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¿Qué hacer? Quince autores en busca de una solución

La pregunta es si existe un camino intermedio para la izquierda que combine el internacionalismo y la redistribución nacional

Branko Milanović 31/10/2018

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En un delgado volumen editado por Heinrich Geisenberger, The Great Regression, quince de los pensadores sociales de izquierdas más importantes de la actualidad plantean la siguiente pregunta:  ¿cuál es el futuro de la socialdemocracia ahora que el neoliberalismo mundial se desmorona y el poder del nacionalismo y la xenofobia están en alza? No estaría confiando un gran secreto, y tampoco considero que menoscabaría el interés del libro, si digo que no tienen la respuesta; ni individual ni colectivamente. La razón es simple: la respuesta, por el momento, es difícil de dilucidar e incluso podría parecer que no existe.

Las personas que han colaborado en este magnífico volumen que, como ya he señalado, ofrece una excelente visión del pensamiento intelectual de la izquierda son (por orden alfabético): Arjun  Appadurai, Zygmunt Bauman, Donatella della Porta, Nancy  Fraser, Eva Illouz, Ivan Krastev, Bruno Latour, Paul Mason, Pankaj Mishra, Robert Misik, Oliver Nachtwey, César Rendueles, Wolfgang Streeck, David Van Reybrouck y Slavoj Žižek.

No todas las colaboraciones revisten, en mi opinión, igual interés. Encuentro que, como siempre, la escritura de Zygmunt Bauman es muy enrevesada y difícil de leer. Ivan Krastev parece ser una excepción dentro de este grupo de escritores: discrepa de Trump y el Brexit pero desde lo que parece ciertas posturas neoliberales completamente dementes.

No debería sorprender al lector que en el volumen a menudo se mencionen los nombres de Polanyi y Gramsci, y que se recupere de un largo olvido a Erich Fromm y su libro El miedo a la libertad. Prepárense para ver cómo cada vez se cita más a Fromm.

Me gustaría destacar las tres colaboraciones que me parecen más interesantes. Nancy Fraser ha escrito un excelente y audaz ensayo sobre el trasfondo ideológico de la victoria de Trump. Considera que los mayores competidores son los “neoliberales progresistas” y los “populistas reaccionarios”. Los neoliberales progresistas son obra de los “nuevos demócratas” de Clinton y sus innumerables triangulaciones que finalmente congregaron a los “progresistas” preocupados por la identidad, la igualdad de género y raza, y los derechos sexuales con los tipos más duros de Wall Street. En principio se trataba de una coalición improbable: activistas LGTBQ junto a Goldman Sachs. Pero funcionó. Los “progresistas” disfrutaban de esta influencia recientemente descubierta. Tenían a Goldman para llenarse la boca hablando de igualdad de derechos, ascender a unas cuantas personas de “color” a cargos directivos e incluso para constatar las ventajas, en su balance final, de mostrarse más receptivos a la diversidad de talentos*. Goldman Sachs ganaba dinero. Esto es lo que en la década de 1990 y comienzos de la de 2000 se conocía con el lema de “liberal desde el punto de vista social y conservador desde el punto de vista fiscal”.

¿Quién representó el papel de serpiente en este paraíso “neoliberal progresista”? Los que quedaron excluidos de este éxito económico, es decir, los perdedores de la globalización, y los que no fueron capaces o no estaban dispuestos a aceptar las nuevas doctrinas del “progresismo”. La alianza entre los progresistas y los neoliberales del sector financiero creó, casi por definición, su contraparte entre aquellos que no se habían adaptado: ya fuera económica o socialmente. Siempre que “los inadaptados” supusieran más o menos el 20% del electorado e hicieran mucho ruido con escaso éxito político (“The Tea Party”), la coalición vencedora podría hacer caso omiso de ellos. Una de las ironías de la vida es que “los inadaptados” encontraran en Donald Trump a alguien capaz de expresar, y utilizar dicho resentimiento.

Sin embargo, tal y como muestra Nancy Fraser, esta alineación de fuerzas ignoró completamente a la izquierda. La izquierda reclutó a la gran coalición de libertadores sexuales y recaudadores de dinero a las órdenes de Clinton y Obama, y siempre que amenazaba con abandonar esa coalición se enfrentaba al fantasma del horror que se avecinaba. Se convirtió en rehén de los neoliberales progresistas. Esto neutralizó totalmente a la izquierda. No podía abandonar la coalición clintoniana sin llevar al poder a los racistas y xenófobos, y no podía animar a la colación Clinton-Obama a que se acercara a la izquierda.

En este excelente análisis Fraser atribuye claramente la responsabilidad del ascenso de Trump a la “infame alianza entre ‘emancipación’ y ‘financiarización”. ¿Qué se debe hacer a continuación?: “Llegar a la masa de votantes de Trump que no son racistas ni ‘derechistas’ comprometidos, sino víctimas de un ‘sistema manipulado’” (p.48).

El análisis que hace Wolfgang Streeck de Europa es muy parecido al que hace Fraser de Estados Unidos. Actualmente se están pagando los costes de la pensée unique [el pensamiento único] adoptada por los socialdemócratas de todo el continente, mediante la ausencia de una alternativa socialdemócrata creíble que pudiera atraer los votos de los “descontentos” y, en consecuencia, contrarrestar la escalada de la derecha. A juicio de la alianza de “los neoliberales progresistas”, escribe Streeck, “el hecho de que el populacho, que durante tanto tiempo ha ayudado a promover el avance del capitalismo pasando el rato con las páginas de Facebook de Kim Kardashian… regrese ahora a los centros electorales, parece el síntoma de una regresión ominosa” (p. 161).

Streeck es muy crítico con el uso del término “populista”. Lo considera, creo que acertadamente, una manera conveniente de rechazar “en bloque” a las personas que se oponen a TINA (acrónimo de la expresión inglesa “There Is No Alternative”, “No hay alternativa” en castellano).  El término “populista” le resulta útil a la “alianza neoliberal-progresista” porque no hace distinción entre la derecha y la izquierda, y porque tanto Trump como Sanders pueden ser tildados de populistas que ofrecen “respuestas simples a una realidad compleja”.  Todo excepto TINA es simple y erróneo porque esa realidad infinitamente compleja solo la comprenden los neoliberales. “El `populismo’ se diagnostica, según la costumbre común internacionalista, como un problema cognitivo” (p. 163). Dicho de otro modo, las élites consideran que cuestionar TINA es un síntoma de algún problema cognitivo profundo. No es sorprendente que haya llamamientos para desechar el sufragio universal y reemplazarlo por la “gnosocracia”: conceder el voto únicamente a aquellos que puedan demostrar ser suficientemente inteligentes (Streeck cita tales ejemplos).

Solución: por el momento, ninguna. Estamos en el interregno gramsciano, en el que “las cadenas familiares de causa y efecto ya no están vigentes y, en cualquier momento, pueden ocurrir ciertos acontecimientos inesperados, peligrosos y grotescamente anormales” (p. 166).

Paul Mason (cuyo excelente Postcapitalism he reseñado aquí) ha escrito un hermoso ensayo inspirado en sus experiencias personales y en las de su padre. Se trata de una historia sobre la clase obrera inglesa unida por su desprecio hacia los ricos, los estafadores y el gobierno, abierta a los extranjeros como ellos y con fuertes vínculos sociales. Todo eso, según Mason, fue aniquilado por el thatcherismo. Las empresas quebraron, las minas de carbón se cerraron, el trabajo para el que estaban preparadas estas personas se hizo difícil de encontrar, los empleos se deslocalizaron, la solidaridad social se fracturó y se inició la atomización. Algunos abandonaron estos lugares ahora desolados en busca de mejores alternativas en las ciudades, otros abrazaron el nuevo dogma de la financialización y el dinero fácil. Los clubes de rugby locales cerraron sus puertas. En lugar de un tejido social rico, ahora había un desierto. 

La descripción es contundente y emotiva. Mason quiere que las cosas vuelvan a ser como lo fueron en las décadas de 1960 y 1970. Es sincero al afirmar que la izquierda debe revertir la globalización, recuperar los empleos, olvidarse de los países en desarrollo y deshacerse de los inmigrantes de la Europa del Este. Estos últimos reciben una crítica en particular, a diferencia de los inmigrantes africanos y del subcontinente indio porque, sin culpa alguna, llegaron al Reino Unido cuando el país estaba pasando de una economía fabril a una de servicios: de este modo, no podían incluirse en la ética fundamental de la clase obrera descrita por Mason porque para entonces ese mundo había dejado de existir. Sin embargo, a Mason no les gusta porque también los ve demasiado flexibles ante las demandas del capitalismo globalizado y demasiado tolerantes con los dogmas neoliberales. ¡Déjense de camareros polacos y rubios, devuélvannos ese trabajador keniata robusto e hinchado de cerveza!

Sin embargo, cabe preguntarse, ¿qué tipo de izquierdismo es ese, que tan poco se distingue del Frente Nacional de Marine Le Pen?

La pregunta que se hace al lector al final del libro es si la izquierda socialdemócrata debería mantener su internacionalismo, en cuyo caso tendría que volver a las élites de Wall Street y abandonar las políticas nacionales de redistribución, o debería centrarse en los descontentos patrios, en cuyo caso recurriría a políticas nacional-socialistas. O bien, si se encontrará un camino intermedio que combine el internacionalismo y la redistribución nacional.

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Este artículo se publicó en inglés en el blog del autor. 

Traducción de Paloma Farré. 

* Fraser (p. 41) habla con desprecio de un “feminismo corporativo centrado en ‘reforzarse’ y ‘romper el techo de cristal’”.

CTXT organiza las I Jornadas Feministas en Zaragoza el 8 y 9 noviembre. Durante dos días, más de 40 ponentes debatirán para cambiar el mundo desde el feminismo. Puedes mandar tu idea a jornadasctxt@gmail.com. Si...

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5 comentario(s)

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  1. Ubaldo Suárez

    Ese libro está traducido y Seix Barral lo publicó en España el año pasado. Se titula 'El gran retroceso' y han añadido la aportación de Santigo Alba Rico.

    Hace 5 años 4 meses

  2. ahiga Audrey

    Mi nombre es Ahiga Audrey, vivo en Ohio, EE. UU., Y estoy felizmente casado con un hombre encantador y cariñoso con tres hijos. Un gran problema ocurrió en mi familia hace un año, entre mi marido y yo, tan terrible que llevó el caso a la corte por divorcio. Dijo que nunca volvería a quedarse conmigo y que ya no me amaba. Luego salió de la casa y nos consiguió a mí ya mis hijos por un gran dolor. Intenté todos mis medios para que regresara a través de muchas súplicas, pero todo fue en vano. Al final, confirmó que había tomado su decisión y que nunca más me volvería a ver. En una noche extraña, cuando volví del trabajo, conocí a un viejo amigo mío que le preguntó a mi esposo. Le expliqué todo a ella, así que ella me dijo que la única forma en que puedo recuperar a mi esposo es visitar a una hechicera porque a ella también le funcionó. A diferencia de que nunca creí en una estaca, no tuve más remedio que seguir su consejo. Me dio la dirección de correo electrónico de la casilla de hechizos, que es "wiseozizaspiritualhome@gmail.com". Así que a la mañana siguiente envié un correo electrónico a la dirección que me dio, y la iglesia de madera me aseguró que volvería con mi esposo en dos días. ¡Qué maravillosa declaración! jajaja !!! Nunca pensé así que me habló y me dijo todo lo que tenía que hacer. A la mañana siguiente, me sorprendió que mi esposo, que no me ha llamado durante más de un año, me haya llamado para informarme que volverá. ¿Tan increíblemente correcto? Bueno, así es como regresó el mismo día, con mucho amor y alegría, y se disculpó por sus errores y por el dolor que me causó a mí ya mis hijos. Desde ese día, nuestra relación ha sido más fuerte que antes. Gracias por la ayuda de este gran hechizo. Mi consejo para todos los que están a través de diferentes desafíos es contactar a este gran hombre, y tal como lo hizo para mí, resolverá todos sus problemas. Puede enviarle un correo electrónico a través de esta dirección de correo electrónico. Le prometí que debía contarle a todo el mundo acerca de sus increíbles poderes. (wiseozizaspiritualhome@gmail.com), si está en cualquier condición, o tiene alguna dificultad para recuperar sus artículos, no solo para que él pueda ayudarlo. 1) Ser promovido en todo lo que hagas. 2) Gana buen dinero o gana una lotería. 3) Lograr el éxito en los negocios. 4) problemas espirituales. 5) ganar el juicio. 6) Busca a tu compañero de vida. 7) Obtener un trabajo bien pagado. 8) ganar el control de su matrimonio 9) Recibir favor y ganar atracción de la gente. 10) Perder dinero. (11) para curarte de todas las enfermedades. endurecido e incurable al igual que el VIH / SIDA, el cáncer, cualquier cosa (12) resolver problemas de embarazo y bendecirte con bebés. su correo electrónico una vez más la dirección es (wiseozizaspiritualhome@gmail.com) también puede contactar con él a través de whatsapp al +2348111448971

    Hace 5 años 4 meses

  3. zyxwvut

    Hay que leer a Bernabé, "la trampa de la diversidad", y reflexionar en clave local, también es interesante Clara Ramas, quedarse en el "no tenemos respuestas" es muy elegante, pero sigue favoreciendo a las clases dominantes y acomodadas, y perjudicando a las clases subalternas.

    Hace 5 años 4 meses

  4. braulio

    La pregunta no es si existe un camino intermedio. Esa pregunta es errónea porque parte de falsas y erróneas visiones del qué hacer, que se sustentan a su vez en falta de conocimiento sobre el mundo que se pretende mejorar. El hecho de que se defina como "intermedio" ya denota la alienación que portáis. Es como leer y escuchar a bebes tratando de explicar como se hace un maratón cuando no saben ni gatear. No es ese absurdo, superficial, banal, inocuo y vacío (en el fondo) concepto el que define las cosa correctamente. Tirad más por este otro concepto: coherencia. O este otro; honestidad. Ya veréis, después de muchas horas, días, semanas y años de reflexión cómo a través de esos conceptos y no los que os han vendido y habéis comprado en vuestra depravante alienación cultural, mental, ideología, emocional, relacional podéis empezar a construir una explicación mínimamente sensata del mundo humano y, a través de ella, comprender la solución. No antes.

    Hace 5 años 4 meses

  5. cayetano

    Desgraciadamente las izquierdas europeas de hecho no tienen política concreta alguna sobre la inmigración, pasan de pies juntillas lanzando balones fuera de puntillas. No se oponen frontalmente a las políticas que práctican los gobiernos con independencia del color, sean socialdemócratas o conservadores. Manteniéndose en proposiciones genéricas y maximalistas de orden ético y manifestaciones de voluntades, que dan pie a los ultraderechistas para hablar de la desaparición de fronteras para la migración. Por eso la derecha utiliza el fenómeno migratorio como un elemento arrojadizo, situando la posición de las izquierdas desde la perspectiva ética o buenista. La cuestión no es sólo el deterioro de las condiciones materiales y la incertidumbre futura, sino la impotencia de alternativa alguna al sistema financiero internacional y sus corporaciones adlateres... Las gentes sintiéndose impotentes ante los poderes económicos..., asumen la política del reparto de miseria como única vía inmediata, y dirigiendo su mirada hacia los otros pobres. Los migrantes son extraños, no son de la comunidad, y vienen a quitarnos lo poco que nos queda, es el mantra reiterado. Pero este mantra parte de la impotencia, de la misma que en España instrumentalizo al principio de la Crisis las diferencias de los trabajadores con los empleados públicos; la misma que después usaron al tratar de privilegiados egoistas e insolidarios a los empleados fijos; la misma que este verano llegaron a utilzar tratando también de privilegiados insolidarios a los pensionistas. Esa impotencia del TINA asumido por la población e izquierdas, es la base del reparto de miseria. Ahora bien, con respecto a los migrantes y sobre todo en la europa continental sobre los africanos, la falta de política concreta alguna y los balones fuera de la izquierda, es un intento fútil de evasión que no permite la ultraderecha. Lo peor es no tener posición alguna al respecto, y mantener los debates en el terreno ético cuando en la práctica no proponemos alternativa, ni fronteras abiertas ni lo intermedio. ¿Cómo conjugamos la impotencia alternativa al SFI y ..., en una fase de monetización del beneficio que requiere menos trabajo, con el mantenimiento de nuestros modelos sociales? No es una visión Malthusiana, sino marxiana que manifiesta como en el período actual la LTDTG ha recuperado su vigor, por requerirse menos trabajo. Es decir, en este período de Crisis y cambio de los procesos y medios de producción, asistimos a destruccionismo con impotencia del creacionismo. De hecho se plantea que hemos salido de la Crisis, que las tasas de crecimiento económico se ha recuperado, pero el mercado laboral sea miserizado y empobrecido a las clases populares, continuando el proceso de la menguante clase media. Esas dos realidades son compatibles, no por la debilidad de los sindicatos -que también-, sino por la falta de creacionismo que diversifique industrias y productos, por la sustitución de empleo por productividad tecnológica. Hubo un tiempo que con independencia del movimiento obrero, si no estabas conforme con la empresa, te ibas y cambiabas porque había oferta; en la obra no existía problema te ibas de una a otra para mejorar al día. Lo que ocurre ahora mismo es una situación de precarización laboral fundada en los cambios de fondo y la debilidad de los trabajadores para organizarse. Vivimos una época en que estando el capitalismo cuestionado seguimos instalados en la impotencia alternativa. Por eso la ultraderecha, que no cuestiona al capitalismo aparece como herramienta creible al ordenar el reparto de miseria y los primeros en ser excluidos son los migrantes, el eslabón más débil y necesitado de la cadena. ¿Qué hacer? Si colocamos la alternativa en el horizonte de revolución internacional alguna, allanaremos el camino a la ultraderecha. Debermos andar un camino intermedio que facilite la incorporación de los migrantes a comunidades en diversidad, al tiempo que aseguramos el ritmo de entrada que se adapte a nuestros modelos sociales. Se hace necesario articular mayorías en las comunidades definidas por los Estados. Y habrá de verse como responder a esa impotencia que genera el SFI como núcleo de la fase desposesora del capitalismo, que ha sustituido a la economía real por la especulativa como motor del crecimiento económico. Cómo acabar con la financiarización de la economía en su conjunto, y si partimos que por tiempo seguira funcionando la LTDTG, necesariamente habrá de pasar por establecer otro valor o medio de relación más allá o complementario del trabajo, llamense RBU, TSG u otras iniciativas. Empoderar a las gentes, sacar a la economía del circuito de valorización financiero-especulativa, requiere sacar determinadas actividades vitales del circuito de valor por la acción del Estado. Como ya se avanzara con la sanidad, educación , seguridad..., con carácter universal de forma acelerada tras la Segunda Guerra Mundial. Explicar esos horizontes y la plasmación gradual de dichas alternativas, al tiempo que advertir del riesgo inútil y suicida que supone no ya las políticas neolibareles, sino las alternativas que desde la ultraderecha se estan dando en el terreno económico, social, geoestratégico y ecológico, es una de las obligaciones de las izquierdas. Un cordial saludo.

    Hace 5 años 4 meses

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