1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Edificios y paisajes

Consideraciones sobre Emilio Tuñón

Acuerdos y desacuerdos con el Premio Nacional de Arquitectura 2022

David García-Asenjo 4/12/2022

<p>Museo Helga de Alvear. Cáceres. </p>

Museo Helga de Alvear. Cáceres. 

Amores Pictures

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

John Cazale participó en solo cinco películas antes de fallecer con 42 años. Todas están consideradas obras maestras del cine, por lo que se suele decir que la filmografía de Cazale es perfecta. Las primeras cinco obras de Emilio Tuñón, en colaboración con Luis Moreno Mansilla, fueron candidatas al premio Mies van der Rohe, el principal reconocimiento europeo a una obra de arquitectura. Con la quinta, el MUSAC de León, consiguieron el galardón, 15 años después de fundar su estudio en común. Una trayectoria impecable a la que añadieron otras siete obras construidas, todas ellas con el mismo nivel de calidad. A eso se podrían sumar concursos ganados que se quedaron en el papel y algún edificio que ha permanecido inconcluso. Han recibido todo tipo de premios y reconocimientos, alguno incluso por una obra sin inaugurar, la futura Galería de las Colecciones Reales, que Moreno Mansilla no pudo ver finalizada. 

Por lo tanto, no nos podemos extrañar de que Emilio Tuñón haya sido ganador del Premio Nacional de Arquitectura 2022. Reúne las virtudes que se exigen en las bases del premio, que busca un arquitecto que haya contribuido “de forma extraordinaria al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles de la arquitectura o el urbanismo español, dentro y fuera de nuestras fronteras”. Podemos celebrar esta elección, porque además de su obra construida, Emilio Tuñón tiene una amplia carrera como docente universitario y como investigador de la disciplina. Sin embargo, también podemos señalar que su figura es prototípica del sistema arquitectónico español hasta los años previos a la crisis de 2008: fruto de un ámbito académico y profesional que venía heredado de la forma de entender la profesión en España desde los tiempos del arranque de su enseñanza reglada. 

Están ganando el Premio Nacional arquitectos que no han realizado apenas vivienda colectiva en su trayectoria

Esta circunstancia no resta valor a la trayectoria de Emilio Tuñón, pero trata de poner en contexto dónde ha puesto el foco el Premio Nacional de Arquitectura en su última etapa. Se valora una forma concreta de ejercer la arquitectura, que produce unos edificios de gran calidad y abre unas líneas de investigación interesantes que tienen continuidad en el ámbito académico. Existen otras aproximaciones a la disciplina, que se han tratado de destacar en la reciente Ley de Calidad de la Arquitectura, pero que de momento quedan fuera del máximo reconocimiento oficial. Incluso dentro de la práctica tradicional de proyecto y construcción de edificios, el Premio Nacional ha esquivado a algunos de los autores de vivienda social más interesantes de los años 50 y 60, que luego desarrollaron destacables carreras en un país que se estaba industrializando. Y lo están ganando arquitectos que no han realizado apenas vivienda colectiva en su trayectoria. En un momento en el que la vivienda es uno de los principales problemas de nuestra sociedad, la arquitectura española tiene autores y colectivos que están apostando por nuevos modelos habitacionales. Generalmente se trata de arquitectos más jóvenes que todavía pueden esperar a recibir este galardón, pero las instituciones, al elegir a los premiados, señalan también la arquitectura que se aproxima más a la estructura de sociedad que tienen como objetivo. En el caso de Emilio Tuñón es una arquitectura de gran calidad espacial, muy bien ejecutada, que genera un discurso que permite establecer un debate en torno a ella, pero que precisa de un importante desembolso económico para poder llevarse a cabo. Un tipo de arquitectura ligada al poder que no entra en conflicto con él.

Es difícil desligar la figura de Emilio Tuñón de su acción conjunta con Luis Moreno Mansilla, fallecido con 52 años en febrero de 2012, mientras participaba en un homenaje a otra brillante estrella fugaz, Enric Miralles. No es posible determinar la aportación de cada uno de ellos en las obras que realizaron, ellos mismos reivindicaban el carácter colectivo de su producción, tanto arquitectónica como intelectual. Convivieron en las aulas como alumnos y como docentes. Compartieron horas de conversación proyectando, y kilómetros de carretera desplazándose a visitar las obras,  el coche fue para ellos una prolongación del estudio, un sitio donde podían dedicarse a la reflexión. Crearon junto a Luis Rojo la “cooperativa de pensamientos” Circo, que se convirtió en una publicación periódica donde participaron muchos de sus compañeros de generación. Tuñón ha alcanzado el más alto nivel de la arquitectura española de la mano de Mansilla, por lo que se podría entender que este Premio Nacional fuera compartido, pese a los 10 años transcurridos desde su fallecimiento. Las voces de los amigos que los conocieron señalan sus distintas personalidades y la imposibilidad de discernir qué decisiones de proyecto se podría atribuir a cada uno de ellos. La primera versión del Premio Nacional, que seleccionaba un edificio concreto, y no toda una carrera, sí permitía el reconocimiento conjunto, más justo cuando se trata de un proceso colectivo como es el proyecto y construcción de una obra arquitectónica.

Tuñón ha alcanzado el más alto nivel de la arquitectura española de la mano de Mansilla, por lo que se podría entender que el premio fuera compartido, pese a los 10 años transcurridos desde su fallecimiento

Tuñón y Mansilla comenzaron a relacionarse desde los años de la universidad con los círculos más intelectualizados de la profesión. Pudieron así participar en exposiciones colectivas como “Arquitecturas Modernas 1980-82”, que destacaba el trabajo de jóvenes arquitectos, alguno de ellos próximo a la Movida madrileña, como Guillermo Pérez Villalta o Sigfrido Martín Begué. Formaron parte del consejo de redacción de la revista Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Madrid, importante plataforma de difusión y comisariado de la producción arquitectónica. Iniciaron su carrera profesional en el estudio de Rafael Moneo, del que habían sido alumnos, donde llegaron a ser colaboradores claves en algunas de las principales obras de la fértil etapa del navarro en los años 80. Intervinieron en mayor o menor medida en la estación de Atocha y el Museo Thyssen en Madrid, la fundación Pilar y Joan Miró en Palma de Mallorca, y el edificio de la Previsión Española y el aeropuerto de San Pablo en Sevilla. Se hicieron cargo del estudio mientras Moneo impartía clases en Harvard, de manera que se incorporaron a la práctica independiente más tarde que otros compañeros de generación, que también compaginaban una carrera profesional con la docencia universitaria. El reconocimiento que estos comenzaban a tener con sus proyectos no lo recibieron Tuñón y Mansilla en el despacho de Moneo. Tuvieron fricciones en el estudio por el trato que recibieron del navarro y por la tendencia de la administración a contratar de modo directo a Moneo, que no desaprovechó ninguna oportunidad para conseguir encargos a costa de arquitectos más jóvenes.

Museo de Zamora. Fotografía: Outisnn, CC BY-SA 3.0  vía Wikimedia Commons.

Mansilla y Tuñón no pudieron beneficiarse en un primer momento del crecimiento económico de la España de los años 80 y se independizaron del navarro justo antes de la crisis de 1993. Emilio Tuñón había realizado trabajos de rehabilitación al amparo de las actuaciones promovidas por Dionisio Hernández Gil en el Ministerio de Cultura. Este fue el comienzo de la recuperación de gran parte del patrimonio histórico español, introduciendo interpretaciones contemporáneas en edificios con valor patrimonial. Los procedimientos de adjudicación de dichas obras permitían que un círculo reducido de profesionales consiguiera trabajos de forma habitual, y que, bajo el amparo de la urgencia necesaria para acometer unas pequeñas obras de rehabilitación que impidieran el hundimiento de parte de un edificio, se acabara construyendo otro completamente nuevo. Emilio Tuñón participó en compañía de Pedro Iglesias en varias de estas intervenciones, mientras formaba parte del estudio de Moneo. Gracias a estos trabajos pudo optar, junto a Luis Moreno Mansilla, a una pequeña obra de emergencia en el Museo de Bellas Artes y Arqueología de Zamora, su primer edificio construido y una pequeña joya. 

Procuraron señalar que se alejaban de la influencia de su maestro Moneo mostrando interés por arquitecturas como la americana, frente a la italiana que el navarro había difundido

En este proyecto comenzaron una trayectoria que se puede explicar como un trabajo continuo en el que cada proyecto toma los aciertos y posibilidades planteados en el anterior. Frente a las referencias a la ciudad y a las arquitecturas históricas del que siguieron considerando su maestro, procuraron señalar que se alejaban de esa influencia mostrando interés por arquitecturas como la americana, frente a la italiana que Moneo había difundido. Y se aproximaron a otras disciplinas, de las que incorporaron elementos y formas de mirar al mundo. Del trabajo de Donald Judd vino un interés por la integración de su arquitectura en la ciudad desde una visión paisajística.

Una de sus estrategias de trabajo fue la definición de una serie de reglas y restricciones con las que delimitaban de forma previa las condiciones de partida del proyecto, y que serían las que les ayudarían a tomar las decisiones que configuran la obra de arquitectura. Y, en base a ellas, realizaron gran parte de sus proyectos. En el Museo de Zamora todos los lucernarios que iluminaban el interior tenían el mismo trazado geométrico. En su siguiente obra, una piscina cubierta en San Fernando de Henares, la fachada del edificio estaba construida con un único elemento, una traviesa de hormigón prefabricado, que generaba una celosía que definía todo el conjunto y que filtraba la luz del sol. En este proyecto, condicionados por la forma del solar, introdujeron una ligera deformación oblicua, que posteriormente adoptarían de forma más decidida como herramienta de generación de la geometría de proyectos más complejos. Poco a poco iba aumentando la escala de los edificios que construían. El Museo de Bellas Artes de Castellón volvía a tener una serie de lucernarios que se repetían y unas plantas sensiblemente iguales pero diferentes en cada nivel. La fachada quedaba definida por una única placa de aluminio fundido. Los acabados interiores del edificio ya se habían utilizado en Zamora y se continuarían empleando en obras posteriores. Hay que señalar que los medios con los que contaban eran acordes a la situación económica del país, en plena espiral de crecimiento impulsada por la especulación inmobiliaria. Tras un largo proceso, pudieron finalizar el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, situado sobre la antigua fábrica de El Águila. Fue el primer gran concurso que ganaron, para sorpresa de muchos de sus compañeros de escuela, derrotados. Algunos de ellos eran arquitectos de reconocido prestigio y larga trayectoria. Durante el proceso, tuvieron que modificar varias veces el uso del edificio y fueron incorporando alguna de las referencias artísticas que se cruzaban en sus investigaciones. La paleta de materiales seguía inalterable, con el hormigón blanco encofrado con tablillas como elemento principal de la estructura y de la envolvente de sus edificios. 

Galería de las Colecciones Reales, Madrid. Fotografía: Trx77, CC BY-SA 4.0 vía Wikimedia Commons.

Un trayecto aún más largo es el que sigue teniendo la Galería de las Colecciones Reales, iniciada en 1998 y con fecha prevista de finalización en 2023. Un edificio que continúa el basamento del Palacio Real en la cornisa oeste de Madrid. Tuñón y Mansilla fueron capaces de resolver la contigüidad de esa presencia patrimonial tan destacada con una sucesión de pilares de granito de distintas alturas que generan una enorme celosía que desmaterializa el gran lienzo de la fachada. El edificio se constituyó como zócalo del palacio y de la catedral para permitir la continuidad de la plaza de la Armería y no interrumpir las vistas de un espacio urbano esencial de la ciudad. En su interior, tres grandes salas que se recorren en un trayecto descendente desde la plaza de la Armería hasta los jardines del Campo del Moro. Una intervención que es más acertada en la escala lejana, posiblemente el edificio de Mansilla y Tuñón que mejor se adapte a la idea que tenían de sus arquitecturas como una serie de paisajes. 

Si la cubierta del Museo de Zamora se relacionaba con los campos castellanos, esta fachada atiende a la modulación barroca del Palacio Real. La paleta de materiales está reducida al granito, el hormigón blanco y la madera. La retícula de pilares pasará a ser el elemento que reelaborarán en los siguientes proyectos, como el Restaurante Hotel Atrio, y con ella Tuñón realizará su primera gran obra sin su compañero, el Museo Helga de Alvear en Cáceres. En el transcurso de estos proyectos, Tuñón y Mansilla tuvieron que negociar con diversos agentes y ajustar sus soluciones hasta alcanzar el consenso que permitió construir finalmente los edificios. Estas modificaciones y rectificaciones mejoraron las propuestas iniciales de los arquitectos, que fueron capaces de dar un paso atrás y decantar las soluciones hasta encontrar la adecuada.

La obra de Colecciones Reales sufrió toda una serie de paralizaciones, por lo que el espaldarazo definitivo a su carrera vino con el MUSAC de León, un fantástico proyecto en el que llevaron al máximo las restricciones autoimpuestas en el trazado del edificio. La totalidad del conjunto está definida por un rombo y un cuadrado que se ensamblan para configurar un tapiz sobre el que se desarrolla el programa del museo. Toda la estructura horizontal se resuelve con un único modelo de viga prefabricada. El sistema con el que resuelven el muro cortina que define la fachada se repite de forma continua en todo su perímetro y se modifica únicamente en la colorida plaza de acceso al museo. Recurrieron a la metáfora de la reinterpretación de una vidriera de la catedral para explicar el origen de los colores de los vidrios, y abrieron un camino en el que sus proyectos pasaban a tener su origen en una imagen previa que se trasladaba de modo casi directo a la formalización del edificio. 

Detalle de la fachada del MUSAC de León. Fotografía: Emgorio, CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.

Así surgió el nuevo ayuntamiento de Lalín, un “castro tecnológico”, para el que tomaban la geometría circular de los asentamientos galaicos. Arrancaba una nueva línea en torno al círculo y el cilindro, que tendría su continuidad en los dos grandes contratiempos de su carrera. El Museo de la Automoción para Desguaces La Torre tomaba como generador del proyecto la biela del motor de explosión, su forma cilíndrica y los elementos auxiliares. Un gran cilindro de hormigón recubierto por sillares metálicos que en realidad eran coches prensados y galvanizados. Se remitía al origen del museo en el reciclaje de vehículos del desguace contiguo. El Centro Internacional de Convenciones de Madrid surgió de la maqueta del anterior edificio. En una decisión audaz, la colocaron en vertical y apostaron por un centro de congresos en altura, cuando el resto de las propuestas del concurso se desarrollaban a nivel del suelo. Definieron así una extraña torre de forma circular y de difícil resolución, que se alejaba de la serena materialidad del resto de sus edificios. Solo se llegaron a excavar los sótanos antes de que el ayuntamiento de Madrid hiciera caja con el solar en el que se ubicaba. El Museo de la Automoción nunca tuvo licencia municipal de obras, pese a estar casi completa su estructura, y pesa sobre él una orden de derribo. El edificio era definido como sostenible y ecológico, pero estaba construido sobre un suelo no urbanizable e interrumpía el cauce de un arroyo. La misma suerte corrieron las Cúpulas de la Energía en el entorno del Soto de Garray, en Soria. Su incursión en la manipulación de la esfera, muy interesante formalmente, se quedó a medio construir en medio de pleitos sobre el proceso legal que se siguió para permitir que se levantara el complejo que pretendía llevar un campus de investigación a la España vaciada. Tres tachones en una trayectoria que parecía impecable, y que enfrentaron a Tuñón a contradicciones entre su discurso teórico y la práctica profesional. Al tiempo que en Circo publicaba un texto que citaba el “Preferiría no hacerlo” de Bartleby para hablar de huella ecológica, y de cómo el rechazo a la hiperproducción era “una estrategia con un tremendo potencial para el desarrollo de las personas, sus sociedades y su vida”, construía estas enormes moles de hormigón armado en medio del paisaje. Compañeros de generación como Iñaki Ábalos se habían aventurado con una década de adelanto en la investigación sobre la relación entre energía y arquitectura, y cuando el discurso de la disciplina se había orientado hacia estas cuestiones, camuflado de redención, pero realmente empujado por la crisis económica, Tuñón parecía incorporarse a él ligeramente desubicado por las nuevas circunstancias.

El Museo de la Automoción nunca tuvo licencia municipal de obras, pese a estar casi completa su estructura, y pesa sobre él una orden de derribo

Conviene citar al menos un aspecto de la carrera académica de Emilio Tuñón, que ayuda a explicar una forma de entender la situación de la docencia universitaria en España. Alberto Campo Baeza, ganador del Premio Nacional en 2020, fue catedrático de Proyectos Arquitectónicos con 40 años, en 1986. Emilio Tuñón lo ha sido con 58 años, tres décadas después, con mucha más obra construida y una trayectoria docente e investigadora más amplia. Comparte con Campo Baeza, y con otros arquitectos de la segunda mitad del siglo pasado, una vocación de establecer una carrera con un pie en el mundo académico y otro en el profesional. Este modelo, en el que la mentoría de un maestro permitía ingresar en la docencia e incorporarse a una dinámica laboral que se ha mantenido durante varias generaciones, ha sido en cierto modo perjudicial para la práctica profesional de la arquitectura en este país. Pero nos alejamos del hilo del texto.

Tras el fallecimiento de Luis Moreno Mansilla, Emilio Tuñón se encontraba en una posición incierta. Su maestro, Rafael Moneo, señalaba la imposibilidad de la continuidad del estudio sin la presencia de Mansilla, incluso temía un nuevo camino menos interesante. Los edificios que Tuñón ha proyectado siguen teniendo una calidad de ejecución exquisita, pero parecen encorsetados en un cierto rigor geométrico. El Museo Helga de Alvear es una inteligente operación urbana que resuelve una discontinuidad en la ciudad con un edificio de importante presencia que aloja en su interior una serie de espacios entrelazados. La solución construida por Tuñón en solitario se aleja de las formas orgánicas que había planteado junto a Mansilla, de nuevo en un largo proceso que tuvo varias versiones. Otras propuestas no parecen alcanzar esta brillantez, que por otra parte es difícil de mantener. El nivel alcanzado fue muy alto y sostenido en el tiempo, lo que debería permitirnos relajar la exigencia ante una práctica profesional admirable en muchos sentidos.

Se puede considerar que Emilio Tuñón ha abandonado la práctica conjunta con Luis Moreno Mansilla en su última obra publicada, la Casa del Ladrillo en Aravaca. Ambos contaban la anécdota de que cuando ganaron su primer concurso importante, la rehabilitación de la fábrica de cervezas Águila, otros profesores de la Escuela de Arquitectura de Madrid decían de ellos “¿Quiénes son estos, que no han puesto un ladrillo en su vida?”. Y a partir de entonces, la primera instrucción que daban en obra era no poner ladrillos. Al eliminar la primera de las restricciones que se impusieron, el vínculo que los unía parece haber desaparecido y sus caminos transitan por separado.

John Cazale participó en solo cinco películas antes de fallecer con 42 años. Todas están consideradas obras maestras del cine, por lo que se suele decir que la filmografía de Cazale es perfecta. Las primeras cinco obras de Emilio Tuñón, en colaboración con Luis Moreno Mansilla, fueron candidatas al premio Mies...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

David García-Asenjo

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí