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RUBÉN CANO / exjugador del Atlético de Madrid

“Con el Real Madrid pasaba algo especial. Sabía que nos iban a arbitrar mal”

Ricardo Uribarri 17/03/2023

<p>Rubén Cano posa para la entrevista desde su casa en Buenos Aires. </p>

Rubén Cano posa para la entrevista desde su casa en Buenos Aires. 

cedida

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Hace varios años que no viene por Madrid, pero está deseando hacerlo porque “se siente en deuda” con el cariño que a través de las redes sociales le siguen demostrando los aficionados colchoneros que le vieron jugar y le tienen como una referencia del Atlético de Madrid. Hablamos de Rubén Cano, delantero argentino que cuenta también con la nacionalidad española gracias a su padre almeriense, circunstancia que le permitió jugar como internacional con nuestro país. El Elche lo fichó en 1974 del Atlanta bonaerense y dos años después llegó al Calderón, en donde pasó seis temporadas, disputó 204 partidos oficiales y marcó 97 goles. Después se marchó al Tenerife y al Rayo Vallecano, clubes en los que una lesión recurrente de hombro no le dejó jugar tanto como hubiera querido, hasta su retirada en 1987. Con los atléticos ganó la Liga del 77 y estuvo a punto de conseguir otra en el 81 que se escapó tras una gran polémica arbitral. Atacante de carácter, rápido, valiente, gran rematador, oportunista en el área, casó enseguida con la idiosincrasia rojiblanca, no dudando en levantar la voz cada vez que en aquellos años se sintieron perjudicados ante el gran vecino blanco. En CTXT repasamos con él su intensa relación con el Atleti, tanto dentro como fuera del campo.

¿Cómo se encuentra a sus 72 años? ¿A qué dedica su vida?

Hace seis años me operaron de un aneurisma de aorta, lo que me impidió ir a la despedida del Calderón. Me recuperé bastante bien, aunque me controlo continuamente, y en mayo del año pasado me pusieron una prótesis de cadera. Pero en general estoy bien de salud, afortunadamente. Vivo en la localidad de Lomas de Zamora, en la parte sur del Gran Buenos Aires y tengo unos pisos en propiedad alquilados, que junto con mi pensión (que no es muy alta) y la de mi mujer, nos permiten estar tranquilos.

¿Sigue teniendo relación de alguna manera con el fútbol?

Terminé muy saturado del fútbol y desde que volví a Argentina me desvinculé bastante. Incluso me vinieron a buscar los de Atlanta y les dije que no. Además, aquí en Argentina no se retransmiten los partidos de la Liga española, solo los de la Champions, así que al Atleti solo lo veo cuando juega en Europa. Sigo en contacto con mucha gente del fútbol, pero no voy a los estadios.

Terminé muy saturado del fútbol y desde que volví a Argentina me desvinculé bastante

En Madrid le siguen recordando mucho, como comprobará en sus redes sociales.

Sé que me quieren mucho. En Facebook tengo 5.000 seguidores, que es el máximo permitido, y hace años abrí una cuenta de Twitter que he empezado a utilizar ahora para tener un contacto más directo con la gente, evitando cualquier tipo de enfrentamiento y sin meterme en política.

En España estuvo en cuatro equipos, pero en el que dejó más huella fue el Atleti. 

Fue el equipo en el que más años estuve y eso influye. Estuve seis años de jugador y siempre me arrepiento de haberme ido, pero pasaron cosas raras cuando me fui. Soy hincha de todos los equipos en lo que jugué, pero me identifico como atlético y soy hincha fanático del equipo y lo sigo siempre. Dejé en el club todo lo que pude dejar y a veces más. Estando en el Atleti sufrí una lesión de hombro, en Tenerife se me volvió a salir y en el Rayo fue algo constante, tuve dos operaciones, se me salía por cualquier cosa. Ahí decidí retirarme.

En su primer año de colchonero ganaron la Liga y usted marcó 19 goles, entre ellos tres al Real Madrid, dos en el recordado 4-0 y otro en el Bernabéu que certificó el título.

Llegar al club y quedar campeón fue algo inolvidable. Tuve la suerte de hacer goles siempre contra el Madrid, anoté dos el primer partido contra ellos, así como el gol definitivo que nos hizo campeones en su campo. Después seguí haciéndoles goles, lo que pasa es que, como todos saben, sufrimos bastantes veces, no sé si fueron atracos, pero si equivocaciones en contra nuestra. Incluso hubo partidos que no pude jugar contra ellos a causa de situaciones previas. Yo creo que había equipo para haber salido campeón algún otro año, pero no pudo ser.

Famosa fue una portada donde usted se declaraba “antimadridista a muerte”. ¿De dónde le vino ese sentimiento?

Me retiré de la selección española porque me decían “indio”, era una provocación constante

Yo nunca fui anti nada. Siempre respeté al rival. Pero con el Madrid pasaba algo especial. Yo sabía que nos iban a arbitrar mal, o que iba a pasar algo raro que me impediría jugar. Una vez tenía cuatro amonestaciones y el siguiente partido era el derbi. Sabía que no podía ni mirar al árbitro, pero en una jugada que iba a sacar el portero, se ve que yo estaba medio metido dentro del área, me sacó tarjeta y no pude jugar. En otro me expulsaron antes también de jugar con ellos. No me puedo olvidar de la semifinal de la Copa del 79 en el Bernabéu, donde nos robaron. A mí me hicieron un penalti clarísimo y nos anularon dos goles, uno a Leivinha, algo dudoso de fuera de juego, y otro a Arteche, que era imposible de anular, con Benito debajo del travesaño. Nos fuimos a la tanda de penaltis y con la moral que teníamos por el piso nos eliminaron. Fue muy escandaloso, porque era muy descarado cómo nos arbitraban. Uno, cuando está dentro de la cancha, ve como tratan al contrario y como te tratan a ti, el tipo de conversación que tiene el árbitro con uno y con otro. En el Calderón, al poco de empezar, Del Bosque me dio un codazo, le seguí en una jugada para intentar quitarle el balón desde atrás, se ve que le pegué a él y me sacaron la roja directa. Ese tipo de cosas, esas injusticias, hace que uno reaccione y tenga bronca. Yo me retiré de la selección española porque muchas veces íbamos a entrenar a la ciudad deportiva del Real Madrid los del Atleti, como Leal, Marcelino y yo, y casi no podíamos tocar la pelota, no podíamos entrenar tranquilos, porque la gente nos atacaba. A mí personalmente me decían “indio”, era una provocación constante. Todo eso lo vas acumulando y te hace ser antimadridista. Con los jugadores madridistas de la selección tenía buena relación, con Pirri, Camacho, que vivía cerca de mí. Pero la reacción de la gente era muy soberbia, muy injustificada. Eso te provoca tener bronca y hacerte anti, cuando nunca lo fui en ningún otro sitio.

Tantos años después hay quien piensa que la vida sigue igual. Esta temporada, el Atleti se ha quedado con uno menos en los tres derbis.

Vi el resumen del último partido y no entiendo que expulsara a Correa, para mí no lo era. Trató de sacarse al defensa madridista y pareció que le daba un codazo cuando no fue así y hubo un penalti a Morata que para mí es clarísimo. Todas esas cosas hacen que uno vaya tomando… pero no pasa solo conmigo. A cualquier jugador que haya jugado en el Atlético de Madrid, si le puedes preguntar, va a decir lo mismo. No tanto por el rencor mío, que es por la discriminación, cuando ellos tenían jugadores argentinos y sudamericanos en su equipo. Su ídolo máximo era argentino [Di Stefano]. No entendía la actitud, por qué “indio” y esas cosas. Eso hace que te hagas anti cuando en realidad son solo rivales. La bronca va por dentro y los que tenemos carácter y somos calentones reaccionamos muy fácilmente.

En el 81 estuvieron muy cerca de ganar la Liga, pero pasaron cosas extrañas.

La semana anterior al famoso partido en casa con el Zaragoza fuimos a la cadena SER casi a festejar el campeonato, porque faltaban 10 puntos por disputarse y sacábamos cuatro al segundo, pero Cabeza hizo ese día unas declaraciones en contra de Plaza, el presidente de los árbitros, y de la Federación, y a partir de ahí fue la hecatombe. Ya habíamos notado anteriormente algunos arbitrajes partidarios en nuestra contra, pero no sabíamos que se podía llegar a tanto. Ese día del Zaragoza me lesioné nada más empezar, yo era el jugador que más experiencia tenía, sabía cómo venía la cosa y pienso que fue perjudicial que yo me fuera porque si hubiera podido seguir jugando hubiera intentado calmar a los compañeros, que eran todos muy jovencitos. A mí me hacían bastante caso y quizá se podía haber evitado. Tuve que ver el partido desde el banquillo y observé la actitud descaradísima del árbitro. Te das cuenta con mucha facilidad cuando hay cierta parcialidad o predisposición. Ese partido era clarísimo la predisposición a perjudicarnos y sufrimos la expulsión de dos jugadores. Eso fue el final del perjuicio que ya veníamos notando. Todo el año fuimos primeros, habíamos ganado a todos, y de los últimos cinco partidos solo ganamos el último. Algo había.

Con la selección española jugó 12 partidos anotando cuatro goles. Entre ellos el del triunfo en aquel partido ante Yugoslavia, llamado ‘la batalla de Belgrado’, que dio el pase al Mundial 78.

El partido fue increíble, de lo más duro que he vivido en un campo. Independientemente de las imágenes que se vieron, fue duro por las agresiones que sufrimos. Yugoslavia tenía un equipazo, nosotros también teníamos un gran equipo, pero creo que si se hubiesen dedicado solo a jugar lo habríamos pasado peor. Ellos se dedicaron más a agredirnos, a pegarnos cuando no estaba la pelota en juego. Habían dado dos días de fiesta nacional y la gente estaba bebida, no había vallas, la gente se tiraba dentro de la cancha. Fue terrible, no pudimos calentar porque se tiraban a por nosotros, tuvimos que hacerlo dentro. Fue realmente una batalla. El recibimiento que tuvimos en España fue impresionante.

Usted llegó con Calderón, que no tenía nada que ver con los dos presidentes con los que luego tuvo relación, Cabeza y Gil.

Vicente Calderón era un señor. Con Cabeza nos llevábamos muy bien, nos trataba muy bien. Lo que pasa es que era un hombre que decía las cosas que sentía y eso perjudica, es algo que molesta e hizo que nos quitaran la Liga. Era un personaje a nivel público pero dentro del equipo era una persona muy querida por los jugadores, muy respetada. El problema que tenía era con la prensa y el exterior. Cuando falleció Vicente Calderón y convocaron las elecciones me llamó Jesús Gil. Yo le conocía de cuando realizábamos la pretemporada en Los Ángeles de San Rafael y nos contrató a varios jugadores para hacerle una publicidad de los chalets que vendía. Cuando se presentó a presidente del club me llamó y me dijo que si quería colaborar. Justo coincidió que dejé de jugar con el Rayo y me retiré. Con él viví momentos muy buenos y momentos muy amargos. Estuve de secretario técnico del club, pero la forma de actuar suya sobrepasaba mis límites. Era muy difícil llevarse con él. Nunca tuve contrato, le dije: “El día que quieras que me vaya, me voy”. Me fui dos veces y volví porque me adoraba. Tenía mucha personalidad, era muy locuaz, se metía con los árbitros, con los periodistas y eso perjudicaba a la entidad. No hacía caso a nadie, ni siquiera a sus hijos, pero como yo era el más cercano a él me llevaba las broncas de los demás. En el 94 le dije a su hijo Miguel Ángel, que ya estaba en el club, que me iba porque me iba a afectar a la salud.

En su época posterior de intermediario ofreció al Atleti la posibilidad de fichar a Ronaldo y como secretario técnico del club negoció con otros futbolistas famosos que finalmente no llegaron.

A Ronaldo le vi jugar con la selección absoluta brasileña con 16 años, me impresionó, se lo comenté a Jesús Gil y me dijo que negociara. Fui a Belo Horizonte por cuenta propia. Allí ya estaban representantes del PSV neerlandés negociando para ficharlo por 600 millones de pesetas. Yo sabía que el Atleti no podía pagar eso, así que le propuse al presidente del Cruzeiro comprarlo por 400 millones por el 50% del pase. Me dijo que sí. Se lo dije a Jesús y me trasladó a Miguel Ángel. Lo hablé, pero no veía claro eso del 50%, a quién le iba a pertenecer, como iba a ser legislado federativamente, no me dio una contestación y el Cruzeiro lo vendió al PSV. Si hubieran aceptado lo del porcentaje, Ronaldo podría haber ido al Atleti con absoluta seguridad. Y como secretario técnico negocié con jugadores como Klinsmann, con el que hubo un preacuerdo, pero al final él decidió irse al Inter, y con Ronald Koeman, pero no quiso venir.

Habrá sentido el reciente fallecimiento de su excompañero Marcos Alonso.

Me lleve una sorpresa terrible. No me lo podía creer porque no sabía que tenía esa enfermedad. Al llegar al Atlético se hizo muy amigo mío, compartimos habitación en las concentraciones. Cuando volvió en una segunda etapa como jugador tras estar en el Barcelona, hubo un malentendido entre él y yo porque Gil dijo que salía por las noches, se creyó que yo era el que lo seguía, y dejamos un poco la relación, pero siempre quedó el recuerdo de los años que pasamos como compañeros.

Soy un admirador de ‘El Cholo’. Cuando me marché del club, fue el año que se le fichó como jugador

Simeone acaba de batir el récord de partidos como entrenador en el Atleti. ¿Cómo valora su etapa?

Soy un admirador de ‘El Cholo’. Cuando me marché del club, fue el año que se le fichó como jugador. Era una de las contrataciones que estaban previstas hacer. Me alegré de que fichara como entrenador por el Atleti porque conocía su carácter, su forma de ser. Sabía que era una persona válida. A veces me enojo con él porque lo veo jugar defensivamente, aunque el reconocimiento por los años que lleva en el club y los resultados que ha conseguido está ahí. La historia de ‘El Cholo’ como entrenador en el club ha sido muy buena.

‘El Cholo’ ha superado recientemente en número de partidos a Luis Aragonés, al que usted conoció muy bien. ¿Qué recuerdo guarda de él?

Fue un amigo personal aparte de entrenador. Nos juntábamos a comer con Pepe Navarro. Ha sido una institución, con una personalidad increíble. Te decía las cosas de frente y el jugador no estaba acostumbrado. Te metía en su vestuario particular y te decía de todo, al igual que tú le podías decir lo que sentías, y si tenías razón te lo reconocía. Agrandaba mucho al jugador. Me acuerdo de que en una época que andábamos un poco flojos, vino a mi casa y me dijo: “Usted, que es el que más experimentado está, tiene que agarrar a los compañeros y mandarlos a la mierda”. Y yo le decía: “¿Cómo voy a mandar a la mierda a los compañeros? Luis, yo no puedo ir a pelearme con los compañeros”. Fue un fenómeno como jugador y como persona.

Hace varios años que no viene por Madrid, pero está deseando hacerlo porque “se siente en deuda” con el cariño que a través de las redes sociales le siguen demostrando los aficionados colchoneros que le vieron jugar y le tienen como una referencia del Atlético de Madrid. Hablamos de Rubén Cano, delantero...

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Autor >

Ricardo Uribarri

Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.

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