1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

El SPD, el enfermo de la UE

Si en las primarias de la formación socialdemócrata alemana gana un candidato favorable a mantener su sometimiento a la CDU, asistiremos a una lenta agonía del proyecto europeo

Bruno Estrada López 4/09/2019

<p>Olaf Scholz, uno de los favoritos en las primarias del SPD, se reúne con militantes de la formación en Chemnitz.</p>

Olaf Scholz, uno de los favoritos en las primarias del SPD, se reúne con militantes de la formación en Chemnitz.

Twitter de Olaf Scholz

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hemos fundado la Asociación Cultural Amigas de Contexto para publicar Ctxt en todas las lenguas del Estado. La Asociación es una entidad sin ánimo de lucro que también tiene la meta de trabajar por el feminismo y la libertad de prensa. Haz una donación libre para apoyar el proyecto aquí. Si prefieres suscribirte y disfrutar de todas las ventajas de ser suscriptor, pincha aquí. ¡Gracias por defender el periodismo libre!

El domingo 1 de septiembre el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) inició oficialmente la carrera para elegir su nueva dirección. Se presentan siete candidatos y candidatas. Hace ya tres meses que dimitió la anterior presidenta, Andrea Nahles, dejando a la gran formación socialdemócrata de Europa a la deriva en uno de los peores momentos de su historia. En veinte años, el SPD ha pasado de representar al 41% de los alemanes a apenas el 15% en las últimas elecciones europeas. Ya había descendido al 20,5% en las generales de 2017. 

Ese mismo día se celebraron elecciones regionales en dos landers del este de Alemania: Sajonia y Brandenburgo. La ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD) obtuvo muy buenos resultados, aunque no superó ni a la CDU en Sajonia ni al SPD en Brandenburgo. AfD incrementó notablemente su representación hasta alcanzar el segundo lugar en ambos estados con cerca del 28% de los votos en Sajonia y más del 24% en Brandenburgo. Tanto la CDU como el SPD y Die Linke (La Izquierda) sufrieron una importante sangría de votos. Estos comicios, junto con los de Turingia en octubre, van a tener una notable influencia en la agenda política alemana que camina hacia las elecciones federales de 2021, si no se adelantan.

La expresidenta Andrea Nahles encabezaba una corriente –hasta ahora mayoritaria en el SPD–  que está pidiendo a gritos que la socialdemocracia alemana redefina su perfil y marque nítidas diferencias con la CDU, con la que gobierna desde hace seis años en la llamada Groko (gran coalición CDU-SPD). Este largo periodo de gobierno conjunto ha acabado difuminando el contraste entre los dos grandes partidos. En la actualidad, gran parte de los tradicionales votantes socialdemócratas son incapaces de percibir las diferencias con la CDU, que es quien está recogiendo los frutos del gobierno. Dentro de este esfuerzo de presentar un perfil diferenciado y de forzar un giro a la izquierda, el SPD presentó en febrero un documento político relevante: Un nuevo Estado social para una nueva era.

AfD incrementó notablemente su representación hasta alcanzar el segundo lugar en ambos estados con cerca del 28% de los votos en Sajonia y más del 24% en Brandenburgo

En él, hace un ajuste de cuentas con su pasado reciente. Por ejemplo, con las polémicas reformas del mercado de trabajo impulsadas por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder hace quince años, y que ocasionaron un profundo cisma en su interior y marcaron el inicio del declive de la formación. Entre ellas, estaba la llamada Agenda 2010, que redujo drásticamente las prestaciones por desempleo y creó los minijobs, contratos exentos de cotizaciones sociales pero con cobertura sanitaria (en Alemania en torno a un 15% de la población, según datos de su Ministerio de Sanidad, no está cubierta por el seguro de enfermedad público). De los cinco millones de minijobbers, trabajadores absolutamente precarizados, la mitad cobran menos del salario mínimo legal, según el Instituto Económico y Social (WSI).  

Resulta evidente que el SPD necesita recuperar su identidad y hacer patente su voluntad de volver a ser una alternativa de gobierno, en un momento en el que el populismo gana terreno en la sociedad alemana, según han mostrado las recientes elecciones de Sajonia y Brandenburgo. 

Esta sería, sin duda, una buena noticia no solo para el sistema democrático alemán, sino para toda Europa. Cambios de esta magnitud en el SPD podrían modificar las coordenadas de los dos ejes del consenso conservador que han impuesto desde la crisis de 2007 una integración europea netamente neoliberal: la Groko entre la CDU y el SPD en Alemania, y el eje franco-alemán en Europa.

La Groko ha irradiado desde Alemania las políticas de austeridad fiscal y devaluación salarial que han asolado Europa, especialmente los países del sur, con la aquiescencia y complicidad del SPD, lo que ha sido determinante para la aceptación pasiva de estas políticas por parte de otros partidos socialdemócratas europeos.

Además, el eje franco-alemán, bajo el dominio de Alemania, ha sido el instrumento que ha permitido expandir esas políticas al conjunto de la Unión Europea con una escasa contestación institucional, tanto en las propias instituciones europeas como en los gobiernos nacionales afectados.

¿Ruptura de la Groko en Alemania?

El pasado 15 de mayo se celebró en Berlín un Congreso de la Fundación Friedrich Ebert sobre Una Política Económica Progresista en el que resultó muy interesante oír hablar sobre: 

1) la apuesta que debe hacer la socialdemocracia alemana por recuperar la identidad de clase de los trabajadores; 

2) la necesidad de tomar en consideración las propuestas de Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista socialista del Partido Demócrata de EE.UU. que propone subir la fiscalidad a los ricos hasta un 70%; 

el SPD necesita recuperar su identidad y hacer patente su voluntad de volver a ser una alternativa de gobierno, en un momento en el que el populismo gana terreno en la sociedad alemana

3) la reivindicación de un Green New Deal para Alemania que impulse la inversión pública porque no hay que tener miedo a endeudarse con tipos de interés cercanos a cero, lo que supondría el fin de las políticas de austeridad; 

4) impulsar una diversificación de su economía, de forma que la exportación de coches de gasolina deje de ser el emblema económico de Alemania, con el objetivo de evitar los riesgos de una excesiva dependencia de su actividad exportadora hacia China en un momento de grave incertidumbre comercial por el conflicto arancelario generado por Trump; 

5) la necesidad de que Alemania afronte una transición ecológica que permita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma sustancial; 

6) que hay que revertir las recientes privatizaciones de servicios públicos y de importantes parques de vivienda pública; 

7) que Alemania debe potenciar su mercado interno incrementando los salarios;

8) y desarrollar una Nueva Economía que sea capaz de incorporar a las mujeres.

Oír todas estas propuestas en un mismo día en boca de numerosos líderes políticos y sindicales del SPD, de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) y de la Unión Industrial de Trabajadores del Metal (IG Metall) resultó muy gratificante. Este discurso no coincide, sin embargo, exactamente con las posiciones de uno de los candidatos mejor situados para ganar las primarias, el vicecanciller y ministro de Hacienda Olaf Scholz, que representa la posición más continuista dentro del SPD. Scholz ha manifestado su oposición a romper la Groko antes de las elecciones de 2021. 

¿Un reequilibrio del eje franco-alemán?

La contestación política y social que han generado las políticas de austeridad fiscal y devaluación salarial en toda Europa, y especialmente en Francia –el conflicto de los chalecos amarillos tiene su origen en ello–, ha terminado erosionando al propio eje franco-alemán. Los últimos presidentes  franceses han sido fagocitados políticamente por Merkel, ya que no han sido capaces de corregir ni un ápice la línea marcada desde Berlín. Esto ha sido percibido por sus conciudadanos como muestra de una enorme debilidad. Como resultado de ello, desde Chirac, ningún presidente de Francia –ni Sarkozy ni Hollande– ha sido capaz de revalidar su mandato.

Macron se ha dado cuenta de que para garantizar su supervivencia política, para ser reelegido, necesita liderar un proyecto europeo propio, no subalterno del de Alemania, así como jugar un papel más relevante en el inquietante escenario internacional, como ha hecho en la última reunión del G7 en Biarritz (Francia). 

Entre los principales objetivos que tuvo la creación de la Unión Monetaria estuvo limitar la hegemonía alemana en Europa, al imponer un marco institucional que pretendía obligar a encontrar consensos. Hay que recordar que esta fue diseñada en los años ochenta y noventa por Francia, cuando lideraba la construcción europea la gran presidencia de Jacques Delors (1985-1995). El hecho de que la Unión Monetaria se pusiese en marcha finalmente en paralelo al proceso de unificación alemana, un escenario no previsible a principios de los ochenta, generó sin embargo los resultados contrarios: ha permitido que Alemania mejore su competitividad-precio, al exportar a precios más reducidos, ya que el euro ha mantenido un tipo de cambio más bajo frente al dólar del que le hubiera correspondido al marco. Alemania ha terminado emergiendo como el poder predominante en Europa. Aunque, como pone de manifiesto el profesor de Economía Costas Lapavitsas, el capitalismo alemán no es lo suficientemente poderoso en el ámbito europeo para crear instituciones y mecanismos propios capaces de proyectar ese predominio en hegemonía.

La Groko ha irradiado desde Alemania las políticas de austeridad fiscal y devaluación salarial que han asolado Europa, especialmente a los países del Sur, con la aquiescencia y complicidad del SPD

Por eso el capitalismo alemán, sirviéndose fundamentalmente de la CDU pero también abduciendo a una parte importante del SPD, ha venido moldeando las instituciones de la UE a su conveniencia para convertirlas en instrumentos que le permitan acrecentar y fortalecer su poderío económico. En los últimos años Alemania, bajo la influencia del Bundesbank, ha venido determinando cada vez en mayor medida los instrumentos de gestión del euro –como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)–, con el objetivo de favorecer la competitividad-precio de Alemania.  

El paso del tiempo ha puesto en evidencia que la CDU no tiene ningún proyecto que implique una mayor integración política y social europea. La CDU, y parte del SPD, se mueven en una contradicción básica: deben respetar las reglas de la UE para que Alemania pueda jugar un papel de peso en el concierto internacional –Alemania necesita de Europa para mantener su poder y liderazgo–, pero quieren limitar a la Unión Europea a un mero espacio económico común con una moneda compartida, sin ningún coste añadido en términos de incremento del presupuesto comunitario que principalmente tendría que pagar Alemania. Este consenso de la Groko sobre Europa ha supuesto un férreo corsé para una mayor integración política y social europea.

El bloqueo de la CDU al avance de la Europa social, en un momento de profundo deterioro de las condiciones de vida de millones de europeos, ha hecho crecer la contestación social y política en Europa. Por un lado, el fortalecimiento de opciones de izquierda –Francia Insumisa en Francia, Syriza en Grecia, Podemos en España– y, por otro, el crecimiento de los populismos de extrema derecha.

Los últimos presidentes  franceses han sido fagocitados políticamente por Merkel, ya que no han sido capaces de corregir ni un ápice la línea marcada desde Berlín

El verdadero problema de la construcción europea no es, por tanto, la ultraderecha sino la cerrazón del Partido Popular Europeo, y de la CDU, a la construcción de una Europa social que proteja a los ciudadanos de los vaivenes de los mercados. Más aún cuando las políticas de austeridad fiscal y devaluación salarial han mermado la capacidad de protección de los Estados nacionales. 

Francia, desde el final del último mandato de Chirac y la llegada de Merkel a la cancillería alemana, ha venido jugando un papel cada vez más subalterno de Alemania. La creciente debilidad del liderazgo francés tras la crisis de 2007 ha hecho que Alemania haya tomado el papel de ‘líder en la penumbra’ y que Francia se haya convertido en un ‘cómplice sumiso’ en la ejecución de esas políticas, eso sí manteniendo una retórica crítica pero que no ha tenido ningún efecto práctico en las políticas desarrolladas.

En gran parte de la ciudadanía francesa se ha instalado la idea de que el orden interno de Francia, en materia económica y social, está siendo determinado cada vez en mayor medida por decisiones que han sido tomadas en Alemania, lo que afecta profundamente al orgullo francés. Una parte muy importante de la opinión pública gala cree que Francia corre el riesgo de convertirse en un país periférico más, no solo con escasa capacidad de determinación de las políticas europeas, sino también por la definición de sus propias políticas nacionales. Ello explica la creciente aversión francesa a Europa, que intentan representar el Frente Nacional a la derecha y la Francia Insumisa a la izquierda.

Macron ha percibido que la nueva líder de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, no va a ser capaz de rellenar completamente el espacio dejado por Merkel, por los menos durante los próximos años, lo que puede favorecer un mayor equilibrio entre Francia y Alemania.

No obstante, el reequilibrio del eje franco-alemán va a ser un proceso lento, no exento de situaciones de tensión. Macron no quiere apostar por escenarios rupturistas. Los resultados de las últimas elecciones europeas habrían podido dar lugar a una nueva mayoría progresista en el Parlamento Europeo. Por primera vez una alianza entre los liberales, los socialdemócratas, los Verdes y la izquierda representada en GUE ofrecía una mayoría diferente a la Gran Coalición Europea entre conservadores y socialdemócratas que ha dominado la Unión Europea durante las últimas décadas. Pero finalmente la democristiana Ursula von der Leyen, exministra alemana de Defensa, fue elegida presidenta de la Comisión Europea gracias al apoyo de Macron y de Pedro Sánchez, que prefirieron no arriesgarse a un escenario de ruptura con el Partido Popular Europeo y optaron por llegar a un acuerdo de reparto de sillones que les garantizó puestos relevantes en las instituciones europeas. Los europarlamentarios del SPD hicieron una dura campaña en contra de ella.

el reequilibrio del eje franco-alemán va a ser un proceso lento, no exento de situaciones de tensión. Macron no quiere apostar por escenarios rupturistas

Por último, resulta interesante relacionar los cambios que podrían producirse en el SPD con las transformaciones ocurridas, al otro lado del Canal de la Mancha, en el Partido Laborista desde la victoria de Jeremy Corbyn. En el Congreso Laborista que tuvo lugar en Liverpool en octubre de 2018 John McDonell, el responsable laborista de Economía, planteó un conjunto de propuestas que representan un giro copernicano a la Tercera Vía impulsada por Tony Blair:

-- La creación de un Banco Nacional de Inversión con capacidad de inyectar 250.000 millones de libras en la economía británica para financiar la industria, sobre todo cooperativas y pymes, así como proyectos claves de infraestructuras.

-- La democratización de las empresas con la propuesta estrella de que todas las empresas con más de 250 empleados reserven un tercio de los puestos de sus Consejos de Administración para los trabajadores. La idea que subyace es que impulsar el capital colectivo, ampliando el control y la influencia de los trabajadores sobre las empresas, reduce los riesgos que suponen la toma de decisiones económicas cortoplacistas en las empresas que están guiadas solo por el crecimiento de la remuneración a los accionistas.

-- Incrementar la regulación financiera con el objetivo de impedir una nueva crisis bursátil.

-- Renacionalización del ferrocarril, de las redes de distribución eléctrica; y una transferencia de las redes de suministro  del agua a estructuras regionales públicas.

-- Ampliación de los mecanismos de formación y un incremento sustancial de la inversión en programas medioambientales vinculados a la transición energética. Así como una mayor atención a los derechos de los trabajadores en la economía de plataformas y la anulación de un conjunto de leyes que han restringido los derechos sindicales. 

No obstante, estas sugerentes y coincidentes propuestas de parte de la socialdemocracia alemana y del laborismo británico se sitúan en el ámbito nacional, pero siguen sin plantear alternativas al actual empantanamiento del proceso de construcción europea. Ni siquiera sabemos aún cuál va a ser la relación final del Reino Unido con la Unión Europea.

Los próximos meses serán cruciales para conocer la evolución del SPD, que sigue siendo el partido más importante de la socialdemocracia europea. No hay que olvidar que todos los proyectos políticos salidos de su maquinaria ideológica –desde el programa de Erfurt de finales del siglo XIX, donde se declaró marxista bajo la dirección de Karl Kautsky, hasta el abandono del marxismo y la aceptación de la economía de mercado en el congreso de Bad Godesberg en 1959– han significado la puesta en marcha de estrategias con gran capacidad de influencia en el resto de partidos de la socialdemocracia europea, y particularmente en el PSOE.

El futuro de la Unión Europea está abierto a muchas incógnitas: 1) Aún no sabemos cuál va a ser el anclaje definitivo del Reino Unido en Europa; 2) las primarias del SPD serán muy determinantes. Si el SPD se vuelve a teñir de rojo podría superar su actual enfermedad –una dependencia adictiva a las políticas impuestas por la  CDU– y podría tomar cuerpo una nueva mayoría progresista del Parlamento Europeo capaz de impulsar una mayor integración europea, un escenario que Macron querría liderar, y en el que debería tener un papel central la Europa social, incluido un seguro de desempleo europeo, una propuesta tan revolucionaria que ya la demanda hasta el Banco de España. Si esto no ocurriera, y en las primarias del SPD ganara algún candidato favorable a mantener su sometimiento a la CDU, el escenario más probable es que asistamos a una lenta agonía del proyecto europeo, tal como defienden Matteo Salvini en Italia, Marine Le Pen en Francia, el partido Ley y Justicia (PiS) en Polonia, Orbán en Hungría y Alternativa por Alemania.

––––– 

Bruno Estrada López es economista, adjunto al secretario general de CCOO.

Bibliografía:

- Costas Lapavitsas. The Left Case Against the EU . Ed. Polity, 2019.

- Eppler Erhard. Dawning of a New Era. On the Need to Construct Social Democracy in Europe. Internationale Politik und Gesellschaft IPG 4/2010. Friedrich Ebert Stiftung Foundation. 

- Martinez Lucio, Miguel. El regreso de los trabajadores al centro de la política económica. Espacio Público. Mayo 2019. 

- Streeck Wolfgang. Un imperio europeo en vías de colapso. Le Monde Diplomatique en español. Mayo 2019. 

Hemos fundado la Asociación Cultural Amigas de Contexto para publicar Ctxt en todas las lenguas del Estado. La Asociación es una entidad sin ánimo de lucro que también tiene la meta de trabajar por el feminismo y la...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Bruno Estrada López

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí