1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Defender a la familia contra migrantes y mujeres

Los fundamentalismos cristianos y la ultraderecha tejen alianzas a partir de argumentos natalistas

Nuria Alabao 17/04/2019

<p>Protesta del colectivo Non una di meno, en Verona. </p>

Protesta del colectivo Non una di meno, en Verona. 

Non una di meno

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

¡Hola! El proceso al procés arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de fiesta? Pincha ahí: agora.ctxt.es/donaciones

En el 2005 se produjeron en España manifestaciones masivas contra la propuesta de Zapatero de permitir el matrimonio homosexual. En ese tiempo, un amigo comentaba que lo que contenían esas protestas no era pura negatividad, que también anidaba un deseo de reivindicar una institución social que supone un cierto resguardo ante el individualismo, la mercantilización de la vida y la competitividad que promueve el capitalismo. Hoy se dice también en círculos cercanos que “no hay que dejar la familia a la derecha”.

Pero independientemente de si se cree que la familia es un reducto de comunidad o un infierno burgués, lo cierto es que actualmente la “defensa de la familia” está en el centro de la agenda de los fundamentalismos cristianos y de la ultraderecha en buena parte del planeta. (Más bien habría que decir defensa de la familia patriarcal.) Quienquiera que se plantee resignificarla tendría que hacer frente a este hecho.

El mes pasado, sin ir más lejos, se celebró en Verona el encuentro anual del Congreso Mundial de la Familia (WCF), con el apoyo explícito de Matteo Salvini, de su partido, la Liga, y de otros movimientos de ultraderecha. Mientras, en la calle se producían protestas masivas contra este encuentro, financiado por la Organización Internacional de la Familia, considerada una de las la agrupaciones ultraconservadoras más poderosas del mundo. Esta organización se dedica a promover la familia “natural” tradicional como pilar básico del orden social, “como la exclusiva unidad fundamental y sostenible de la sociedad”. (Aquí nos suena porque los argumentos que usa Vox son parecidos los argumentos). Este Congreso se celebró en España, en 2012, y en su organización participó la Fundación Valores y Sociedad, de Jaime Mayor Oreja, uno de los militantes antiabortistas más activos de nuestro país. 

Este tipo de encuentros y la forma de organizarse son una muestra de que los grupos extremistas y los activistas ultraconservadores se están articulando cada vez mejor a nivel internacional

Este tipo de encuentros y la forma de organizarse –y el hecho de que cada vez cuenten con más presencia institucional– son una muestra de que los grupos extremistas y los activistas ultraconservadores se están articulando cada vez mejor a nivel internacional debido al contexto global que les es favorable, y a pesar de las diferencias políticas entre ellos y las de de credo entre fundamentalistas cristianos católicos, ortodoxos o protestantes. Lo que les une es “restaurar el orden natural” de nuestras sociedades, que significa luchar contra los derechos de las mujeres –principalmente el aborto– y de las personas LGTBI –matrimonio igualitario, adopciones…–. En la práctica esta alianza entre fundamentalismo y ultraderecha implica una cruzada contra el feminismo, los movimientos de las disidencias sexuales y sus conquistas presentes, pero también un intento de frenar las futuras, como demuestra su fuerte despliegue en Latinoamérica ante la insistente demanda de legalización del aborto. En esta dialéctica entre fuerzas contrarias, el feminismo ha reaccionado de forma contundente, como sucedió en Polonia, en 2016, cuando se convocó la primera huelga feminista de la década como respuesta al intento de endurecimiento de las leyes sobre el aborto. Una huelga que inspiraría a las que se sucederían después en todo el planeta.

Un punto de confluencia es la defensa de la familia natural acompañada en la última década del discurso contra la “ideología de género”; ese hallazgo que proviene del Vaticano y que sirve para confrontar los avances de la mujer desde los 70. Recordemos: el género no existe, es “ideología”, es decir, no es una construcción social sino que forma parte del “orden natural de las cosas”, el orden divino. Esta cruzada fue rápidamente asumida por el evangelismo –sobre todo en su versión neopentecostalista, la más poderosa–, que tuvo un papel relevante en la elección del presidente postfascista Bolsonaro el año pasado. Las versiones estadounidenses apoyaron a Trump en las elecciones del 2016. Hoy el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, es evangelista y está considerado como el gran aliado de los grupos que tratan de limitar los derechos de las mujeres y las personas LGBTI. Desde este país, grupos de fundamentalistas cristianos están financiado a la ultraderecha en Europa y Rusia para impulsar su agenda de “defensa de la familia”, según Open Democracy

Además de la ya consolidada lucha contra la “ideología de género”, en el reciente congreso de Verona pudimos ver cómo estas fuerzas están renovando sus narrativas para conectar con nuevas preocupaciones “a la moda”. Por ejemplo, uno de los ejes de los debates vinculaba la defensa de la familia con la lucha contra el cambio climático –bajo la denominación de “ecología humana integral”–, pero también vimos cómo se han movido hacia temas que son centrales para la ultraderecha nacionalista, como son las cuestiónes de la soberanía nacional y de las migraciones. El lobby fundamentalista está asumiendo los discursos de los líderes ultra cuyas conexiones les permiten tener posiciones institucionales en muchos países. 

 El lobby está asumiendo los discursos de los líderes ultra, cuyas conexiones les permiten tener posiciones institucionales en muchos países

En relación a la cuestión de la soberanía, se trata de reivindicar la capacidad de decisión de los países contra los instrumentos del derecho internacional que se consideran “abusivos” –como la UE, la ONU, u otros organismos que velan por el respeto de los Derechos Humanos y se oponen a la agenda ultraconservadora. “No existe en ningún instrumento internacional el derecho a la autonomía de la mujer ni el derecho a disponer de su cuerpo. No son normas jurídicas ni derechos reconocidos”, dijo recientemente el político colombiano Rafael Nieto Loaiza en otro encuentro similar, el Foro Trasatlántico III, en Colombia este mes. Realmente, si se considera que no existe nada como el “derecho a la autonomía o a decidir sobre el propio cuerpo”… lo que se narra en El cuento de la criada, la distopía de Margaret Atwood, sería perfectamente legal.

Migraciones y tasas de nacimiento “nacionales”

Uno de los temas centrales del WCF ha sido la “crisis demográfica” europea, que está vinculada tanto a políticas para promover un aumento de la tasa de natalidad (de las mujeres europeas), como a la lucha contra el aborto –al que se acusa de estar detrás de la crisis demográfica–. Pero también se asocia a un ataque directo al feminismo –culpable de que las mujeres ya no quieran asumir su papel de reproductoras–. En estos términos habló el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la edición del congreso de 2017 que tuvo lugar en Budapest en un discurso titulado: “Europa, nuestra patria común, está perdiendo en la competición poblacional entre las grandes civilizaciones”. En él dijo que: ”En la lucha por el futuro de Europa, es imperativo detener la migración ilegal” y “esta lucha ... solo vale la pena si podemos combinarla con una política familiar que restaure la reproducción natural en el continente”.

Esta vinculación entre agendas familiaristas y antiinmigración se está produciendo en muchos lugares. En Italia, Salvini es un buen exponente: “Defenderemos a la familia natural fundada en la unión entre un hombre y una mujer. Para ello ejerceré todo el poder”, dijo a los medios italianos el pasado agosto.

Mientras que Alternativa para Alemania se presentó a las elecciones en 2017 con un programa que recogía su “compromiso con la familia tradicional”, se oponía a la “incorporación de la perspectiva de género” y se comprometía a contrarrestar a una población cada vez más reducida con “familias numerosas en lugar de inmigración masiva”.

En nuestro país recoge el testigo tanto Vox como lobbies como el de Mayor Oreja o plataformas ultras como Hazte Oír. Pero también el PP, que defiende que “el aborto no es un derecho”, en palabras de su candidata Andrea Levy. Mientras, el ultra Pablo Casado defiende la derogación de la ley de plazos de Zapatero para volver a la de supuestos –una cuestión que divide al propio partido–.

La Teoría del Reemplazo

Podemos descubrir la vinculación entre las tasas de nacimiento y las migraciones en los discursos alucinados de la extrema derecha mundial que hablan de la Teoría del Reemplazo. Esta dice que los pueblos europeos –o el estadounidense– se están extinguiendo porque están siendo sustituidos por inmigrantes con sus culturas diferentes –e “inferiores a la occidental”–. Tiene su origen en Francia, en entornos “más respetables” o aparentemente menos radicales, a partir de un libro del filósofo Renaud Camus. En él se explica que en Francia la población “nativa” está menguando en relación a los franceses descendientes de la inmigración llegada de las antiguas colonias. Es decir, lo que supone un ataque directo contra los franceses musulmanes. (No es difícil tampoco ver una traslación de esta teoría en la última novela de Michel Houellebecq, Sumisión, cuya trama parece estar inspirada directamente en estas ideas.) Hoy en Europa, precisamente la islamofobia estructura los nuevos nacionalismos tal y como hacía el antisemitismo en la primera mitad del siglo XX, según explica Enzo Traverso

Pese a su tono conspiranoico, estas ideas están calando más de lo que podríamos esperar –sobre todo en jóvenes muy radicalizados, con componentes contraculturales y con consecuencias violentas. Teoría del Reemplazo se llamaba el manifiesto que publicó Brenton Tarrant en Facebook para justificar su tiroteo en una mezquita en Nueva Zelanda, en la que asesinó a cincuenta personas. Esa misma filosofía estaba detrás del ataque de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, en 2017. Estos jóvenes, muchas veces vinculados a grupos neonazis o similares, llegan a impugnar que las mujeres prefieran trabajar “en vez de criar”.

Podemos descubrir la vinculación entre las tasas de nacimiento y las migraciones en los discursos alucinados de la extrema derecha mundial que hablan de la Teoría del Reemplazo

El ataque conjunto a mujeres y migrantes puede parecer fruto de teorías conspiranoicas y jóvenes radicalizados, pero tiene un trasfondo sistémico. Con esta doble ofensiva se está poniendo en el punto de mira a dos de las fuentes de trabajo barato de nuestro sistema económico. El de los migrantes o personas racializadas: discriminados en el mercado laboral y muchas veces sin ciudadanía plena –sin todos los derechos precisamente para controlar su movilidad y mantenerlos atados a sus condiciones de explotación– de modo que sus salarios están entre los más bajos y sus condiciones son las más penosas. (Hasta el punto de la esclavitud, ya sea en la trata laboral o en la que tiene fines de explotación sexual, cuyas víctimas son fundamentalmente inmigrantes). Mientras que las mujeres –que ya son explotadas en el hogar con todo el trabajo de reproducción gratuito que realizan–, también, y precisamente por esta causa, ocupan los puestos de trabajo más precarios y tienen las tasas más altas de pobreza. Si son migrantes y mujeres al mismo tiempo, probablemente se dedicarán a los sectores más explotados: trabajo doméstico, agricultura o prostitución.

El ataque a los derechos de las mujeres y los migrantes no solo se ceba en los más pobres, sino que tiene como último objetivo condenarlos a estas posiciones de subordinación en la sociedad, sujetarlos a ese régimen de sometimiento. Como explica María Mies en Patriarcado y acumulación a escala mundial, esta subordinación está vinculada a la dinámica de división del proceso de producción en dos sectores: por un lado, un sector formal cada vez más pequeño, cuyos trabajadores están cualificados, bien pagados y son sobre todo hombres –nacionales–. Y por otro, un sector informal o no organizado, de jornadas parciales o sin contrato, muy feminizado y con altas tasas de mano de obra migrante. Aunque estas mismas condiciones se están generalizando progresivamente para todos los trabajadores. Precisamente, hay quien piensa que algunas de estas posiciones ultraderechistas están vinculadas con la nostalgia del régimen fordista donde el pacto entre capital y trabajo implicaba para los varones blancos un trabajo en condiciones –y una mujer en la casa–. Hoy ese mundo ha estallado, el trabajo se degrada –de lo que se puede culpar a los migrantes– y las mujeres no quieren permanecer atadas a las tareas del hogar y subordinadas a un marido –el patrón de la casa–.

Por tanto, estos postulados de la ultraderecha implican que el feminismo hoy solo puede ser antirracista y el antirracismo, feminista. Al fin y al cabo, tanto mujeres como migrantes y personas racializadas están en el punto de mira.

¡Hola! El proceso al procés arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Sergio

    Pues ahora voy a votar a vox aún con mas ganas. Hala, seguid llorando y rabiando...amiguitos de la eta.

    Hace 4 años 11 meses

  2. Explotada

    Qué manera de mezclar churras con merinas. Hay auténticas piruetas para llegar a la conclusión que anuncia el título. En medio, varias falacias, como igualar derechos civiles como el matrimnonio LGTBI con el derecho al aborto, que toca al propio derecho a la vida de niñas y mujeres, no es un asunto burgués, como es defender el matrimonio burgués para toda la población (en vez de luchar por su abolición). Esta frase "Recordemos: el género no existe, es “ideología”, es decir, no es una construcción social sino que forma parte del “orden natural de las cosas”, el orden divino." ya es un salto que no consigo entender. Lo use como lo use la Iglesia Católica, el género como construcción social será parte de un sistema ideológico, el patriarcal. No se ve cómo expresión "Ideología de género" significa que el género es de origen divino. Y en fin, la retahila habitual de igualar a la prostitución todos los trabajos que recaen en mujeres pobres. solo una cosa: de los campos de fresa se puede salir, las violaciones pueden llegar a denunciarse. Las niñas y mujeres cazadas en redes de prostitución no tienen posibilidad de escapar por sí mismas. En su caso, la violación está bendecida por el dinero que mueven puteros y proxenetas. ¿Alguien ha pedido alguna vez juzgar a un violador de burdel o carretera, y se le ha condenado por cada delito, y se ha indemnizado a la víctima? no, porque paga. Según esto, el capataz de la cosecha de fresas que ofrece un billete a una trabajadora no cometería abuso si ella, sumida en la miseria y sin nadie a quién pedir ayuda, acepta el dinero. Un trabajo extra, para la autora, parece ser. ¿Alguien ha oído a Vox o a Ciudadanos pedir el fin de la prostitución? al contrario. Valiente feminismo, valiente antirracismo, valiente antifascismo coincidir con ellos.

    Hace 4 años 11 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí