1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Srećko Horvat / Filósofo e impulsor de DiEM25

“La UE nunca fue un sueño democrático”

Irene G. Pérez Barcelona , 25/03/2017

<p>El activista y filósofo croata Sreko Horvat </p>

El activista y filósofo croata Sreko Horvat 

© CCCB, Miquel Taverna, 2017

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT necesita 300 suscripciones mensuales para ser sostenible y cada vez más independiente. Puedes ayudarnos aquí

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Si Europa no logra hacer una transición hacia una utopía común, la alternativa es una deriva hacia la guerra. Así de claro lo ve el activista y filósofo croata Srećko Horvat (1983), que el lunes 13 de febrero impartió una conferencia en el Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona (CCCB) en la que habló sobre el negacionismo en el que vive actualmente occidente. “El FMI reconoce que las medidas de austeridad no funcionan, pero aún así las sigue exigiendo; en Silicon Valley se están centrando en habitar Marte en lugar de intentar solucionar o aliviar problemas existentes en la sociedad”, lamenta el autor. Para Horvat, es necesario actuar en el nivel local, nacional y europeo para “intentar conseguir lo que no consiguió la generación de Stefan Zweig”.

Entre sus obras figuran El sur pide la palabra: el futuro de una Europa en crisis (Libros del Lince, 2014), del que es coautor junto con Slavoj Žižek, y La radicalidad del amor (Katakrak, 2016). Además es uno de los impulsores, junto con el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, de DiEM25, un movimiento paneuropeo que hace una revisión crítica de la Unión Europea con el objetivo de generar un entorno de prosperidad compartida para todos sus ciudadanos.

Parece que, pese a las medidas de austeridad, en general, los ciudadanos europeos se están inclinando por los movimientos de derecha o incluso de extrema derecha. ¿A qué cree que es debido?

Lo que hemos visto en los últimos años en Europa es que, precisamente debido a las medidas de austeridad, las altas tasas de paro, los desahucios y la falta de inversión, el descontento de la gente está creciendo cada vez más. Y la izquierda, o la socialdemocracia, no ha sido capaz de ofrecer una respuesta o soluciones creíbles. Todo lo contrario, fueron los socialdemócratas los que, en cierto modo, crearon esta situación al desmantelar el Estado del Bienestar implementando medidas neoliberales. Tenemos el ejemplo de François Hollande, que se hace llamar socialista, y aprobó una reforma laboral sacada de un manual de neoliberalismo. Hay una parte importante de la población en el paro totalmente insatisfecha con el sistema actual. También tenemos la crisis de los refugiados, que ha traído como consecuencia un aumento de la xenofobia, el alzamiento de muros, la suspensión de Schengen… El resultado es que la derecha y los partidos extremistas están creciendo en toda Europa. Y, no sólo los de derechas, sino también lo que se conoce como extremo centro, como el Gobierno de Viktor Orbán en Hungría y lo que puede llegar en Francia con Le Pen. Creo que la clase trabajadora –como se vio en el Brexit, por ejemplo – está votando por los partidos de derechas, populistas, precisamente porque los socialdemócratas no consiguieron sacar a Europa de la crisis. Los populistas de derechas están teniendo éxito al vender la ilusión de que ellos serán los que crearán nuevos trabajos e inversiones, aunque es solo una ilusión.

¿Qué necesitan los socialdemócratas para recuperar esa confianza?

No creo que puedan recuperar el terreno porque la socialdemocracia del siglo XX no se puede replicar en el siglo XXI. Necesitamos más imaginación política, nuevas recetas y nuevas políticas económicas que no sean las neoliberales. Los socialdemócratas fracasaron cuando empezaron a aceptar y a implementar la ideología y economía neoliberal en forma de medidas de austeridad.

Los socialdemócratas fracasaron cuando empezaron a aceptar la ideología y economía neoliberal en forma de medidas de austeridad 

Entonces, ¿debemos aceptar que el Estado del Bienestar, tal y como lo hemos conocido, ya no es factible? ¿O la forma de conseguirlo es distinta?

El Estado del Bienestar del siglo XX ya no es posible por una serie de razones concretas. Su origen parte de un compromiso histórico entre trabajo y capital, tras la Segunda Guerra Mundial, y de un intento de la clase dominante, de los capitalistas principalmente, de evitar que la clase trabajadora se inclinara por el socialismo. Les ofrecieron un capitalismo de rostro humano, que contenía el Estado del Bienestar y democracia. En las últimas décadas comprobamos, sin embargo, que ese matrimonio capitalismo-democracia se ha acabado. El capitalismo ha cambiado, ya no necesita la democracia. Véase el ejemplo de China o de sistemas autoritarios como el de Erdogan, Putin, Orbán o Trump.

En El sur pide la palabra trata la adhesión de Croacia a la Unión Europea y cómo ni la UE ni el Gobierno croata consiguieron hacer una campaña atractiva para convencer a la población de que participara en el referéndum, una vez estaba todo negociado. Menciona también que la UE siempre encuentra la manera de obtener el resultado que quiere en las votaciones. ¿La Unión que tenemos actualmente es menos democrática que la de hace unos años o nunca entendimos realmente cómo funcionaba?

La UE nunca fue un sueño democrático o de una zona libre. Desde sus inicios, en 1953 cuando Francia y Alemania crearon un mercado común, junto con los países de Benelux, funcionó como un cártel económico. La idea de evitar una guerra entre ellos se deriva de ese acuerdo. Si tienes un mercado común no te planteas una guerra porque eso lo paralizaría. Al menos ese era el caso hasta la actualidad. Lo que vemos ahora es que la UE es aún menos democrática. No hay más que observar acontecimientos como la crisis griega y el referéndum del oxi, en el que un 62% de la población votó en contra de las medidas de austeridad y, sin embargo, bajo la presión de la Troika, Syriza se vio obligada a aceptar un tercer memorándum y nuevas medidas de austeridad.

El matrimonio capitalismo-democracia se ha acabado. El capitalismo ha cambiado, ya no necesita la democracia

Otro caso es el referéndum irlandés de 2008, cuando los ciudadanos votaron en contra de lo que quería la UE [el 53,4% rechazó el Tratado de Lisboa],y ésta forzó una segunda consulta para obtener el resultado deseado. En general, la democracia europea consiste en ir a las urnas cada cuatro años y eso no es realmente democracia porque la gente no puede realmente decidir. Pueden decidir si quiere Coca-Cola o Pepsi, si se las pueden pagar, pero ya no pueden decidir si quieren sanidad pública o educación pública. Y cada vez más, especialmente la población de la periferia, son conscientes de ello, de que Alemania es el vehículo de la UE y de que hay una clara división entre el centro y la periferia.

Lo interesante es que esto se ha convertido en un bumerán desde la periferia al centro. Los salarios en Alemania llevan años congelados y en Francia están implementando una reforma laboral que ya se había hecho en países como Grecia y España. El Brexit es una consecuencia de lo mismo; los británicos ya no ven en Europa la luz al final del túnel, sino la luz de otro tren que se acerca.

En sus libros también menciona que a los croatas se les mentalizó de que era elegir entre la civilización (Europa) o la barbarie (los Balcanes). ¿Quién creó esas etiquetas?

Este es un viejo mito que se remonta más allá de la UE. Maria Todorova lo refleja muy bien en su libro Imagining the BalkansDurante siglos, cuando los europeos occidentales viajaban a los Balcanes y escribían sobre ellos, los describían como un lugar en el que podía pasar “cualquier cosa”, “esa gente loca que vive ahí”. En los noventa, cuando empezó la guerra, los Balcanes seguían siendo percibidos como ese “corazón de las tinieblas” europeo. Se hablaba de “locos croatas y locos serbios matándose entre ellos como si no supieran hacer nada más”. Sin embargo, fue Yugoslavia la que creó la asistencia sanitaria gratuita, la educación pública gratuita, una infraestructura social. Su nivel de vida era superior al actual. Antes de la adhesión de Croacia y de Eslovenia a la UE, se percibía un ostracismo. Incluso croatas y eslovenos, principalmente los intelectuales liberales, decían que, si no entrábamos en la UE, tendríamos otra guerra, inestabilidad, nacionalismo, etcétera.

La democracia europea consiste en ir a las urnas cada cuatro años y eso no es realmente democracia porque la gente no puede realmente decidir

Pero si miras a Europa actualmente, ves guerras, guerras civiles, terrorismo cada semana, inestabilidad, ausencia de un sueño de prosperidad común. Así que creo que fue un mito que se vendió a los votantes croatas. Nos lo vendió Europa, y también los intelectuales croatas que estaban espantados de pertenecer a los Balcanes y que querían incorporarse a la “Europa civilizada”, aunque Europa como tal ya se estaba desintegrando. 

Aunque no parece que vaya a suceder pronto, hace tiempo que está sobre la mesa la adhesión de Serbia. ¿Cree que los croatas vetarían esa incorporación? 

No depende tanto de los croatas, sino de los serbios. Serbia es uno de los países más interesantes en la actualidad en términos geopolíticos, especialmente tras la victoria de Trump, que ya ha dicho abiertamente que no le importan los Balcanes, lo que significa que Serbia será todavía más un protectorado de Rusia. Ahora ya hay una gran influencia de Rusia en Serbia. Por ejemplo, Gazprom posee parte de la que antes era la compañía estatal de petróleo de Serbia. También hay una fuerte presencia de capital chino y árabe. Por ejemplo, planean construir lo que llaman Belgrade of the Waterfront [Belgrado de la ribera], un complejo de rascacielos, tiendas y demás. Los Emiratos Árabes Unidos son los dueños de lo que antiguamente era JAT, la aerolínea estatal yugoslava, que ahora es propiedad de Etihad. Geopolíticamente, Serbia está no solo cerca de Rusia, sino también de China y de Emiratos Árabes Unidos. En este sentido, cuando miras desde Serbia a Europa, con la crisis económica y los problemas que hay, Europa está en una posición aún peor que cuando Croacia se adhirió en 2013. A eso hay que sumarle el Brexit... un país que deja la UE. Por otra parte, en la UE nadie habla de ampliación como hicieron con Croacia. Realmente está en el aire y no sé cuántos años pueden pasar hasta que Serbia se incorpore o se plantee siquiera entrar.

¿Cómo están gestionando los Balcanes la crisis de los refugiados?

Al principio había mucha solidaridad, sobre todo por parte de la gente, que iba a las principales estaciones de trenes y campos y proporcionaban comida, alojamiento y ropa a los refugiados. Todavía tenemos una memoria reciente de nuestra guerra que desplazó a muchos miles de personas. Eso cambió cuando Hungría cerró las fronteras, construyó muros y levantó vallas. Entonces, Serbia, Croacia y Eslovenia se encaminaron en la misma dirección.

Ahora la ruta de los Balcanes está cerrada, aunque todavía llegan refugiados y lo peor es que la situación se ha normalizado. En Belgrado, en la principal estación de trenes, hay varios miles de personas, sobre todo de Afganistán. Existe una división entre los refugiados de guerra, que son los buenos, y los demás, que son refugiados económicos, una construcción ideológica cínica. Se ha normalizado. Pero esto no solo pasa en los Balcanes. He estado en Calais, en Idomeini… en todas partes es así. Hay refugiados en las calles, durmiendo en bancos, en estaciones de tren y metro, y la gente se ha acostumbrado a ello, se ha normalizado. 

Sobre Croacia explica también la forma en la que el Gobierno privatizó las compañías públicas tras la guerra. ¿En qué sentido y hasta qué punto jugó un papel la UE en esas privatizaciones?.

El primer paso hacia la privatización empezó en Yugoslavia en 1979, antes de que muriera Tito, cuando Yugoslavia consiguió el primer préstamo del FMI. Hasta 1986, Yugoslavia consiguió seis préstamos del FMI, y cuando el FMI presta no te lo regala, sino que pide algo a cambio. Y lo que pidieron fueron medidas de austeridad, desindustrialización y privatizaciones graduales, que, en mi opinión, llevaron a una creciente insatisfacción, nacionalismo y, posteriormente, a la guerra. Las compañías europeas utilizaron la guerra como doctrina del shock. Gran parte de la población estaba luchando entre sí, creyendo que los serbios o los croatas eran los enemigos, y, al mismo tiempo, la élite croata tenía muy buenas conexiones con la élite europea, así que durante ese periodo la mayoría de los bancos se privatizaron –actualmente, alrededor del 90% de los bancos que operan en Croacia son alemanes, franceses o italianos--. Todo lo que era propiedad del Estado se privatizó gradualmente, como las telecomunicaciones, que actualmente son de Deutsche Telecom. También se vendió la mayor farmacéutica. Justo cuando estalló la guerra, Coca Cola empezó a comprar recursos hídricos en Serbia, Bosnia y Croacia. Ahora nos encontramos en una situación en la que no sólo las infraestructuras, las fábricas y la industria ya no existen porque se privatizaron, y en la que también los recursos naturales se están privatizando,  sino que, además, nos enfrentamos a la privatización gradual de la educación y del sistema sanitario. 

En todas partes hay refugiados en las calles, durmiendo en bancos, en estaciones de tren y metro, y la gente se ha acostumbrado a ello, se ha normalizado

En su libro publicado en 2013 menciona la importancia de una izquierda europea unificada. ¿Cuán cerca o lejos estamos de ese objetivo?

No muy cerca. No obstante, mantengo la tesis de que, sin una unificación de los movimientos progresistas, no hay futuro para Europa. Y cuando digo esto no me refiero sólo a que la izquierda debe unirse, sino que creo que todos los demócratas progresistas deberían unirse y ampliar los horizontes, lo que significa que los socialdemócratas, liberales, izquierdistas, ecologistas, feministas, etc., deberían unirse en un movimiento común. Esa es la razón por la que, junto con Yannis Varoufakis, iniciamos DiEM25, que trata de proporcionar una infraestructura y ampliar los horizontes para los progresistas que todavía creen en Europa, no en el sistema actual de la UE, sino en la idea de una Europa basada en la solidaridad, la igualdad y la prosperidad. 

CTXT necesita 300 suscripciones mensuales para ser sostenible y cada vez más independiente. 

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Saúl

    Y ahora los trolls de internet llegan a los comentarios de CTXT de 3 en 3! fantástico. Eso es que empieza a ser conocido. Bien

    Hace 7 años

  2. Federico Soto

    Sin embargo, Europa sí fue aun más que un sueño, una realidad democrática que, rechazando a FRANCO, debilitó su dictadura. Claro que hay quien dice que TODO en la Transición fue una trampa, una traición y se oye cantar "lo llaman democracia y no lo es" y otras sandeces. Y si se destaca que los "valores europeos" no son aire, son reales -como la abolición de la pena de muerte- uno es acusado de defender el capitalismo y otras no menos importantes sandeces. Mala cosa sería no levantar estas banderas europeas, precisamente, para hacerlas algo más que frases, sino realidades en el camino a una Europa de los pueblos, socialista y democrática.

    Hace 7 años

  3. Ewiak Ryszard

    La desintegración de la UE es inevitable. La Biblia dice: "Y [el rey del norte = Rusia desde la segunda mitad del siglo XIX. (Daniel 11:27)] volverá a su tierra con grandes riquezas [1945], y su corazón será contra el santo pacto [la hostilidad hacia los cristianos]; y actuará [esto significa alta actividad en el ámbito internacional], y se volverá a su tierra [1991-1993. El colapso de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia. Las tropas rusas volvieron a su país]. En el tiempo señalado volverá." (Daniel 11:28, 29a) El retorno de Rusia en este contexto significa también la desintegración de la Unión Europea y la OTAN. Muchos países del antiguo Bloque del Este volverá a la esfera de influencia rusa.

    Hace 7 años

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí