1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Sala de despiece

El incordio de ser pobre

Sergio del Molino 30/10/2016

LA BOCA DEL LOGO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

---------------------------------
CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agüeros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas a financiar este despliegue?

---------------------------------

Ser pobre es fastidioso. No sólo por la molestia constante y poco reparable de la pobreza misma, sino porque acarrea la sombra de una sospecha permanente. Los pobres son (somos) mala gente, estafadores en potencia, ladrones, defraudadores, impostores. Vivo con un pie en el mundo de los pobres y otro en el de los ricos. Cuando soy pobre, me cachean, me increpan y me tratan de usted, que es la fórmula despectiva del castellano. Cuando soy rico, entro sin que nadie me toque, me ríen los chistes y me tratan de tú, que es la fórmula de respeto.

Mi condición de escritor me permite vivir en ambos mundos. Me invitan constantemente a dar charlas, a ferias, a festivales y a todo tipo de saraos festivo-artístico-literarios. Escribo este artículo en un AVE camino de Málaga, de hecho, y no he pagado el importe del billete ni el hotel donde voy a dormir esta noche. Esa vida suele implicar atenciones y deferencias que no disfruto en mi vida de pobre. Me invitan a comer en restaurantes a los que no iría si tuviera que pagarlos yo, me reservan hoteles que no me plantearía para mis vacaciones, me ponen coches con chófer cuando es necesario y me asignan cicerones que se preocupan por sacarme de paseo y abonar la cuenta de las primeras copas.

Los dependientes del Corte Inglés no nos quitaban ojo cuando merodeábamos por los pasillos

No siempre, claro, pero no es infrecuente. Sarao tras sarao y hotel tras hotel, me he dado cuenta de que una de las ventajas de ser rico, incluso de ser un rico de pega y provisional como lo soy yo (un rico profesional, que interpreta el papel de rico como parte de su trabajo), es que nunca tienes que dar una explicación, nunca eres un intruso. Conserjes, recepcionistas, guardias de seguridad y camareros son tus amigos. Te sonríen, te miman y se alían contigo. Quizá quien ha nacido rico no encuentre nada extraordinario en este hecho, pero todos los chicos pobres de barrio hemos crecido creyendo que el trabajo de conserjes, recepcionistas, guardias de seguridad y camareros consistía en echarnos de los portales, decirnos que allí no podíamos entrar y enseñarnos el cartel de reservado el derecho de admisión.

Los dependientes del Corte Inglés, tan amables cuando te ven interesado por la tele más grande de la planta de electrónica, formaban parte de esos enemigos que no nos quitaban ojo cuando merodeábamos por los pasillos. Porque el rico pasea. El pobre merodea.

Fui hasta el final del metro de Madrid, muy al norte, a un lugar donde me suelen llevar en coche o en taxi, pero esa mañana me venía bien el metro. Como salía del término municipal de Madrid y se aplicaba una tarifa especial, la megafonía recordaba en cada estación que los pasajeros debían tener el billete correcto (más caro) si querían seguir viaje. Ya estaba expuesta la información, no creo que nadie en ese tren ignorase aquello. De hecho, los tornos no se abren si no llevas el billete adecuado. ¿Por qué tanta insistencia? Porque no te puedes fiar de los pobres. Los gestores del metro creen que transportan a gentuza que se colará y burlará todos los controles.

Por eso se empapela todo con advertencias de multa para los infractores. En el tranvía de mi pueblo, la megafonía recuerda también constantemente que todos los viajeros han de ir provistos del correspondiente título de transporte. Esa es otra muestra de desprecio al pobre: hablarle con perífrasis. A un rico le piden el billete. A un pobre le solicitan el título de transporte.

Una declaración de la renta baja activa más alarmas en la Agencia Tributaria que una millonaria

Hace unos meses me llamó una chica muy amable que decía ser de Iberia. Le llamo porque es usted titular de una tarjeta Iberia, dijo, y queremos ofrecerle esta otra tarjeta para que acumule puntos y gane vuelos. De acuerdo, se me ocurrió decir, y empecé a responder sus preguntas. Por ellas deduje que en Iberia estaban convencidos de que yo era un potentado. Tenía varios viajes transoceánicos en los últimos tiempos, alguno en clase business, y apuntaba maneras de perfil de ejecutivo. Lo que no debía de saber la chica es que no había pagado ni uno solo de ellos, eran invitaciones para dar charlas y participar en festivales literarios, y la cuenta de gastos corría a cargo de mis anfitriones. Por eso no supo encajar la respuesta que le di cuando me preguntó por mis ingresos medios anuales. Dios mío, debió de pensar, llevo quince minutos hablando con un pobre. Y lo que es peor: llevo quince minutos tratándole como si fuera rico. Se acabó la amabilidad. Bueno, dijo azorada. Ya recibirá la información en su correo. Y colgó. Qué pena, pensé. Parecía maja, estaba disfrutando de la conversación.

Este sentimiento continuo de sospecha hace muy fatigosa la vida del pobre, pero yo no me había dado cuenta hasta que me tocó ser rico. Aunque sólo me toca ser rico una vez a la semana, noto mucho el contraste. Ocurre en todas partes. Una declaración de la renta baja activa más alarmas en la Agencia Tributaria que una millonaria. ¿Qué se ha creído este pobre, que nos tragamos que vive con esos ingresos? Hazle una inspección, que estará cobrando en negro.

Ahora que sé de qué va la vida en ambos mundos, lo que más me molesta de mi pobreza no es la miseria en sí, que la llevo bien (al fin y al cabo, nací aún más pobre de lo que soy ahora), sino darme cuenta de que hay un mundo donde no soy sospechoso de ladrón ni de terrorista ni de estafador. Un mundo de puertas VIP donde nadie me cachea ni me pide pagar por adelantado ni hay que hacer fila con orden de campo de concentración. Y además de la irritación que siento, me frustra no poder decirles que sospechan de la gente equivocada, que los pobres que conozco van siempre con el dinero en la mano y abonan todas las cuentas sin rechistar. La insurrección siempre se enciende en la sala de los ricos, porque en ella no hay nadie vigilando.

---------------------------------
CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agüeros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas a financiar este despliegue?

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Sergio del Molino

Juntaletras. Autor de 'La mirada de los peces' y 'La España vacía'.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

17 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Porfiado JgMorandi

    el que no quiere ser rico es porque nunca ha sido pobre...la alt-right buscando excusas, no muerdas la mano del amo, grupo prisa te pone cualquier día un chalé con chimenea y unas pantuflas, así quién quiere ser pobre, y encima tienes tema para escribir tus memorias. pero, qué hace este cachorrito de prisa escribiendo en ctxt?

    Hace 6 años 2 meses

  2. Daniel

    Genial, acertado y gracioso. Yo creo que soy medio pobre, de padres medio ricos y una educación a base de calle, instituto, colegio privado y lsd. He vivido algunas de las situaciones que cuentas y otras similares. Eso sí, yo orgulloso de que me hecharon dede los portales

    Hace 7 años 4 meses

  3. Tere

    Yo también soy rica algunos días de trabajo y he reconocido todas las circunstancias que cuentas, añadiría lo fuera de lugar que me siento y lo que me cuesta nadar en la pecera de la que no soy natural...

    Hace 7 años 5 meses

  4. yocp

    Es la primera vez en mi vida, y tengo 62 años, que me dicen que el "vuesa merced" (usted) es la forma despectiva de tratarte en castellano. ¿no será el privarte de tratamiento, es decir, el tuteo? Por lo demás, muy buen artículo.

    Hace 7 años 5 meses

  5. Javier V.

    "La insurrección siempre se enciende en la sala de los ricos". Insurrección, la palabra que estropeó el artículo.

    Hace 7 años 5 meses

  6. John

    Excelente artículo, en el apartado de la declaración de la renta cabría mencionar una cosa más, los ricos van a la oficina o Delegación Central de Grandes Contribuyentes, es decir, no se juntan con los demás, allí encima de todo tienen la oportunidad (por el hecho de ser grandes fortunas) de 'negociar' los impuestos a pagar!, que deferencia con los pobres ricos!...luego les sale a devolver, eso si, si eres pobre no tienes opción (tampoco eso de las amnistías fiscales que algunos Grandes Defraudadores tienen!)...el pobre tiene que pagar, lo que le salga del resultado del IRPF y si no le persiguen a muerte...en fin, los que pagamos impuestos somos vistos como sospechosos y los ricos roban a dos manos y con permiso...si en este país les cobraran lo que deben pagar a estos "Grandes" otro gallo cantaría!. Saludos.

    Hace 7 años 5 meses

  7. Carlos

    Genial post, pero se te olvidó mencionar que el pobre paga y el rico es rico porque no paga o hace por no pagar.

    Hace 7 años 5 meses

  8. Humberto Mondejar Gonzalez

    Je, je,... En Cuba la policía política te dice: "Ciudadano identificarse" Eso quiere decir, dame tu carné de identidad, ya estás indocumentado cuando se lo das y como lo piden tantas veces al dia, no vas a ir muy lejos; asi que abre los maletines y acompáñame a sector de la policía más secano, porque allí todo es ilegal, lo que llevas para subsistir puede ser de procedencia ilegal porque solo hay un dueño de todo.

    Hace 7 años 5 meses

  9. Antonio Torres Anaya

    Excelente, refleja una situacion real en la vida con una claridad y realidad absoluta.

    Hace 7 años 5 meses

  10. josemicoronil

    Me ha encantado el artículo, sobre todo es muy didácticos para aquellos que, al contrario que nosotros, no saben lo que es que te mire con desprecio algunas personas por simplemente tener números inferiores en la cuenta de ahorros. Porque en España, pese a que somos (o al menos eso quiero pensar) más tolerantes hacia las diferentes, etnias, razas, culturas, condiciones sexuales, y demás diferencias que podamos tener, parece ser que dependiendo de tu salario seas más o menos respetable o incluso más o menos personas, aunque lo más curioso de esto, como bien se comenta en el artículo, que muchas veces dicha discriminación monetaria viene por parte de gente que prácticamente es igual de pobre que uno mismo, o incluso si tiene más dinero, la "diferencia de riqueza" es prácticamente anecdótica. ¿A tal punto de cinismo hemos llegado la sociedad española? Con cosas así veo normal que a mi alrededor haya gente que se compre un móvil de 800€, se hipoteque a una casa que apenas pueda pagar, o tenga un coche de 25.000€ con un sueldo temporal bajo... Esa gente creo que se aplican demasiado bien el refrán "Como te vea el jato, así te trato". Un saludo

    Hace 7 años 5 meses

  11. Maju

    Excelente artículo y gracias, porque los pobres necesitamos gente como tú que hable alto y claro sobre las cosas que importan, muchas de las cuales son las que mencionas.

    Hace 7 años 5 meses

  12. Acaido

    En el principio, en el barrio, los vecinos no disponíamos de red de agua corriente, y recurríamos a una fuente comunitaria que había en la plaza. Esa fuente era cuidada con esmero por todos, incluso habíamos colaborado cada uno a su manera, a limpiarla, dotarla de unos escalones, embellecerla etc. Pero, llegó el día en que se construyeron unos depósitos de agua más arriba, y todos pudieron realizar su acometida particular de la red, salvo aquellos que no tenían posibles. Y fue entonces cuando aparecieron las mismas envidias y celos (que hoy nos son tan familiares). Cada dos por tres, la fuente de la plaza sufría viles y nocturnos ataques vandálicos que hacían inútiles las reparaciones del ayuntamiento. A alguno o algunos no les cabía en la cabeza que los "perezosos" se aprovecharan sin esfuerzo de lo que para los demás tiene un coste.

    Hace 7 años 5 meses

  13. qtdn

    Vaya caca de post.....alentar el odio interclasista.......si tanto te gustan los pobre vete a África o a la India y así contaras cosas interesantes de verdad sobre los pobres y los ricos

    Hace 7 años 5 meses

  14. Xing Ong

    Ser POBRE, es una condición REVERSIBLE, ser TONTO, es para TODA LA VIDA. Todos, pueden luchar por cambiar su condición, o conformarse.

    Hace 7 años 5 meses

  15. Jorge

    Muy buen artículo, aquí otro pobretón mas!

    Hace 7 años 5 meses

  16. Marcos DT

    Buen artículo Sergio, me ha encantado.

    Hace 7 años 5 meses

  17. Paqui

    No sé si tratarle de usted o de tú, pero me parece que su/tu artículo está muy conseguido y me ha llevado a reflexionar. Al final del todo se puede sintetizar en la letrilla de aquella canción que dice: "Cuando yo tenía dinero,me llamaban Don Tomás. Como ahora ya no lo tengo, ay!me llaman Tomás na' más". Un saludo-reverencia.

    Hace 7 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí