1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

PERE AZNAR / CÓMICO, AUTOR DE ‘BEBER’

“Quienes tenemos tendencia a sentirnos solos hacemos lo que sea para frenar esa sensación”

Gerardo Tecé 22/04/2023

<p>Pere Aznar.</p>

Pere Aznar.

Cedida por el entrevistado

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El 21 de septiembre de 2021 sucedió algo en televisión. Un guionista y colaborador del programa Late Motiv, de Andreu Buenafuente, salió al escenario con un monólogo en el que le contaba a Andreu –y de paso a lo que un concursante de Gran Hermano llamaría España– que era alcohólico, que llevaba 68 días sin beber. Ninguno de los que entonces trabajábamos en aquel programa –tampoco el propio Andreu– teníamos ni idea de que aquello iba a suceder. Porque no se lo dijo a nadie y porque, a pesar de llevar varias temporadas pasando horas y horas junto a aquel tipo trabajador y propietario de un cerebro brillante, generoso y rápido, ninguno sabíamos que Pere tenía un problema, ninguno sabíamos que en todo momento sentía unas ganas horribles de beber.

A las ocho de la mañana, frente al espejo del baño de un tanatorio en un pueblo perdido de Castilla-La Mancha de cuyo nombre no quiere –o quizá no puede– acordarse, Pere Aznar (Valencia, 1981), aún borracho de la noche anterior, se derrumbó tras descubrirse a sí mismo preguntándose si habría algún bar abierto a aquella hora y en aquel lugar al que había acudido para despedir a un amigo recién fallecido. Tiempo después de aquella escena –en la que Pere siempre subraya por deformación profesional que mientras su momento catártico sucedía había al lado un tío cagando fuerte porque la noche anterior había comido cordero– cristalizaría Beber (Ed.Aguilar, 2023).

Tras leer su libro le mandé un audio diciéndole que retiraba mi propuesta de entrevista porque nada de lo que hablásemos aquí aportaría un mejor enfoque, más realismo o humor que el propio libro. La historia dura y divertida de un alcohólico que llevaba dos décadas consumiendo de forma compulsiva sin que a su alrededor se activasen las alarmas. Tras mandarle aquel audio caí en algo obvio: una de las claves del libro, del problema de Pere y de los muchos problemas que todos tapamos con diferentes anestesias, es que hablamos poco de las cosas que importan.

Me pasa contigo que te tengo mucho cariño y preparando la entrevista me iba saliendo un instinto de protección con el entrevistado que no creo yo que sea bueno para mi oficio.

Entiendo el instinto y te lo agradezco, pero no te preocupes por eso. Precisamente porque el tema es delicado lo más sano y protector es hablar abiertamente.

Vale. ¿Cómo llevas la pelea por no volver a beber? ¿En qué momento estás?

El primer año fue relativamente fácil. Tiras mucho de culpa, te purgas un montón. Te sientes muy mal por las cosas que has hecho. Y pasa un día más y no bebes. Y te sientes muy bien porque lo estás consiguiendo. Pero desafortunadamente, ese tirón se agota. Esa culpa se agota una vez que tú ya has pensado como cien millones de veces en la imagen del día que abriste los regalos de Reyes con tu hija sin haber dormido esa noche. Eso se acaba y viene un proceso muy difícil, que es en el que me encuentro ahora: ser plena y absolutamente consciente de que esto no es una novedad, que es para siempre, que ya no voy a poder volver a beber nunca más. O que no debería volver a beber nunca más.

Al terminar de leer el libro, la primera conclusión que saqué me sorprendió mucho teniendo en cuenta que la bebida está presente todo el tiempo: este no va sobre el alcohol.

Yo he tenido muchas amistades, pero el 90% estaban basadas en tener un vaso en la mano

Claro. No es tanto un libro sobre alcoholismo, que también, sino de otras cosas. Hay cosas mucho más complejas que son las que te llevan a beber, pero que no se curan por el simple hecho de dejar de beber. Va de lo importante que es recibir un afecto bueno en tu infancia y de cómo eso configura tu programación cerebral, tu personalidad, inseguridades, miedos, soledades. Yo, por el trabajo de mi padre, viví en muchísimas ciudades distintas cuando era niño y eso hizo que mi cerebro se acostumbrase a la soledad. Luego la vida avanza y acabas siendo tú el padre. Y te preguntas qué tipo de papá vas a ser. ¿Cómo vas a gestionar tus emociones y las de las personas que dependen de ti? Yo creo que de eso va el libro. También de lo difícil que es profundizar con los amigos, de la sensación de no tener amigos de verdad con los que uno se pueda desnudar emocionalmente. Yo he tenido muchas amistades, pero el 90% estaban basadas en tener un vaso en la mano. He tenido pocos amigos de sentarme en un parque a charlar durante dos horas. Eso también es bastante potente, porque cuando no lo tienes, lo tapas con otras cosas. Y va de la forma de vida que tenemos y que nos impide pararnos a gestionar nuestras emociones. La sociedad no nos da el tiempo necesario para estar con nosotros mismos y nosotros tampoco lo queremos porque nos da miedo estar con nosotros mismos sin ningún estímulo. No te permites a ti mismo decir hostia, voy a pararme a pensar que ahora mismo me siento inseguro, no lo he hecho bien, tengo ansiedad, no sé qué va a pasar en el futuro. Da miedo, así que lo tapas como sea. Con una adicción al alcohol, una maratón de series, porno, con lo que sea que evite que estés cinco minutos diciendo esta es la vida que yo tengo, este soy yo. Hay una entrevista muy guapa que le hacen a John Lennon justo después de morir Janis Joplin. Dice que le da mucha pena que se haya muerto en esas circunstancias, pero que la pena no le viene de que ella fuera adicta a nada, sino de vivir en un mundo que no te permite ser como eres, y como no te permite ser como eres, te tienes que anestesiar. Pues eso que decía Lennon es la clave: las personas que somos un poco más vulnerables o tenemos más tendencia a sentirnos solas, hacemos lo que sea para frenar esa sensación, porque es abrumadora.

La última vez que estuvimos juntos en Sevilla me contaste que para no beber te estaba ayudando mucho caminar. Te recomendé pillar un taxi de vuelta porque tu hotel estaba lejísimos y tú me dijiste: ¿Está muy lejos? Perfecto, me voy andando.

Sí. Es que sustituí la adicción al alcohol por la adicción a pegarme unos pateos horrorosos. No te das cuenta. Yendo a terapia lo descubrí. En realidad, tienes una personalidad adictiva porque lo que no puedes es estar contigo mismo y lo que haces es tapar eso como sea. Buscas otra cosa de manera inconsciente. Y lo mío era caminar, pero hasta un punto que, si yo llegaba a las once de la noche y solo había hecho 15.000 pasos, me bajaba la calle hasta llegar a los 25.000 dando vueltas a la manzana. Si no, no podía dormir. ¿Es más sano que beberse ocho copas un martes? Sí, pero el problema de fondo es el mismo.

¿Cómo se han tomado tus seres queridos este despelote público de contar tu adicción y la oscuridad que la rodea? Y, sobre todo, ¿cómo lo llevas tú?

La presentación del libro ha sido más complicada que la escritura. En el proceso de escribirlo, yo iba contando mis experiencias y reflexiones y podía sentir cierto grado de pudor, pero el pudor en la soledad de casa no es para tanto. Pero cuando se acercó la semana de publicación me empezaron a temblar las piernas, la verdad. Porque había gente de mi entorno que podía intuir cosas, pero cuando sabes que tu gente va a leer situaciones concretas que no sólo tienen que ver con escenas sórdidas, que también, sino, sobre todo, con emociones, la cosa se pone más delicada. Mi padre lo leyó y me escribió diciendo “no sé lo que siento, ya te lo diré en algún momento”. Mi madre me dijo que se lo había leído en seis horas y que le había encantado, pero que no le gustaba nada saber que su hijo había sufrido tanto y que se sentía culpable por no haberme podido ayudar.

Duro.

Sí. Pero a todas las personas que me dicen eso les respondo lo mismo: es que no puedes ayudar. No hay nada que puedas hacer cuando alguien está en esa situación. Puedes decir “hola, estoy aquí por si me necesitas”, pero si le dices a quien tiene ese problema “oye tío, para ya con esto que te estás haciendo daño”, el otro no va a parar y es probable que te mande a la mierda.

Quienes trabajábamos contigo en Late Motiv nunca nos imaginamos que aquel día saldrías al plató con aquello.

No se lo dije a nadie. Todos, incluido el propio Buenafuente, os lo encontrasteis. Si hoy lo tuviera que hacer, lo haría de otra forma.

¿De qué forma?

De otra. Todo el mundo me dice que fue muy valiente, pero yo, siendo completamente honesto contigo, no lo hice bien. No deja de ser una cosa un poco egoísta. Como soy cómico, purgo mis mierdas así. Bueno, ya, cabrón, pero es que tus mierdas nos afectan a los demás. Ese debate lo sigo teniendo. Lo valiente no es decirlo en Buenafuente. Lo valiente es decirlo a la puta cara. Lo valiente hubiera sido coger a mi expareja y haberla sentado en el sofá. Haber cogido a mi padre, a mi madre, a mi hermana, haber cogido a mis amigos y haberles dicho tíos, yo no puedo seguir así. Pero no lo hice. Estaba en ese primer momento eufórico, que no es el de ahora. Llevas 60 días sin beber, te sientes de puta madre porque lo estás haciendo genial, lo notas físicamente, es poderoso. Llevaba 27 años bebiendo y ahora, de repente, llevo 60 días sin beber. Nunca había estado tanto tiempo. Jamás. Entonces yo creo que desde esa euforia me salió así.

Antes de aquella escena en el baño del tanatorio con la que arranca el libro, ¿cuántas veces te diste cuenta de que tenías un problema de alcoholismo?

Esa pequeña conversación de tengo que dejarlo la había tenido cientos de miles de millones de veces

Muchas. Casi todas las veces. Uno a sí mismo no se llega a engañar del todo. Lo que pasa es que no te engañas durante 15 segundos. Luego te vuelves a engañar. Yo me visualizo a mí mismo en el bar de debajo de mi casa cuando mi hija ya se había dormido y yo a las nueve y media de la noche me bajaba y cuando eran las once ya llevaba cuatro copas. Un martes. Y pensaba. ¿Qué coño estás haciendo? ¿Qué coño estás haciendo aquí? Esto no puede seguir. Pero luego subes a tu casa, duermes de puta madre y te levantas bien, llevas a la niña al cole, te metes en la reunión de trabajo, lo haces bien, la recoges del cole y cumples con todo. Y en los huecos vas bebiendo. Y todo fluye. Todo está bien. Y, además, cuando bebes te sientes acompañado por el alcohol, sientes que todo va a ir bien, lo sientes en lo más profundo de tu ser. Entonces esa pequeña conversación de tengo que dejarlo la había tenido cientos de miles de millones de veces, pero cientos. Pero duraba muy poco. Y el día del tanatorio la tuve cinco segundos más de lo debido. Y seguramente influyó el contexto. Se te acaba de morir un amigo. Estás ahí, no te atreves a entrar a verlo, vas pedo de la noche anterior y estás buscando un bar a las ocho de la mañana en una mierda de pueblo y te miras al espejo. Hasta que no hay algo que hace clic, es muy difícil.

Escuché la entrevista que te hicieron tus compañeros del A Vivir en la SER. Javier Del Pino te decía que nunca se había dado cuenta de tu problema a pesar de haber hecho viajes juntos con la emisora. Tú respondiste que sí se habían dado cuenta, pero que quizá no querían verlo porque es incómodo de ver.

Claro. Obviamente, a poco que te fijes… Si en lo que tú te bebes una birra yo me he tomado cuatro copas, aunque no se me note, algo me pasa. No balbuceo, no me caigo, no vomito, no la lío, pero estaba claro que algo me pasaba. Lo que pasa es que estamos en un sitio geográfico en el que eso se da por sentado. Nadie se lo plantea. Es muy difícil que tú digas que tal persona tiene un problema a no ser que lo veas meado por la calle.

¿Te está ayudando la terapia?

Iba muy bien, pero la publicación del libro me ha meneado un montón. No he vuelto a beber y las tentaciones que hay hoy son las mismas que había antes y sigo sin darles la mano. Pero sí que es verdad que antes de la publicación había encontrado una especie de momentum conmigo mismo. Había conseguido mirarme al espejo y aceptar quién soy. Porque claro, al final yo tengo 41 años y llevo desde los 13 mamando sin control. Llega un momento que no tienes ni puta idea de cómo eres. Me empezaba a caer bien y la publicación del libro me ha tocado un poco. Ahora estoy otra vez como empezando ese proceso. Me obligo a estar conmigo mismo un rato. Me voy a un parque y dejo que las cosas me atraviesen. Lo cual es jodidísimo porque dejar que las cosas te atraviesen significa decir vale, el mes que viene no sé si tengo trabajo, no sé cómo voy a pagar el alquiler, no sé si mi hija, ahora que me he separado, me va a querer… Venga, atraviesa, vamos. Y pásate media hora de angustia. Luego esa angustia se va transformando en esperanza porque el cerebro dice bueno, venga, ya está, vamos a buscar una solución. Y en esas estoy.

Hablando de conocerte a ti mismo, la parte que más me impactó del libro no tiene nada que ver con alcohol ni escenas sórdidas. Es una frase que dices hablando de los primeros años de tu vida en los que cambias de ciudad y de colegio constantemente: mi personalidad consistía en ser como hiciera falta ser. Me parece durísimo.

Es duro, sí. De repente cambiar de cole en plena Navidad es muy loco. De repente llegas en enero a un sitio nuevo en una ciudad distinta, a 600 kilómetros de la anterior y hola qué tal, me llamo Pere. Y así un montón de veces. Pero lo curioso es arrastrar eso toda tu vida y, de repente, parar en un momento dado, darte cuenta y decir con 40 años: ¿quién soy? Se supone que es el viaje que deberías haber tenido con 13. Y yo lo estoy teniendo ahora. Es un movimiento interior muy bestia porque dices: ¿cuántos disfraces me he puesto? Me he puesto tantos que ya llega un momento que no sabes si todo lo que estás haciendo forma parte de una estrategia inconsciente o realmente porque lo quieres hacer. Eso es lo verdaderamente jodido. Ahora estoy descubriendo que mi personalidad es completamente opuesta a esa especie de vaivén constante de extroversión y de ser lo que haya que ser en el momento para conectar. Soy todo lo contrario. No me gusta ser el centro de atención, no me gusta llevar la voz cantante. Es un caso muy de terapia.

¿Cómo te va en la terapia?

El primer día estuve una hora rajando neuróticamente, quiero dejar de beber, me quiero separar, una vomitada de una hora loquísima. Y cuando acabé, me dijo mi psicóloga: tenemos mucho trabajo, tú y yo vamos a vernos durante mucho tiempo y si no lo puedes pagar en algún momento, no pasa nada, sigue viniendo. Y entonces yo pensé, joder, cómo me ha tenido que ver para ofrecerme terapia gratis.

¿Se te acerca mucha gente a raíz del libro a preguntarte: a mí qué me pasa, doctor Aznar?

Ha habido gente, conocida y desconocida, que me ha dicho: creo que estoy en un punto muy parecido al tuyo, ¿qué hago? Hubo un caso que me emocionó muchísimo. Me puse a llorar como un bebé. A los dos días de hacer la entrevista en el A Vivir con Juan José Millás, me escribió un tipo por redes sociales y me dijo: “Escuché tu conversación, me removió muchas cosas que hacía mucho tiempo que alguien tenía que remover, llevo 48 horas sin beber, gracias”. Y hostia. Ahora diciéndolo me vuelvo a emocionar. Yo no tengo ese punto altruista de haberlo hecho por la gente, ni mucho menos. Pero cuando lees eso, dices: es muy bonito. O sea, es como ser yo el tanatorio de alguien.

Ser el tanatorio de alguien es, casi con total seguridad, la peor analogía que he escuchado en mi vida, Pere.

Puede ser, sí. Pero es guay pensar que esta cosa, que es como el discurso un poco Mister Wonderful de está bien que las personas que salís en la tele habléis de vuestras cosas, en realidad sea así. Yo siempre lo había visto con un poco de distancia, un poco de cinismo, pero cuando lo vives en tus propias carnes, joder, es emocionante. Para mí es duro salir en la tele o en la radio y decir que tengo un problema, pero coño, de repente un pavo de no sé dónde ha decidido dejar de beber porque me ha escuchado. Eso es de puta madre.

¿Hay algo que debería haber estado en el libro y no estuvo?

Si tuviera que volver a escribirlo, mi expareja y mi madre saldrían más y sería más justo con ellas

Pues sí. Hay dos cosas fundamentales. No me atreví a meterlas por vergüenza, la verdad. Pero te las voy a contar.

No hace falta. Si es algo que te avergüenza ya te he dicho que no quiero que esta conversación vaya de noches sórdidas.

Escúchame, joder, que no va de eso. Va del personaje de mi expareja, Paciencia, y el personaje de mi madre. Aparecen como dos figuras muy empáticas, cariñosas y amorosas. Y lo son. Pero es muy injusto que no las haya hecho partícipes del proceso del libro ni les haya dado el lugar tan importante que merecían en él. Y fue porque me daba muchísima vergüenza poner por escrito que no había sabido comunicarme con la que era mi pareja y que no había sabido compartir con ella algo tan jodido. Es una conversación que he tenido con ella ahora, afortunadamente. Le he pedido disculpas y las ha aceptado. Por algo se llama Paciencia en el libro. Si tuviera que volver a escribirlo, mi ahora expareja y mi madre saldrían más y sería más justo con ellas. Y describiría más cómo fue vivir una vida paralela, a sus espaldas, diciendo que me iba a pasear y volver con Paciencia ya dormida habiéndome comido cinco chicles para que no se me notara el olor. Lo injusto que eso fue para ella. Eso en el libro no aparece.

¿Has hablado con tu hija?

Sí. Trasladado a un lenguaje de ocho años. Ha sido ella la que me ha verbalizado cosas relacionadas con este cambio. “Antes te olía raro la boca, pero eras muy divertido, papá”. Una vez me preguntó: “¿Ya no bebes el líquido ese marrón?”. Yo le dije que estaba malito y necesitaba ese líquido, pero que ahora ya no. Le he dicho que algún día le contaré bien lo que le pasaba a papá. Y en el libro hago ese ejercicio de imaginarme cómo será esa conversación. Sé que suena muy ñoño, pero tengo la sensación de que este libro es una carta de amor a mi padre y un pedirle perdón a mi hija. Pedirle perdón porque, a lo mejor, cuando mi hija tenga 40 años, su personalidad estará influenciada por que en sus primeros tiempos de vida su papá no estaba bien. Y entonces a lo mejor eso le influirá. Y entonces, al menos, quería decirle que lo siento. Por eso la idea es que este libro lo compre muchísima gente y pagarle el psicólogo a la niña.

¿Tienes algún plan para que la palabra alcohólico no marque la larga y brillante carrera que le espera al gran cómico Pere Aznar?

Gracias por lo de gran cómico, pero yo lo que soy es un gran currante. Y de lo otro, pues sí: el segundo libro se llamará comer y el tercero follar. Ahora voy a engordar 200 kilos y luego voy a ser adicto al sexo. Va a ser como mi trilogía vital.

Jajaja. Ánimo con ese proyecto.

Gracias.

El 21 de septiembre de 2021 sucedió algo en televisión. Un guionista y colaborador del programa Late Motiv, de Andreu Buenafuente, salió al escenario con un monólogo en el que le contaba a Andreu –y de paso a lo que un concursante de Gran Hermano llamaría España– que era alcohólico, que llevaba 68 días...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Gerardo Tecé

Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. fpg999

    Me ha gustado mucho la entrevista. Enhorabuena a los dos.

    Hace 11 meses 5 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí