1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

El discurso político de Susana Díaz

Propugnar la victoria como contenido principal de la acción política ni conduce a la victoria, ni compromete responsabilidad alguna ni desde luego ayuda a clarificar la oferta política del PSOE

Miguel Pasquau Liaño 28/03/2017

<p>Felipe González, Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado 26 de marzo. </p>

Felipe González, Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado 26 de marzo. 

Willy Veleta

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT necesita 300 suscripciones mensuales para ser sostenible y cada vez más independiente. Puedes ayudarnos aquí

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Susana Díaz ha presentado en un acto público multitudinario su candidatura a la Secretaría General del PSOE. Lo ha hecho con una escenografía impecable desde el punto de vista de su eficacia simbólica: se trataba de hacer visible que ella es la candidata no del aparato, ni tampoco de una parte del PSOE enfrentada a otra, sino del PSOE mismo. De ahí el lema (“Cien por cien PSOE”). De ahí la presencia de quienes han aglutinado hasta ahora al partido, y de quienes significaron una variante secundaria pero autónoma (Felipe González y Guerra, Zapatero y Bono, Rubalcaba y Chacón). De ahí una muy numerosa presencia de público que representaba a la “militancia”. De ahí un cuidadoso reparto de alusiones y presencias territoriales. Y de ahí su llamada explícita a identificar adversarios externos, como si no se tratase una contienda interna, como si se tratase de una candidata única entronizada por aclamación.

En efecto, desde el punto de la vista simbólico y escenográfico, los organizadores del evento han hecho un muy buen trabajo. Pero arriadas las banderas y regresados los autobuses, se abre de inmediato un pequeño vacío en el que el entusiasmo, las emociones y la fuerza persuasiva de los símbolos tienen que librar una batalla real. Esa batalla es la del discurso político. Y aquí es donde se agolpan las objeciones. Porque, como se trata de un partido político y no de una secta religiosa, la autoafirmación ha de hacer las cuentas con algo más difícil: una oferta política diferenciada e identificable a esa ciudadanía que está esperando para ver si en los próximos años se arrima al PSOE, o a Ciudadanos, o a Podemos, o si se queda en su casa. Al fin y al cabo, las primarias interesan poco si no son el centro de una espiral que se abra hacia afuera y envuelva los alrededores del partido con la misma ratio de progresión elíptica. 

“Gobernar desde la victoria”

¿Y cuál es el discurso político de Susana Díaz? ¿Qué viene a traer a la política española, además de un voluntarismo emocional? No mucho, es verdad. Pero tampoco nada. Su discurso es algo tan vistoso como deliberadamente insustancial: la victoria. Ganar, gobernar desde la victoria electoral, ganar como ganaron González y Zapatero. Pero no caigan en el error de creer que esto es sólo retórica. Hay un mensaje dentro que merece algo de atención, porque tiene mucho de estratégico, y determinará consecuencias que conviene analizar, si no queremos quedarnos precisamente en el nivel de las emociones.

De entrada, este discurso es una enmienda a buena parte del PSOE territorial que no ha tenido reparos en gobernar desde la derrota. Son muchísimos los ayuntamientos y no pocas las comunidades autónomas en las que el PSOE se ha coaligado con Podemos o similares para participar en el gobierno. Ahí están, en este momento, Valencia y Castilla la Mancha, cuyos presidentes aplaudían impertérritos ese “gobernar desde la victoria”, pese a que ellos gobiernan desde la derrota. Lo hizo incluso el PSOE de Andalucía con Izquierda Unida en la penúltima legislatura, antes de la emergencia de Podemos, cuando fue derrotado por el PP. Y toda la impresión es que ese escenario, en el que el PSOE resultará la segunda o la tercera fuerza política pero con capacidad de formar mayorías alternativas a aquellas en las que pueda estar el Partido Popular, va a repetirse una y otra vez. Díaz ha querido resucitar, me parece, la promesa que hizo Zapatero en  2004: “no gobernaré si no tengo un voto más que el PP”. Aquello funcionó entonces, porque no había alternativas a Aznar/Rajoy que no pasasen por él, pero no es difícil tener la convicción de que en este momento histórico una promesa así supondría más bien un desaliento para el voto socialista crítico y un trasvase hacia otros partidos que aseguren estar dispuestos a pactar contra el PP aunque éste fuese el más votado. ¿Por qué lo hace entonces?

 Díaz ha querido resucitar, me parece, la promesa que hizo Zapatero en  2004: “no gobernaré si no tengo un voto más que el PP”

Avancemos un poco en el significado político de este discurso. Si se fijan, ese “gobernar desde la victoria” tiene una secuela lógica inevitable, que nos va a dar la clave: “… y abstenerse de intentar formar un gobierno con otros grupos en caso de no ser la primera fuerza en votos”. De esto se trata. Justamente es lo que se “arrancó” en aquella “operación Gestora” que, por medio de un ardid estatutario, tumbó al entonces Secretario General, Pedro Sánchez, cuando este tomó la decisión de resistirse al plano inclinado de la abstención. No hay, pues, solo un mero lema publicitario, sino que también hay una justificación de aquella decisión de permitir la investidura de Rajoy con la abstención del grupo parlamentario socialista. Es una posición política legítima, no faltaba más, aunque no deja de ser llamativo que Díaz no la haya defendido con claridad: quizás porque ella y quienes le apoyan no tienen claro que dicha posición cuadre con las expectativas de muchos militantes del partido para los que la ideología es más importante que el poder y que los puestos de trabajo satélites del poder, a los que ni siquiera aspiran.

Lo cierto es que propugnar la victoria como contenido principal de la acción política ni conduce a la victoria, ni compromete responsabilidad alguna (pues es un mero voluntarismo), ni desde luego ayuda a clarificar la oferta política que va a sostenerse ante una ciudadanía que en un porcentaje decisivo no está hoy día en la batalla de qué siglas quiere que gobierne, sino que por fin parece más interesado en qué se va a hacer desde el Gobierno. Ya sé que la aspiración a la victoria es consustancial a un partido político no minoritario. Pero una cosa es utilizarlo retóricamente en un mitin, y otra cosa es que de manera deliberada y calculada se invoque esa palabra para eludir las preguntas difíciles que están encima de la mesa del PSOE. Esta es otra de las claves.

Desde, al menos, las elecciones de diciembre de 2015, las circunstancias están reclamando al PSOE un esfuerzo de clarificación de su oferta política que no está pudiendo o sabiendo perfilar. Y es obvio que una oferta consistente en “ganar” no clarifica nada. De este proceso de elección del Secretario General del PSOE cabría esperar que se librase, por fin, de manera abierta y explícita, y con todo el dramatismo que la ocasión exige, un enfrentamiento entre sectores ideológicos que viven y hacen política dentro del PSOE, tan poco unánimes con relación a aspectos fundamentales de la política de la próxima década. Pero podría sospecharse que a Susana Díaz, en cambio, le interesa un debate que no enfrente a unas partes con otras, porque ello la situaría en el estatus de “parte”. Y, ¿cómo evitarlo, si se trata de unas primarias internas sin aclamación y con tres candidatos? Pues sólo hay una manera: presentar estas primarias como una lucha entre el “todo”, que es ella (“cien por cien”) y una parte, que es Sánchez (a López apenas va a mencionársele). El problema para los espectadores interesados es que asignarse el lugar del “todo PSOE” supone dejar sin respuesta las preguntas que hasta ahora no ha sido capaz de responder el PSOE. ¿Cómo va a entrar la candidata del “todo PSOE” en las disputas que lo tienen dividido? Hagamos entonces un discurso deliberadamente neutro: “ganar”.

El pacto nacional del bipartidismo

Pero el cartero llama siempre dos veces. O tres. En la próxima ronda electoral, el PSOE va a verse obligado a decidir en muchos sitios si, al no haber mayoría absoluta del PP ni mayoría simple del PSOE, se abstiene facilitando un gobierno del PP o si busca la conformación de un gobierno desde el entendimiento con Podemos o similares. Puede que algún entusiasta, al salir de IFEMA o al leer la previsible encuesta de Metroscopia del próximo domingo, llegase a creer que la victoria electoral de un PSOE con Susana Díaz será arrolladora, pero parece prudente plantear escenarios más realistas.

El bipartidismo de ese “gobernar desde la victoria” es un bipartidismo asimétrico: para mí el sur, y para ti España

La primera opción en tal escenario es la que se describió en su día por José Luis Serrano (parlamentario andaluz de Podemos en su último año y medio de vida) como “pacto nacional del bipartidismo” según el cual PP y PSOE se comprometerían, ambos, a facilitar (con la abstención) el gobierno de aquél de los dos que resulte el partido más votado en cualquier proceso electoral; y puesto que de momento será muy improbable (salvo en País Vasco y Cataluña) que otras fuerzas consigan la mayoría de gobierno sin el apoyo de al menos el PP o el PSOE (es decir, contra el voto negativo de ambos), es claro que dicho compromiso recíproco asegura la supervivencia del bipartidismo, es decir, el gobierno de uno o de otro, y ello sin necesidad de una “gran coalición” con participación conjunta en el Gobierno. Este es, de momento, al menos, el modelo de Susana Díaz, y cuenta además con el inestimable refuerzo externo de Ciudadanos, que, como arbotante de lujo, parece también dispuesto a apoyar a aquel de los dos que obtenga más votos, a cambio de algunas concesiones regeneracionistas y del mantenimiento de su suelo electoral en espera de tiempos futuros. El resultado final, salvo convulsión electoral, es claro: Podemos será un partido parlamentario, pero no un partido gubernamental. Hay, sin embargo, otras víctimas menos visibles de ese pacto, y están dentro del PSOE.

En efecto, este pacto de aislamiento de Podemos puede acaso convenir a los intereses partidistas en Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha, y no sé si algún territorio más, pero sin duda hundirá toda expectativa de influencia del PSOE en otros territorios en los que o bien ha dejado ya de ser segunda fuerza, o al menos está lejísimos de ser la primera, por lo que “ganar” es un listón inalcanzable. Y no me parece extravagante pensar que esta lógica es la que con más énfasis está propulsando el poderoso PSOE del sur, que tanto se juega en puestos de trabajo y manejo de presupuestos. El problema es que dicha lógica aleja al PSOE del gobierno de la nación, y lo conduce a la irrelevancia en casi todo el norte y el este de España. Por ello el bipartidismo de ese “gobernar desde la victoria” es un bipartidismo asimétrico: para mí el sur, y para ti España.

Menos mal que nos queda Portugal

Lo que, en fin, quiere eludir Susana Díaz, está obligado a provocarlo Pedro Sánchez. El valor neto que tiene su candidatura es el de un cambio de rumbo, y ello requiere precisar con especial claridad las estaciones de paso y de llegada de la ruta que se propone, así como los compañeros posibles de viaje. Díaz, en cambio, puede permitirse el lujo de no precisar su ruta, porque le basta con decir que su veleta señala al norte de la victoria desde la fuerza del sur. Pero Sánchez sí necesita contenidos con los que provocar respuestas claras de Díaz para bajarla al terreno de las decisiones estratégicas y comprometedoras. Si Sánchez quiere ser coherente con su crítica a la abstención en la investidura de Rajoy, debe decir con claridad que él sí cree que el PSOE debe buscar el entendimiento con Podemos y sus confluencias territoriales para conformar gobiernos “a la portuguesa”.

Sánchez necesita contenidos con los que provocar respuestas claras de Díaz para bajarla al terreno de las decisiones estratégicas y comprometedoras

No creo que Sánchez tenga otra baza posible, porque si pretende basar su candidatura en su liderazgo personal, sin significantes estratégicos e ideológicos, o en un simple ajuste de cuentas, será barrido del escenario, entre otras cosas porque, aunque a muchos les indignase el modo en que se gestó la Gestora como pantalla protectora de la espera de la Mesías, tampoco creo que esa militancia tenga buen recuerdo de la época en que Pedro Sánchez fue Secretario General. Yo creo que no lo tiene ni él mismo.

Ganar está bien. Se está en política para intentar ganar. Susana Díaz dice y repite que tiene fuerza, que tiene ganas, y que le gusta ganar. Su equipo ha preparado bien una campaña con caballos ganadores. Pero -y esto es una confesión personal- en tiempos difíciles en que los vientos empujan a escenarios en que las correcciones socialdemócratas al capitalismo apenas encuentran espacio real, a mí me producen desazón los discursos de la victoria. Aprecio más los discursos de resistencia.  

[PS: Y, por cierto, he dejado una grieta importante para el final: en la escenografía del domingo, en la que parecían estar todas las caras A y B del partido en sus diferentes etapas, había una ausencia importante. Faltaba Josep Borrell, quien en su día, presentándose como “parte”, ganó al “todo PSOE” en unas primarias].

CTXT necesita 300 suscripciones mensuales para ser sostenible y cada vez más independiente.

Autor >

Miguel Pasquau Liaño

(Úbeda, 1959) Es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Serie Meade

    Una manera fina de decir que la única aportación de Susana Díaz es el apoyo de los dirigentes históricos y los líderes de las regiones limítrofes. Su ideología se resume en haber abrevado en la sede del partido desde su adolescencia, y ser una alternativa completamente aguada de PP y Ciudadanos. Está escorada a la extrema derecha (por eso se entiende tan bien con los de Rivera), con un discurso rancio, previsible, viejuno y muy facha.

    Hace 7 años

  2. Adolfo Vázquez

    Artículo muy acertado que aclara las claves que el PSOE susanero quiere ocultar: que ese "pacto nacional del bipartidismo" por el que apuesta Susana Díaz (aunque trate de ocultarlo), implicará que gobierne el PP en todo caso: la relación PSOE-Podemos está demasiado ajustada en todas partes (salvo quizá Andalucía), mientras que Cuñadanos, respecto al PP, no es más que un satélite que en las elecciones apenas les hace cosquillas (y luego se convierte en fiel lacayo). En ese escenario, la pretensión de Susana Díaz de "gobernar desde la victoria" significa que el PSOE dejará gobernar al PP en casi todas partes, antes que pactar con otras fuerzas progresistas. Además, esa apuesta de "gobernaré si tengo más votos que el PP" podría tener alguna posibilidad de éxito si se viniese de liderar una oposición a una mayoría absoluta del PP (como era el caso de ZP en 2004), pero es que ahora no sólo es que el PSOE ya no tenga el cuasi-monopolio de la oposición al PP, como antiguamente: es que lo más grave es que el propio PSOE ha contribuido a sostener al PP en el poder. La intención del PSOE susanero de no pactar si no tiene más votos que el PP, con la casi certeza de que eso no va a pasar en casi ningún caso, y unido todo ello a la "mancha del expediente" de haberse abstenido para que gobernase Rajoy, da como resultado previsible que el PSOE deje de ser considerado como un "voto útil" para los votantes progresistas (con el peso que ha tenido el concepto de "voto útil" en el sistema electoral español). En este escenario, la posición del PSOE se parece alarmantemente a la del PASOK griego o a la de los socialdemócratas holandeses, que se han desplomado de 38 escaños a 9. Si esos dirigentes socialistas del Ifema, que con tanto entusiasmo apoyan a Susana Díaz, no son conscientes de que se están cavando la tumba, tal vez se lo merezcan. Ya lo decían los griegos: "los dioses ciegan a los que quieren perder".

    Hace 7 años

  3. Adolfo Vázquez

    Artículo muy acertado que aclara las claves que el PSOE susanero quiere ocultar: que ese "pacto nacional del bipartidismo" por el que apuesta Susana Díaz (aunque trate de ocultarlo), implicará que gobierne el PP en todo caso: la relación PSOE-Podemos está demasiado ajustada en todas partes (salvo quizá Andalucía), mientras que Cuñadanos, respecto al PP, no es más que un satélite que en las elecciones apenas les hace cosquillas (y luego se convierte en fiel lacayo). En ese escenario, la pretensión de Susana Díaz de "gobernar desde la victoria" significa que el PSOE dejará gobernar al PP en casi todas partes, antes que pactar con otras fuerzas progresistas. Además, esa apuesta de "gobernaré si tengo más votos que el PP" podría tener alguna posibilidad de éxito si se viniese de liderar una oposición a una mayoría absoluta del PP (como era el caso de ZP en 2004), pero es que ahora no sólo es que el PSOE ya no tenga el cuasi-monopolio de la oposición al PP, como antiguamente: es que lo más grave es que el propio PSOE ha contribuido a sostener al PP en el poder. La intención del PSOE susanero de no pactar si no tiene más votos que el PP, con la casi certeza de que eso no va a pasar en casi ningún caso, y unido todo ello a la "mancha del expediente" de haberse abstenido para que gobernase Rajoy, da como resultado previsible que el PSOE deje de ser considerado como un "voto útil" para los votantes progresistas (con el peso que ha tenido el concepto de "voto útil" en el sistema electoral español). En este escenario, la posición del PSOE se parece alarmantemente a la del PASOK griego o a la de los socialdemócratas holandeses, que se han desplomado de 38 escaños a 9. Si esos dirigentes socialistas del Ifema, que con tanto entusiasmo apoyan a Susana Díaz, no son conscientes de que se están cavando la tumba, tal vez se lo merezcan. Ya lo decían los griegos: "los dioses ciegan a los que quieren perder".

    Hace 7 años

  4. Nobilis Bellator

    Mi unica critica de esta opinión tan acertada sería que la lea Miss Piggy y se de cuenta que va directamente camino a un fracaso y que haga ajustes a su estrategia. Pero es muy muy improbable....jajaja

    Hace 7 años

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí