresas medianas que invierten las ganancias de otros negocios en el sector inmobiliario.

Ladrillo digital

¿Puede el floreciente sector de las tecnologías de la información producir un cambio de rumbo en una economía malagueña dominada por el turismo?

Urrestarazu considera que hay que distinguir entre las empresas tecnológicas que se han creado o instalado en la ciudad, que sí pueden formar parte de un cambio de modelo productivo, y los nómadas digitales que llegan para teletrabajar, pues estos se comportan como “otro tipo de turista, que no llega con intención de quedarse en la ciudad, se mueve en los mismos ambientes que los turistas y no tiene trascendencia para el tejido industrial”. Sin embargo, estima que el impulso al sector de las tecnologías de la información no dependerá solamente de la política local sino también de las decisiones a nivel nacional y europeo.

Bujalance se muestra escéptico con la posibilidad de un cambio de paradigma impulsado por estas empresas tecnológicas, pues considera que tienen como referencia “la cultura de Silicon Valley” que también está relacionada con las inversiones inmobiliarias y la gentrificación. Cita como ejemplo una noticia reciente: los empresarios Alejandro y Pablo Blanes, fundadores de Freepik, una de las principales empresas de software malagueñas, han comprado la mayor parte de un edificio emblemático en la plaza de la Constitución, en pleno centro, y planean destinarlo a apartamentos premium para viajeros de negocios.

--------

Nota: en una versión anterior de este artículo se afirmaba que hay más viviendas turísticas que habitantes censados en el centro de Málaga. Este dato no ha podido ser confirmado y es probable que venga de una confusión entre el distrito Centro y el barrio Centro Histórico.

Málaga fue la tercera ciudad más buscada en Airbnb en 2022. La primera fue Bangkok (Tailandia) y la segunda, Sídney (Australia). En enero de este año Málaga alcanzó el primer puesto,

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Elena de Sus

Es periodista, de Huesca, y forma parte de la redacción de CTXT.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí