1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Izquierda-Derecha; Arriba-Abajo; Delante-Detrás

La izquierda actual tiene un discurso reactivo y negativo sobre el futuro. Su mayor reto es construir una alternativa en positivo al neoliberalismo

Xavier Ruiz Collantes 18/12/2019

<p>Fantasía. Kuzma Petrov-Vodkin (1925).</p>

Fantasía. Kuzma Petrov-Vodkin (1925).

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

En las últimas décadas, especialmente desde los años noventa del siglo pasado hasta aquí, el eje izquierda-derecha, como forma de explicar los posicionamientos políticos, ha entrado en crisis y ello se ha producido, fundamentalmente, a causa de la crisis de uno de sus polos: la izquierda.

Nuevas fuerzas políticas herederas de la izquierda histórica han tendido a sustituir el eje izquierda-derecha por el eje abajo-arriba de matriz populista. Ello ha provocado que la izquierda pierda uno de sus rasgos esenciales: encarnaba el futuro y hoy ya no lo hace. La protección de los de abajo, de las clases populares, frente a los ataques de la derecha política, socio-económica y cultural no es un proyecto de futuro, es sólo un conjunto de movimientos reactivos y a la defensiva.

Por todo ello, actualmente las dos derechas hegemónicas, la neoliberal y la populista, se están apropiando de las categorías históricas que habían sido de la izquierda y por ello la izquierda, al disociar la representación de las clases populares de la conquista de un nuevo futuro para la humanidad, se está quedando ideológicamente estéril e inerme. 

La sustitución de “izquierda” por “abajo”

Los discursos demoliberales, mediáticos, políticos y académicos, han tendido a reemplazar la oposición izquierda-derecha por una nueva oposición, aquella que distingue entre los partidos democráticos y los partidos populistas. Esta dicotomía se ha presentado interesadamente como una oposición entre los partidos centrados, moderados y serios y los partidos extremistas, radicales y demagogos que han aparecido a izquierda y derecha del espectro político en Europa, en Estados Unidos, en  América Latina, etc. El eje centro-extremos no es más que un intento de los partidos políticos clásicos por situar a los nuevos partidos, calificados como populistas, en los márgenes de los mapas mentales de los ciudadanos sobre las ubicaciones políticas y para identificar a la extrema-derecha con las nuevas izquierdas y generar confusión.

Los llamados partidos populistas de izquierdas y muchos de extrema-derecha han introducido una nueva metáfora espacial, aquella que ubica a las fuerzas políticas según la dicotomía arriba-abajo. A partir de este eje, habría fuerzas políticas que defienden los intereses de las élites, los de arriba, mientras que otras defienden los intereses del pueblo, los de abajo.

En función de si el partido populista nace de la tradición de la derecha o de la izquierda, la élite-arriba y el pueblo-abajo, se definen de diferentes formas y su antagonismo se explica por diferentes razones.

en los proyectos políticos relacionados con las clases trabajadoras y populares se concretaba un futuro mejor para toda la humanidad

Por ejemplo, para los populistas de derecha el pueblo está compuesto por todos los ciudadanos nativos-nacionales “normalizados” y se excluye a los inmigrantes y las minorías nacionales, étnicas, religiosas, culturales, sexuales, etc. Las élites serían élites políticas, liberales y socialistas, y también las élites mediáticas, culturales y académicas que han traicionado al pueblo nacional. Para los populistas de izquierda el pueblo se identificaría con los sectores sociales de ingresos medios y bajos y las élites serían, sobre todo, las élites socioeconómicas y las élites políticas que defienden los intereses de aquellas.

Algunos nuevos partidos y movimientos políticos de izquierda en Europa y en Estados Unidos  como, por ejemplo, Podemos, La France Insoumise o Occupy Wall Street, han pasado a privilegiar el eje arriba-abajo. Sin embargo, cuando aparece un fenómeno de este tipo, surge una pregunta: ¿la izquierda histórica no significaba ya la defensa de las clases trabajadoras y las otras clases populares y, por lo tanto, no se ha identificado siempre con los de “abajo” frente a la derecha que se identificaba con los de “arriba”? Según esta percepción, los ejes izquierda-derecha y abajo-arriba serían equivalentes. Pero no lo son. La diferencia consiste en la inclusión de una nueva oposición: delante-detrás.

El futuro deja de ser de izquierdas

La metáfora espacial delante-detrás remite al eje temporal futuro-pasado. El futuro es delante mientras que el pasado es detrás. Una definición tradicional de la izquierda es que las fuerzas políticas e ideologías que se situaban en esta posición, hacían avanzar a las sociedades y a la humanidad en su conjunto hacia una realidad más positiva que se situaba en el futuro. Este esquema se derivaba de la idea propia de la modernidad según la cual la historia tenía un sentido y una dirección y progresaba lineal e inexorablemente hacia un mundo mejor. Por ello, había fuerzas progresistas, reformistas o revolucionarias que hacían avanzar la historia, fuerzas de izquierda; y fuerzas conservadoras o reaccionarias que se oponían a este progreso y lo retardaban, fuerzas de derecha.

Por tanto, la izquierda articulaba dos posiciones: abajo-delante, clases populares-futuro. Esta articulación definía una narrativa particular: en los proyectos políticos relacionados con las clases trabajadoras y populares se concretaba un futuro mejor para toda la humanidad. Frente a ello, la derecha se definía por la articulación arriba-detrás, élites económicas-pasado: las élites económicas se aferraban a un pasado que significaba para ellas la conservación de sus privilegios.

La posición de la izquierda, delante-abajo, clases populares-futuro, ha sido históricamente una posición muy particular que ha tenido vigencia desde la Revolución Francesa hasta nuestros días.

La actual disociación de la articulación abajo-delante, clases populares-futuro, ha supuesto la dislocación de la izquierda y lleva a su desaparición. Las clases populares, en la ideología hegemónica que este momento recorre todos los sectores y grupos socioeconómicos, políticos e intelectuales, ya no se ven como portadoras de un proyecto de futuro. La izquierda tiende a abandonar esta posición y se concibe a sí misma como un actor de resistencia frente a un futuro fatídico, liderado por la derecha neoliberal, que, inexorablemente, está llegando.

El mito del progreso de la historia propio de la Modernidad ha entrado en una crisis profunda y ello ha generado la realidad cultural de la Posmodernidad. La crisis más relevante del mito del progreso continuo se ha dado con la toma de conciencia de los límites físicos del planeta para permitir un progreso indefinido basado en un crecimiento económico sin fin. Aunque ello se olvide con demasiada frecuencia, este sueño desarrollista truncado no sólo es un sueño del capitalismo liberal, sino que también lo ha sido del socialismo. Porque tanto el liberalismo como el socialismo son hijos de los mitos de la Modernidad.

De la oposición derecha-izquierda a la oposición derecha neoliberal-derecha populista

Las nuevas fuerzas políticas de izquierda, al sustituir la confrontación política sobre el eje izquierda-derecha por otra sobre el eje arriba-abajo, están abandonando una de sus señas ideológicas de identidad fundamental y además, al desarticular el binomio abajo-adelante, clases populares-futuro, está permitiendo que la derecha se apropie de cada uno de los términos del binomio que se ha desarticulado.

De la articulación abajo-delante, de la izquierda tradicional, la derecha neoliberal se ha apropiado del delante-futuro, mientras que la derecha populista se está quedando con el abajo-clases populares

La crisis de la izquierda ha facilitado que la derecha se haya desdoblado en dos tipos de fuerzas políticas que le disputan claramente y con ventaja las posiciones abajo y delante, clases populares y futuro. Por un lado, la derecha neoliberal ha articulado una posición arriba-delante, élites-futuro, un futuro liderado por las élites. Por otro lado, la derecha populista ha construido una posición abajo-detrás, clases populares-pasado, unas clases populares a las que hay que proteger volviendo al pasado.

La derecha neoliberal, arriba-adelante, claramente hegemónica a nivel ideológico entre los sectores empresariales y profesionales, sobre todo entre aquellos que se han integrado en los procesos de globalización, ha logrado conformar una visión según la cual el progreso de la humanidad se construye a través de la alianza de las grandes corporaciones empresariales, el emprendimiento individual y la innovación tecnológica. Todo ello dentro de un sistema de mercado libre y desregulado y liderado por actores sociales que se sitúan en la cúspide de la pirámide socio-económica, gerencial y técnico-científica.

La derecha populista, abajo-detrás, que comienza a ser hegemónica entre sectores tradicionales de la clase obrera y otros sectores de trabajadores de baja cualificación, defiende una visión proteccionista de estos grupos sociales, una protección basada en el fortalecimiento de la madre patria como hogar común y benefactor y en un regreso a una época en la que cada patria estaba limpia de impurezas humanas y culturales llegadas del exterior y de aperturas a lo considerado ajeno, minoritario, anormal o extravagante.  

Estas dos derechas, si nada cambia, serán claramente hegemónicas y ocuparán dos espacios políticos opuestos y complementarios que se presentarán, en las democracias liberales, como las alternativas por las que los electores pueden optar. De hecho, esto ya ha ocurrido en países tan emblemáticos como Estados Unidos, Clinton contra Trump, y como Francia, Macron contra Le Pen. Incluso en un subcontinente como Sudamérica, tan poco dado todavía a este tipo de alternativas y donde la izquierda resiste, en las últimas elecciones presidenciales peruanas se enfrentaron Kuczynski y Keiko Fujimori.

De la articulación abajo-delante, de la izquierda tradicional, la derecha neoliberal se ha apropiado del delante-futuro, mientras que la derecha populista se está quedando con el abajo-clases populares. Al disociar la izquierda sus dos valores propios, clases populares y futuro, estos han quedado libres y cada una de las dos derechas se ha adueñado de cada uno de ellos. Así hoy nos encontramos con una izquierda despojada de cualquier identidad reconocible y diferencial.

Esquema de posiciones políticas sobre los ejes arriba-abajo y delante-detrás

La izquierda debe imaginar un nuevo futuro

La crisis de la izquierda es muy profunda. El hecho de que los referentes históricos de la izquierda, comunismo y socialdemocracia, hayan abandonado los ejes ideológicos sobre los que la izquierda constituía su identidad hace que la posición de la izquierda sea hoy difusa e incoherente. El hecho de que, en los restos de la tradición estatal comunista, el Partido Comunista Chino sea en su país el promotor del capitalismo desarrollista más salvaje y que la mayoría de los partidos socialdemócratas defiendan políticas neoliberales cuando están en el gobierno hace que la relación izquierda-clases populares posea poca credibilidad. Además, en los dos casos mencionados, el futuro se contempla indefectiblemente ligado al capitalismo neoliberal.

Sin embargo, el problema fundamental y más complejo hoy para las nuevas izquierdas no es aparecer como defensoras de las clases populares, aunque este sea también muy importante.  Lo más complicado es reconstruir un discurso a través del cual se pueda dar algún sentido a la historia y al futuro, un discurso que sea una alternativa en positivo al neoliberalismo. Un futuro que merezca la pena luchar por él.

La izquierda, actualmente, sobre el futuro solo tiene un discurso reactivo y negativo: no al futuro desarrollista y neoliberal, no a la desigualdad creciente, no a la globalización expoliadora, no al desastre ecológico, etc. El problema es que el simple “no” induce a una vuelta al pasado, a la defensa del Estado de bienestar que hace décadas parecía insuficiente y a una visión pretérita de las clases trabajadoras, etc. Ello imposibilita visualizar un futuro que genere ilusión y lleva a una cierta superposición con los planteamientos de la derecha populista.

Por otro lado, si el proyecto de futuro se basa sólo en un terreno identitario, donde lo identitario es fundamentalmente individualista, un mundo de libertades en donde cada individuo puede elegir supuestamente su identidad compleja y personal, superando normas y tradiciones en cuestiones de género, sexualidad, raza, religión, creencias o estilo de vida, la izquierda se encontrará con que la derecha liberal y neoliberal, descargándose del fardo conservador histórico, estará mejor posicionada y mejor pertrechada ideológicamente en este ámbito. De hecho, hoy se habla de un neoliberalismo progresista que articula un programa económico neoliberal con una concepción según la cual los individuos poseen un supuesto derecho para definir su identidad por encima de cualquier predeterminación y vínculo social, porque, como afirmaba Margaret Thatcher, la sociedad no existe.

En definitiva, el reto de la izquierda es la construcción de un relato, para los pueblos y para la humanidad, que permita entender el sentido de lo que propone, porque el sentido sólo se construye a través de la narrativa. Poco sabemos sobre cómo debe ser este futuro por imaginar. Lo único que podemos afirmar es que debe ser un futuro compatible con nuestro hábitat ecológico y que debe aparecer como un futuro inclusivo e integrador opuesto a un futuro excluyente y desgarrador. Debe ser, fundamentalmente, un futuro para todas y todos.

----------------------------

Xavier Ruiz Collantes es catedrático del departamento de Comunicación de la UPF.



En las últimas décadas, especialmente desde los años noventa del siglo pasado hasta aquí, el eje izquierda-derecha, como forma de explicar los posicionamientos políticos, ha entrado en crisis y ello se ha producido, fundamentalmente, a causa de la crisis de uno de sus polos: la izquierda.

Nuevas fuerzas...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Xavier Ruiz Collantes

Catedrático del Departamento de Comunicación de la UPF. Su último libro es La construcción del relato político (Aldea Global).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. antonio

    El autor acierta en el esquema pueblo-izquierda-delante y elites-derecha-atras. Desde el Neolitico ha sido asi. Sin embargo, a su pregunta de porque los partidos de izquierda ACTUALES no ofrecen propuestas de futuro a clases medias y bajas no le da respuesta. Causa de la no-respuesta: desconoce los ciclos revolucionarios. Desde los ochenta estamos en la fase regresiva, reaccionaria, de uno de ellos. Tras el hundimieto social en curso,en su etapa final (en +15a 30 años) volverán los partidos de izquierda que si ofrezcan alternativas de futuro a la población .

    Hace 4 años 1 mes

  2. WATTBA - what a time to be alive !

    SOBERANÍA !... Esa es la clave, pero tranquilas que la (extrema) derecha ya lo ha entendido y claro no significa lo mismo.

    Hace 4 años 3 meses

  3. Maribel R.

    Interesantísimo. Frente a la sucesión de distopías seriadas, virtualizadas y posverdaderas, faltan UTOPÍAS. PD: En mi opinión hago de menos alguna referencia a la cuestión nuclear de la recuperación de 'soberanía', aunque hace una pequeña mención en el último parrafo con la apelación a los pueblos. Gracias por el texto !

    Hace 4 años 4 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí