1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

PENSAMIENTO CRÍTICO

Richard Charles (Dick) Lewontin en la despedida

Una mirada retrospectiva sobre el legado del eminente biólogo, fallecido el pasado mes de julio

Antonio G. Valdecasas 17/09/2021

<p>El biólogo evolutista, genetista y filósofo Richard Lewontin (1929-2021).</p>

El biólogo evolutista, genetista y filósofo Richard Lewontin (1929-2021).

@esparCiencia

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

No deja de ser paradójico que dos de los países donde más se ha contribuido al desarrollo de la teoría de la evolución, sean aquellos en los que los creacionistas tienen mayor fuerza. A ellos habría que añadir, en el otro extremo, a los que hacen uso de la extrapolación injustificada y generalizaciones sin cuento. Y, sin embargo, el núcleo básico (axiomático, se podría decir) de la teoría de Darwin y Wallace es relativamente sencillo de entender, ajustado a la realidad e incuestionable. Dicho en una sola frase (de esas que hay que leer un par de veces, al menos), la teoría se puede resumir en: Reproducción diferencial de organismos que presentan una cierta variabilidad heredable en sus caracteres. Sólo expresa hechos empíricos comprobables, a saber, a) que las poblaciones de organismos de una misma especie no son homogéneas, sino que presentan una cierta variabilidad; b) además, parte de esa variabilidad es heredable, y c) es fácilmente comprobable que algunas parejas tienen más descendencia que otras (reproducción diferencial).

Este es el contexto básico evolutivo sobre el que se ha desarrollado un cuerpo analítico, apoyado por modelizaciones cada vez más complejas y análisis progresivamente más finos, llegando a lo que actualmente se investiga a nivel molecular.  Sobrevolando todo este conjunto, se encuentra el concepto de adaptación, que es una forma de resumir un proceso de largo recorrido. Los que dejan más descendencia se puede decir que son aquellos más adaptados, pues la constelación de sus caracteres les ha dado una ventaja sobre sus congéneres, ante un medio que no permite una reproducción ilimitada a todo el mundo. Es sobre este concepto que pivotan los creacionistas y los evolucionistas a la violeta, que diría nuestro amigo Cadalso. Los primeros para confirmar que semejante conjunción de forma y función –piénsese en un ojo humano, por ejemplo– no puede sino ser el resultado de una intervención divina. Su tozudez y ofuscación han quedado demostradas a lo largo de los años y no suele tener mucho recorrido argumentar con ellos; lo único eficaz es mantenerlos a raya, pues, después de haber metido a su dios en la mecánica científica, suelen querer introducir sus normas en la mecánica social. Por otro lado, los que extrapolan más allá de lo que los datos soportan, y encuentran adaptaciones hasta en los más nimios detalles de los organismos, socavan la legitimidad de lo que ya sabemos. Lo cierto es que demostrar que una variación orgánica determinada es más eficaz a efectos de número de prole es bastante más difícil de lo que parece, y que los nexos causales entre variación orgánica y prole raramente son susceptibles de un análisis sencillo. Es un hecho fácilmente constatable que, por ceñirnos a los humanos, no estamos ‘construidos’ de la mejor forma posible y que durante el proceso evolutivo han aparecido ‘soluciones’ orgánicas muy lejos del mínimo óptimo deseable, como se puede comprobar por el número de personas que mueren debido al ineficaz cruce de nuestras vías digestiva y respiratoria (atragantamiento), más de cinco mil en 2019 en Estados Unidos, por poner un ejemplo.

Contra el adaptacionismo de ‘café de terraza’ (memorable adjetivación que debo a Dolores Vaticón) escribieron Richard Lewontin y Stephan Jay Gould un trabajo en los años 80 que ha devenido en famoso ‘aviso para transeúntes de atajos’ en explicaciones evolucionistas espurias y aspersión de metáforas evolutivas. Es uno de los trabajos más citados en la literatura evolutiva, y su valor de ‘alarma’ contra la evidencia panglosiana de ‘todo es, lo a que a mí me parece ser’ no ha perdido vigencia. Sirva como refuerzo de lo dicho el comentario de la antropóloga y evolucionista Sarah Blaffer Hrdy en una de las necrológicas de Richard Lewontin, publicada en el New York Times. Dice Sara que, refiriéndose a la –en ocasiones agria– polémica que éste mantuvo con su colega de Harvard Edward O. Wilson respecto a su obra Sociobiology: “La acritud pudiera explicarse tratándose de dos machos rivales”. Este tipo de majaderías, dicho sea sin acritud, y otras derivaciones retóricas sin fundamento, son buenos ejemplos de lo que criticaba Lewontin.

Richard Lewontin ha sido profesor de Genética de Poblaciones en la Universidad de Harvard y uno de los evolucionistas más influyentes en el último cuarto de siglo pasado y el resto del siguiente, hasta su reciente fallecimiento el 4 de julio de este año y su necrológica ha aparecido en numerosas revistas científicas, como Nature y Science.

Se podría decir de él que, a diferencia de esos otros científicos que viven para el oropel social, aunó trabajo científico y actuación social, desmintiendo el manido tópico del científico abstraído en su ciencia, al margen de los sucesos cotidianos, de las injusticias y arbitrariedades en las que inevitablemente todos vivimos, seamos científicos o peones camineros. Lewontin hizo una contribución sustancial al contenido analítico de la teoría evolutiva, poniendo de manifiesto, por el estudio de las proteínas, la gran variabilidad existente en los organismos, variabilidad que no resultaba evidente a nivel morfológico. En su actividad profesional era muy respetuoso con el trabajo de sus colaboradores y estudiantes, no firmando más trabajos que aquellos en los que consideraba que había hecho una contribución sustancial. Quizás por eso la cifra de sus trabajos académicos no es tan abultada como la de otros científicos tan longevos como él. Pero su actitud ética se extendía a otros aspectos de su práctica social, como cuando renunció a la pertenencia de la National Academy of Science (NAS) por el secretismo con que esta llevaba su colaboración militar en tiempos de la guerra de Vietnam. Sus razones para ello van mucho más allá de esta implicación militar de la NAS, para la que Lewontin había sido elegido hacía tres años (muchos son los que desean, pero pocos los elegidos), y las explica él mismo en un muy recomendable artículo de la revista Science for the People de 1971 donde, entre otras cosas, llama la atención por la infrarrepresentación de mujeres (7) y negros (1) sobre un total de 850 miembros de este ‘selecto club’, sobre un total de trescientos mil científicos en Estados Unidos en aquel momento.

Pero en un sistema de conocimiento que está en un continuo enriquecimiento, como es el construido por la actividad científica, su contribución más viva, y muy posiblemente la más intemporal, haya sido su estilo de transmisión del conocimiento científico, destinado sobre todo a convertir en autónomos y críticos a sus lectores, ya fuera a través de sus recensiones de libros, muchas de ellas terminadas en polémicas todavía relevantes a día de hoy, o en algunas colecciones de ensayo que publicó junto con su amigo Richard Levins, también de la Universidad de Harvard. En estos ensayos, mejor que en ningún otro de sus escritos, brilla por su estilo incisivo y su no menos frecuente talante canino (sic), sobre todo en las contrarréplicas. En esta época en la que la así llamada AI, en anglosajón (aunque algunos preferimos el ¡ay! para mentarla), nos ha liberado del uso de gruesos volúmenes para la traducción de textos ajenos a nuestra lengua, se puede acceder fácilmente a sus artículos publicados en el New York Review of Books, el Bulletin of the Atomic Scientists o Capitalism Nature Socialism (muchos de estos últimos recogidos en el libro Biology under the influence) con un simple corta-pega.

Hay varios aspectos de la difusión social del conocimiento a un público lego de Lewontin que son genuina marca de la casa. Por un lado, deja claro que habla sobre aquello que conoce de primera mano por su práctica científica, justo en el otro extremo de esos opus que prometen un destilado del saber universal (degradado a la categoría del ‘todo’) por parte de personas que no han participado en nada sobre lo que escriben. Esto, que se puede resumir en la palabra legitimidad, es una de las claves de la trasmisión social del conocimiento.

Por otro, admite que hay cosas que difícilmente entenderemos o llegaremos a conocer. Si los sentimientos no fosilizan, todas las narrativas que pretenden recuperar estadios emocionales ancestrales no dejan de ser un brindis al aire. En ello hay que incluir mucha de las ficciones pseudocientíficas, que ajustan su relato al conjunto de datos empíricos que se conocen en un momento dado sobre nuestros antepasados más inmediatos. Ficción que hay que corregir ipso facto con la llegada de datos nuevos. 

De lo que sí sabía, dejó las cosas muy claras. En su estudio sobre la variabilidad humana, que dio lugar a la conocida como ‘paradoja de Lewontin’, constató que hay más variabilidad intrapoblacional que interpoblacional en grupos humanos, y que la búsqueda de caracteres diagnóstico que permitió establecer con rigor ‘razas humanas’ se ve abocada a algo tan inalcanzable como encontrar esas lágrimas perdidas en la lluvia de la fábula bladeiniana. Consúltese si no el sistema esquizofrénico oficial de asignación de raza en Suráfrica durante el Apartheid.

Tres cuartos de lo mismo ocurre con la medición de la inteligencia y sus distintos baremos en hombres blancos (sobre todo anglosajones), mujeres, negros o chinos. La polémica que Richard mantuvo con Arthur R. Jensen sobre raza e inteligencia en la páginas del Bulletin of the Atomic Scientists en 1970 sigue siendo un must read hoy en día, sobre todo teniendo en cuenta que después vino The Bell Curve de Herrnstein y Murray y otros argumentarios similares. 

No menos importante es el excesivo uso de la metáfora en contextos científicos, que recientemente se está convirtiendo en un campo muy fecundo de estudio para filósofos y sociólogos de la ciencia. James Watson, premio Nobel por el descubrimiento de la estructura del ADN junto con James Crick, declaraba: “Antes se decía que nuestro destino estaba en las estrellas, pero ahora sabemos que está en nuestros genes”. Y que, trasladado a contextos sociales o políticos, da lugar a declaraciones como esta de Mariano Rajoy (en su emocionada glosa del libro del notario Luis Moure Mariño La desigualdad humana): ‘El hombre… nace predestinado para lo que habrá de ser’ (Faro de Vigo, 4 de marzo de 1983). ‘Rubbish’, exclama Lewontin. Basta con observar el cambio dramático que la educación personalizada ha traído a las personas con síndrome de Down para darse cuenta de lo erróneo de esa declaración. Y es que “el precio de la metáfora –en una frase de Nobert Wiener que nos recuerda el mismo Lewontin– es la eterna vigilancia”.

Para la persona interesada, hay una larga entrevista realizada en 2003 con Lewontin, accesible a través de YouTube, donde expone con detalle sus puntos de vista sobre la ciencia, la actividad social de los científicos, el papel de los medios de comunicación en la transmisión del conocimiento, etc. Es un buen repaso de sus ideas, casi ya al final de su carrera científica. Forma parte de una serie de entrevistas tituladas Conversations with History, algo que a día de hoy es ya una realidad.

En castellano se pueden encontrar, entre otros, títulos como Genes, organismo y ambiente (Gedisa), La diversidad humana (Prensa Científica), El sueño del genoma humano y otras ilusiones (Paidós) o La base genética de la evolución (Omega, este más técnico que los anteriores). No está en los genes (Crítica) lo publicó conjuntamente con Steven Rose y Leon J. Kamin. Algunos de sus artículos académicos, incluido uno escrito con Noam Chomsky, son accesibles libremente en la web.

Richard era ateo y marxista. Como un auténtico clásico, su muerte no será un consuelo para sus detractores, pues su pensamiento crítico le sobrevivirá.

No deja de ser paradójico que dos de los países donde más se ha contribuido al desarrollo de la teoría de la evolución, sean aquellos en los que los creacionistas tienen mayor fuerza. A ellos habría que añadir, en el otro extremo, a los que hacen uso de la extrapolación injustificada y generalizaciones sin...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Antonio G. Valdecasas

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí