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China

Huir del trabajo para escapar de la explotación

En octubre, cientos de empleados del gigante electrónico Foxconn saltaron las vallas de una de sus fábricas chinas, donde se encontraban confinados en una situación de aparente trabajo forzado

Asian Labour Review 24/11/2022

<p>Un letrero en un edificio de la empresa taiwanesa Foxconn, proveedora de Apple.</p>

Un letrero en un edificio de la empresa taiwanesa Foxconn, proveedora de Apple.

Puddingworld | Wikimedia Commons

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A fines de octubre, los rumores y la información sobre infecciones masivas de Covid-19 y muertes de trabajadores dentro de la megafábrica de Foxconn en la provincia china de Henan marcaron el punto de inicio de un éxodo obrero. Con miedo a infectarse y no poder abandonar las instalaciones, los trabajadores saltaron los muros y las vallas de la fábrica en un intento de escapar y volver a sus casas.

¿Por qué está sucediendo esto? ¿Por qué esta historia suena familiar en los oídos de muchas personas? ¿Cuál es el significado de este acontecimiento? La Asian Labour Review conversó con Eli Friedman, que lleva más de dos décadas investigando y escribiendo sobre los trabajadores chinos y está siguiendo de cerca el incidente de Foxconn. En esta entrevista repasa la historia de las prácticas laborales de Foxconn en China y nos cuenta por qué es importante definir este éxodo y la negación de los trabajadores a continuar sus actividades como una acción colectiva.

Las últimas semanas vimos imágenes y videos sorprendentes de trabajadores chinos que escapaban de la fábrica de Foxconn en Zhengzhou. En muchos casos el material proviene de redes sociales chinas y esto hace que sea difícil de verificar. ¿Qué podemos saber con certeza? ¿Qué sucedió dentro de la fábrica de Foxconn que hizo que los trabajadores entraran en pánico?

Sabemos que, en algún momento en octubre de 2022, hubo informes de brotes de Covid-19 en la ciudad de Zhengzhou, aunque no eran demasiado significativos. Estamos hablando de un puñado de casos en una ciudad que tiene varios millones de habitantes. Luego hubo informes de casos dentro de la fábrica de Foxconn, que tiene más de doscientos mil trabajadores.

La cosa se pone más turbia cuando llegamos a las muertes que habrían acontecido en una sala particular de la fábrica de Foxconn, que es lo que informaron las redes sociales. Estas muertes no están verificadas. Pero los videos empezaron a circular rápidamente, tanto entre las personas que estaban dentro de la fábrica de Foxconn, y que estaban muy preocupadas, como entre la población en general. La evidencia con la que contamos no indica que nadie haya muerto, pero esto no deja de ser plausible.

Esta reacción de los trabajadores responde a experiencias pasadas con la empresa, sobre todo a la reciente implementación de un sistema de gestión de circuito cerrado

Lo que sí sabemos es que los rumores generaron una reacción importante de los trabajadores que estaban dentro de la fábrica de Foxconn, y que esta reacción responde a experiencias pasadas con la empresa, sobre todo a la reciente implementación de un sistema de gestión de circuito cerrado. Esto significa que los trabajadores no son libres de salir de la fábrica, y solo pueden circular entre los dormitorios del local y los talleres.

Hubo informes de que algunas personas estaban durmiendo en los talleres y de que, si daban positivo en el test de Covid-19 o eran contactos estrechos, eran puestos en cuarentena en instalaciones que estaban en pésimas condiciones. Estas personas no tenían acceso a atención médica ni a una alimentación adecuada y, en algunos casos, a pesar de estar muy enfermas, nadie las atendía.

Haya habido muertos o no, este ambiente explica el humor de los trabajadores y el incremento de los niveles de ansiedad, miedo y hasta pánico. Esta fue la chispa que condujo a la fuga masiva.

¿Por qué este caso parece haber tenido una resonancia particular entre muchas personas que están en China y muchas que están fuera de China?

En China, por lo menos desde los confinamientos de Shanghái de 2022, la sensación es que un porcentaje cada vez más grande de chinos, sobre todo en las áreas urbanas, está empezando a enojarse con las políticas de Covid-19 y se resiste a seguirlas.

Hay que decir que las políticas de “Covid cero” están bien justificadas. La tasa de vacunación entre los ancianos y otros grupos vulnerables es relativamente baja en China. La infraestructura sanitaria no es adecuada, y la cobertura de salud de la población de trabajadores migrantes es especialmente pobre. Si tomaran la decisión que tomaron casi todos los países del mundo de dejar que el virus circule de forma más o menos libre, es probable que el resultado fuera la muerte de cientos de miles de personas.

Pero ahora que el mundo decidió seguir adelante, aun pagando el precio de muertes masivas y trágicas, es difícil que las ciudades chinas sigan viviendo en una situación en la que la vida puede ser bastante precaria. Cada vez que existe una alarma sanitaria, los habitantes no pueden salir de sus casas ni pueden ir a trabajar, y esto pone en riesgo su capacidad de sustentarse. Algunas veces estas acciones son vividas como algo más o menos arbitrario, y no necesariamente como la satisfacción del interés de la salud pública.

Las diferencias entre el confinamiento de Shanghái en abril de este año y el confinamiento inicial de Wuhan de 2020 son importantes. Cuando analizamos el confinamiento de Wuhan, notamos que contó con mucho respaldo a nivel social y con mucho compromiso y participación. Fue difícil, y parecía severo, pero la población lo apoyó. Este apoyo, pienso, terminó erosionándose dramáticamente, y el Gobierno tendrá cada vez más dificultades para generar adhesión a medidas realmente duras como las de los confinamientos recientes.

Uno de los motivos es que durante estos últimos confinamientos, los gobiernos y los empleadores exigieron que las personas siguieran trabajando. Les dicen a sus trabajadores que deben permanecer en sus puestos y trabajar a toda máquina. Pienso que el caso de Foxconn es una buena muestra: ningún lugar del mundo tiene un ritmo de producción tan rápido como el de Foxconn, sobre todo ahora que incrementaron el volumen de producción de iPhones y cosas por el estilo.

Foxconn es una empresa infame por sus niveles de explotación y por el control que tiene sobre la vida de sus empleados

Por todo esto pienso que el acontecimiento de Foxconn es una especie de forma exagerada de lo que los chinos vienen sintiendo y de su desilusión.

También hay otro motivo por el que pienso que este acontecimiento tuvo la resonancia a la que hicieron referencia en su pregunta, especialmente entre los militantes sindicales. Es la larga historia de violación de derechos laborales de Foxconn. Foxconn es una empresa infame por sus niveles de explotación y por el control que tiene sobre la vida y sobre cada uno de los movimientos de sus empleados.

Volveremos más detalladamente sobre estos mecanismos de control laboral. Pero antes nos gustaría saber de dónde viene este sistema de gestión de circuito cerrado y cómo funciona. Es un sistema que fue utilizado por otras fábricas en otras ciudades bastante tiempo antes de ser aplicado en Foxconn.

Es importante que hagamos una breve historia del sistema de circuito cerrado, y lo cierto es que esta historia empieza en Estados Unidos.

Si nos remontamos al verano y otoño de 2020, la Asociación Nacional de Basquet (NBA) creó lo que denominó la “burbuja”, que fue una campaña de la asociación para garantizar la realización de la temporada y de las finales. La NBA llevó a todos los equipos a Florida y creó un sistema en el que los jugadores no podían irse y muy pocas personas podían entrar. Los jugadores se alojaron en locales preparados por la asociación, que también garantizaba suministros médicos y alimentación. No hubo espectadores y la final fue un éxito.

La burbuja de la NBA fue adaptada a los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing. Por supuesto, tratándose en este caso del gobierno chino, las medidas fueron más duras. Y más tarde el modelo fue desplegado en distintas fábricas del país. La primera vez que fue realmente implementado a gran escala fue durante el confinamiento de Shanghái. Cuando los casos empezaron a crecer en marzo de 2022, las autoridades implementaron medidas de confinamiento que duraron todo abril y mayo.

En cierto punto de abril, el gobierno identificó 666 empresas fundamentales para el funcionamiento de la economía de Shanghái, y estas empresas implementaron el sistema de circuito cerrado y continuaron con sus operaciones.

La evidencia indica que los trabajadores podían elegir si querían entrar en el circuito cerrado. Pero la cuestión es el margen de decisión real que tiene un trabajador de cuello azul. Si no entraba, perdía el empleo. Si entraba, no estaba claro por cuánto tiempo. En un primer momento pensaron que duraría apenas dos semanas, pero en algunos casos terminó durando más de setenta días.

Entre los ejemplos notables de implementación del sistema de circuito cerrado está la gigafábrica de Tesla en Shanghái, que es la instalación productiva más grande de Tesla a nivel mundial, y también la fábrica Quanta, que suministra componentes electrónicos a Apple y a Tesla.

Algunas empresas no tienen dormitorios in situ y los trabajadores fueron obligados a dormir en el suelo de los talleres. Durante el tiempo que duró el confinamiento no podían comprar comida, y no podían abandonar la fábrica para visitar a su familia o a sus amigos. Así que toda su vida terminó encerrada entre los muros de sus espacios de trabajo.

Las medidas pretenden evitar que los trabajadores abandonen las ciudades y mantener la economía en funcionamiento, pero generan un estrés insoportable en la vida cotidiana.

La línea entre el sistema de circuito cerrado como medida supuestamente temporaria ante el Covid-19 y el trabajo forzado empezó a volverse cada vez más borrosa. ¿Es correcto aplicar la categoría de trabajo forzado en estos casos?

La evidencia que tenemos hasta ahora es incompleta. Deberíamos exigir una investigación de parte de una institución independiente para saber qué está sucediendo exactamente. Pero todo indica que hubo prácticas que entran en la categoría de trabajo forzado. Quiero decir que cuando los trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo, no salieron cómodos por la puerta principal, sino que saltaron las vallas o buscaron agujeros en los alambrados y salieron corriendo. Me parece que está bastante claro que se trata de una situación de no libertad.

Ahora bien, existen muchas causas que explican estas medidas. Una es la voluntad de conservar a los trabajadores y garantizar que cumplirán las fechas de entrega de Apple, que son increíblemente severas. Con tantos trabajadores enfermos y confinados, la intención es tener trabajadores sanos en la cadena de producción. La otra es que muchas de las responsabilidades de mantener un sistema de circuito cerrado fueron descentralizadas. Así que en realidad no es el Estado el que está implementando el sistema, sino estas empresas particulares.

Podemos pensarlo como una especie de huelga: la gente se negó a trabajar, al menos bajo esas condiciones. Y esto terminó forzando un cambio real

Por lo tanto, Foxconn es responsable de albergar, alimentar y brindar atención sanitaria a los trabajadores enfermos. Está haciéndolo a una escala bastante compleja. Ahora bien, si los trabajadores que dieron positivo escapan de la fábrica y dan comienzo a un brote fuera de las instalaciones, esto representará un problema político para Foxconn.

La buena noticia es el rechazo masivo de estas medidas. Podemos pensarlo como una especie de huelga: la gente se negó a trabajar, al menos bajo esas condiciones. Y esto terminó forzando un cambio real. A partir de entonces, Foxconn dijo “bueno, está bien, es verdad que pueden irse cuando quieran, pero si están dispuestos a quedarse, les pagaremos más”. Pienso que tenemos que estar más atentos a los modos en los que estas acciones obreras colectivas fuerzan cambios importantes y potenciales mejoras.

Nosotros venimos pensando esta cuestión de la acción colectiva en los mismos términos. La historia fue enmarcada como una fuga obrera de Foxconn, lo que no deja de ser verdad. Pero, aun si no es un caso de huelga clásica, es una instancia de negativa colectiva a trabajar.

Por supuesto, quedarse o irse es una decisión individual, pero sabemos que hubo mucho debate entre los trabajadores que escaparon, y en los videos vemos que se apoyan unos a otros en el proceso. En este sentido, es una forma de acción colectiva y de resistencia contra el capital.

No cabe duda de que es una acción colectiva. Los trabajadores estaban viviendo una situación común encerrados en los dormitorios de la fábrica. Probablemente desarrollaron, como suele observarse en cualquier acción colectiva, cierto sentido de interés común, de malestar colectivo y un curso de acción. Vemos las imágenes y los videos de estas largas filas de cientos o miles de personas caminando por las avenidas, caminando a través de los campos, intentando evitar a los trabajadores que supervisan la pandemia que intentan detenerlas.

No conozco los detalles de la organización, pero claramente tomaron decisiones colectivas. No hubo una dirección centralizada. Pero es casi seguro que los trabajadores compartieron información sobre los sitios hacia los que podían escapar. Una vez que salieron, tienen que haber tenido información sobre transporte y alimentación.

Los locales comerciales ofrecían agua y comida. Organizaron una especie de asistencia mutua para intentar ayudar a los trabajadores

Hay otro elemento importante –no sé qué alcance tuvo– y es que vimos que los locales comerciales ofrecían agua y comida. Organizaron una especie de asistencia mutua para intentar ayudar a los trabajadores. Pienso que la simpatía generalizada que los trabajadores encontraron no estuvo solo en internet, sino en la comunidad. Esto también indica que fue un proceso colectivo y que incluso las personas que no estaban directamente en las fábricas simpatizaban con los trabajadores. Es evidente que estamos ante un mini movimiento social.

Hablemos un poco sobre quiénes son y de dónde vienen estos trabajadores de la fábrica de Foxconn en Zhengzhou.

Primero deberíamos repasar brevemente los antecedentes de la expansión de Foxconn en China. Foxconn es una empresa taiwanesa. Su primera fábrica grande, que empezó a crecer a comienzos de los años 2000, estuvo en Shenzhen. En su mejor momento, la fábrica más grande de Shenzhen tenía cerca de 400.000 empleados. Pero a mediados de los años 2000, en medio de esta enorme expansión, Shenzhen empezó a experimentar escasez de trabajo.

Luego, parte de su estrategia para garantizar la producción en la escala masiva que exige Apple fue expandir algunas de sus fábricas en otras zonas del interior, incluida Zhengzhou, pero también Taiyuan y Chengdu, entre otras.

Zhengzhou es la más grande. Uno de los puntos que utilizó el gobierno de Zhengzhou para convencer a la empresa de localizar las instalaciones en la zona fue que Henan es una de las provincias más populosas (tiene más de cien millones de personas). No es una zona tan rica. En el interior de Zhengzhou viven muchas personas, y el gobierno sugirió que podían convertirse en buenos trabajadores para Foxconn.

En contraste con lo que vimos en la fábrica de Shenzhen, donde los trabajadores provenían de todas partes del país, en Zhengzhou muchos trabajadores son del interior de la provincia. No son locales en el sentido de que no son propiamente de la ciudad de Zhengzhou, pero sí vienen de las ciudades y pueblos circundantes.

Esta es una diferencia importante, y realmente significativa para comprender este acontecimiento particular de la fuga obrera. Los trabajadores emprendieron un camino realmente largo. Me llegaron informes de que había gente que planeaba caminar más o menos doscientos kilómetros. Mucha gente terminó siendo recogida por los vehículos que circulaban por la zona. Pero la idea de pasar un día o dos caminando por la ruta hasta llegar a casa era real.

En términos de la composición de la fuerza de trabajo, tuvimos acceso a informes que sugieren que tal vez el 70 o el 80% de los trabajadores de la cadena de producción de la fábrica de Foxconn en Zhengzhou son lo que solemos denominar trabajadores temporarios, es decir, que no firman contratos directamente con Foxconn, y de esta manera la empresa cuenta con una mano de obra flexible y casual.

No tengo números exactos. Supongo que Foxconn hará todo lo que esté a su alcance para evitar que estos números salgan a la luz. Según la legislación laboral china, una empresa no puede tener más del 10% de su fuerza laboral en una situación irregular. Pero hubo muchos informes de que Foxconn y otros proveedores de Apple violaban sistemáticamente estas disposiciones desde hacía años.

Un motivo es que es más barato. En estas condiciones, las empresas no pagan ningún tipo de seguro social. Otro es que esta forma de trabajo permite más flexibilidad para que Foxconn responda a las exigencias de Apple de incrementar la producción en momentos particulares del año, y minimice en el mismo movimiento los costos laborales.

Hay otra categoría de trabajadores que considero que es importante mencionar. Los estudiantes pasantes. Las empresas utilizan mucho la fuerza de trabajo de los pasantes. Los pasantes son estudiantes de escuelas técnicas y son enviados a Foxconn y a otras fábricas electrónicas. La fábrica de Foxconn en Zhengzhou viene utilizando ilegalmente el trabajo de estos pasantes desde hace más de diez años.

Muchas veces estas pasantías no tienen nada que ver con el tema de estudio de los alumnos. Pero dado que existen acuerdos entre las escuelas y las empresas, las escuelas se niegan a emitir los diplomas de los estudiantes a menos que hagan estas “prácticas” en el marco de las que reciben un salario inferior al de los trabajadores regulares y no acceden a ningún tipo de beneficio. Es evidente que estamos ante una forma, si no de trabajo forzado, sí de trabajo no totalmente libre.

Estas precisiones son muy importantes. Nos gustaría preguntarte cómo fue que Foxconn llegó a ser capaz de gestionar y controlar una fuerza de trabajo tan grande en sus fábricas. ¿Cómo lo hace?

Una de las disposiciones clave de Foxconn y de otras fábricas que operan con trabajo intensivo fue el régimen de dormitorios. Estas fábricas orientadas a la exportación albergan a los trabajadores en dormitorios in situ. Hasta cierto punto la situación cambió en la actualidad, y es menos común que hace 15 años. Pero la fábrica de Foxconn en Zhengzhou sigue aplicando esta disposición.

Puede sonar como un beneficio agradable, y puede ser útil para los trabajadores que vienen de muy lejos. Pero también es útil como una herramienta de control laboral porque es fácil supervisar a los trabajadores en estos espacios.

Otra cosa es que Foxconn es famosa por romper todas las redes sociales preexistentes con su régimen de dormitorios. Los trabajadores chinos suelen venir en grupo por medio de redes que conectan la fábrica con sus ciudades o pueblos. Estos grupos hablan dialectos similares y consecuentemente tienen un tipo de conexión social particular.

Foxconn intenta romper estos grupos a propósito, y pone a estas personas a dormir con gente desconocida que viene de otras regiones del país. La empresa no quiere que los trabajadores generen este tipo de red social que podría servirles para movilizarse en contra de los empleadores.

Cuando algo sale mal, la administración puede sacar a los trabajadores de sus dormitorios en la mitad de la noche y enviarlos a la línea de montaje

Pero lo fundamental es que el régimen de dormitorios permite movilizar la fuerza de trabajo de una manera consistente con las demandas de los clientes de Foxconn, de los cuales el principal es Apple, que durante las temporadas más agitadas imponen condiciones de trabajo intolerables.

Estas empresas exigen que la gente trabaje no solo nueve o diez horas por día, sino hasta once, doce, trece o catorce. Cuando algo sale mal, la administración puede sacar a los trabajadores de sus dormitorios en la mitad de la noche y enviarlos a la línea de montaje.

Probablemente muchos asumen que las condiciones de trabajo en China mejoraron en los últimos años, pero claramente todavía hay muchos problemas.

Pienso que no hace falta considerar toda la organización de la cadena de suministros, que se remonta hasta Apple, y que es generada por la competencia mercantil entre Apple y otras empresas electrónicas. En los últimos años observamos que, a medida que los costos laborales en China empezaron a crecer, Foxconn empezó a relocalizar sus fábricas en otras partes, como Vietnam. Hoy la empresa está en medio de una enorme expansión en la India.

Es importante analizar las cosas específicas y terribles que los empleadores hacen en Zhengzhou y en otros lugares. Pero también, si nos interesa abordar el problema seriamente en vez de simplemente contentarnos con la relocalización de los abusos laborales en otro país, tenemos que tener una perspectiva global y pensar en distintas formas de organizar la producción a nivel mundial.

Como dijiste, las fábricas de Foxconn no solo operan en China. Hace años que la empresa invierte y construye instalaciones en todo el mundo. ¿Qué sabemos de la presencia global de Foxconn y qué impacto tiene en los estándares laborales?

Foxconn no quiere quedarse quieta. Pasó de ser, hace una generación, una empresa no tan importante de Taiwán hasta convertirse en este gigante que integra la lista Fortune 500 y juega un rol clave en la producción de insumos electrónicos fundamentales.

Reconoce algunas de las limitaciones de producción que tiene en China. Pero no logrará expandirse en otros países del mismo modo en que lo hizo en el gigante asiático, donde cuenta con una escala y una eficiencia enorme, por no mencionar la represión política de la clase trabajadora de la que también supo sacar ventaja durante los últimos quince o veinte años. Foxconn simplemente no puede reproducir este modelo en Vietnam, en India, ni en ninguna parte en donde decida invertir.

No soy especialista en estos países como para decir qué tan consistentes son sus prácticas laborales en las distintas empresas. Estudié un poco la fábrica de automóviles que Foxconn tiene en Ohio, y estoy seguro de que no podrá hacer lo mismo que hace en Zhengzhou.

En primer lugar, la escala de la fábrica ni siquiera se acerca a la china, y en cuanto a albergar a los trabajadores en las instalaciones, eso es ilegal en Ohio. También enfrenta una posible amenaza de sindicalización, aunque hasta ahora las fábricas de automóviles extranjeras lograron evitar la sindicalización en los Estados Unidos.

Hubo mucha cobertura del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Es realmente difícil avanzar más allá de la especulación en cuanto a la política de las élites, que es realmente difícil de descifrar. Esto es comprensible porque no es fácil viajar a China con las restricciones del Covid-19 para observar la situación y hablar con la gente. La información que tenemos es opaca.

Así que la situación de Foxconn ofrece un tipo de ventana para comprender lo que está sucediendo. ¿Qué implicancias tiene la situación de Foxconn en nuestra comprensión del trabajo en China, y qué nos enseña sobre una posible solidaridad obrera internacionalista?

Bueno, está claro que hoy es imposible hacer investigación académica en el lugar. Las oenegés dedicadas al mundo del trabajo que solían operar difundiendo información fueron clausuradas o se les impide que realicen sus actividades cotidianas.

A riesgo de estirar demasiado la metáfora, existe también algo así como un circuito cerrado de información. Esto hace que sea muy difícil saber cuánto apoyar las acciones de los trabajadores chinos, o hasta qué punto manifestar solidaridad.

El acontecimiento de Foxconn –no estoy seguro si quiero decir que es alentador– nos recuerda que los trabajadores chinos continúan la tradición de acción colectiva

Mi expectativa es que este incidente fuerce a la gente de Beijing –pero también a los gobiernos locales que deben implementar estas políticas– a pensar una versión proobrera del control de la pandemia, porque vimos que las medidas impactan de manera desproporcionada sobre los trabajadores.

Uno de los elementos sobre el acontecimiento de Foxconn –no estoy seguro si quiero decir que es alentador– es que nos recuerda que los trabajadores chinos continúan la tradición de acción colectiva, de rebelarse contra las injusticias laborales, que observamos en la generación pasada.

Nos permite pensar modos, no de apoyar directamente a los trabajadores (porque esto es todavía prácticamente imposible), pero sí al menos de enviar señales de solidaridad. Pienso que es importante que la gente que está en China sea capaz de entender que la gente que no vive en el país –que consume los productos que hacen o que viven en los países donde probablemente viven sus empleadores– es capaz de solidarizarse.

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Asian Labour Review es una plataforma de análisis y de intercambio independiente sobre el movimiento obrero asiático.

Esta entrevista fue traducida y publicada en Jacobin América Latina.

A fines de octubre, los rumores y la información sobre infecciones masivas de Covid-19 y muertes de trabajadores dentro de la megafábrica de Foxconn en la provincia china de Henan marcaron el punto de inicio de un éxodo obrero. Con miedo a infectarse y no poder abandonar las instalaciones, los trabajadores...

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