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Tres Guineas / Ana de Miguel, filósofa

"Ningún partido considera la violencia de género un problema de Estado"

Diana Fernández Romero 10/08/2016

<p>Ana de Miguel</p>

Ana de Miguel

Montserrat Boix

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En España un presidente como Berlusconi resultaría imposible. Para la filósofa Ana de Miguel Álvarez (Santander, 1961), Rajoy “será lo que sea”, pero las feministas han sentado un poso en esta sociedad que no permitirían, en su opinión, “tener un presidente putero y que presuma de ello”. No obstante, a pesar del trabajo que entre “el movimiento feminista, la universidad y la política” se ha hecho en las últimas décadas para incrementar la dignidad y el empoderamiento de las mujeres, su diagnóstico del futuro inmediato del feminismo en España es negativo: “No va a ser ninguna prioridad” en el contexto político actual. Tampoco la violencia de género: “Creo que ningún partido lo va a marcar como un problema de Estado”. “Sí lo fue para el PSOE”, matiza De Miguel, cuando consagró su primera ley a combatir este problema.

El éxito de su último libro, Neoliberalismo sexual (Cátedra, 2015), que ya alcanza la quinta edición, puede ser, para su autora, un síntoma de que ese sedimento feminista “está dando sus frutos en las generaciones ahora más jóvenes, porque los chicos y las chicas están tomando la desigualdad como un tema de conversación e interés”. De ahí, asegura, el éxito del insulto feminazi, que “funciona para tapar todas esas ganas de discutir y de comprender”. No obstante, opina De Miguel, ese remanente no ha calado lo suficiente en los partidos emergentes, que “no tienen una conciencia crítica feminista”. “Tendrán que pasar años hasta que las mujeres feministas de esos partidos se atrevan a enfrentarse a sus compañeros como un poder organizado”.

Por eso cree la filósofa que tanto Podemos como Ciudadanos “están a favor de regular la prostitución y los vientres de alquiler”. “Y sin embargo, IU y el PSOE”, explica sobre su postura abolicionista, “poseen ahí mucha más similitud en sus posiciones porque tienen una tradición feminista que ha estado durante años machacando y aleccionando, enseñando a los compañeros lo que es el feminismo y lo que no lo es”.

Referente del feminismo de la igualdad en España junto a Celia Amorós y Amelia Valcárcel, el dictamen de Ana de Miguel sobre la prostitución femenina es claro y beligerante: la considera como “una forma de explotación y de cosificación de las mujeres, de ponerlas al servicio de los hombres en su conjunto, que tienen abierto el libre acceso al cuerpo de las mujeres”. La conversión del cuerpo femenino en mercancía es, para De Miguel, la máxima expresión del neoliberalismo sexual en el que la venta del cuerpo de las mujeres se entiende como una free choice. No obstante, explica la filósofa, en la prostitución “no hay libre elección ni libre consentimiento. Lo que hay es una estructura de desigualdad que obliga y coacciona”. Desde su perspectiva, la prostitución y la pornografía son modelos a partir de los que “los chicos aprenden lo que es una chica y lo que se puede hacer con ella. Un trozo de carne al que pueden y tienen derecho a acceder para su placer sexual”.

Los adolescentes asumen lo que De Miguel llama la “teoría de la doble verdad”, que una chica es su madre, su hermana, su igual, “y también la que ellos tienen derecho a joder”. Ellos, dice, “aprenden que son sujetos ontológicamente superiores” y a las chicas se las lanza “un mensaje profundamente desempoderador”. Todo ello en una sociedad “formalmente igualitaria” en la que, sin embargo, asegura la autora, una parte de la izquierda progre “que se ha tragado el espíritu del neoliberalismo” identifica libertad y transgresión con enseñar el cuerpo, vender el cuerpo, vivir de tu cuerpo. “Esto lo defiende una neoliberal repugnante como Hakim, que habla a las chicas: ‘vivid de vuestro capital erótico’, ‘dónde está el problema’, ‘estas feministas son unas puritanas’”. De Miguel entiende que bajo la apariencia de que elegir prostituirse es un gesto de libertad, “otras la pierden para no vender su cuerpo en el mercado”. Por eso, argumenta que “la prostitución es una escuela de desigualdad humana”, pues “una vez que decimos que penetren tus agujeros es un trabajo como otro cualquiera, entonces ya el capitalismo se ha hecho con todo, se ha hecho con los cuerpos, hemos quitado los límites, las barreras al poder que pusimos hace muchos años, que este cuerpo no se toca”.

La visión de Ana de Miguel sobre la maternidad subrograda supone también un referente para muchas feministas españolas. Su propuesta es “pensar antes de actuar”, es decir, debatir y argumentar antes de regular los vientres de alquiler, una medida ante la que se muestra en absoluto desacuerdo: “porque cuando abres las puertas a mercantilizar el cuerpo de las personas, abres las puertas a comprar a los que no tienen nada más que sus cuerpos”. Para hacer “más digestivo” este tema, ironiza De Miguel, “en ambientes como Podemos se mantiene que es homofóbico estar en contra, que los gais tienen derecho a formar una familia. Porque lo ponen en progre”.

El feminismo permite, para Ana de Miguel, realizar un análisis crítico de este mundo desigual de rosas y azules “que desgraciadamente machaca a las mujeres y a los hombres, que deforma la conciencia de lo que es un ser humano”. Es una teoría política y filosófica a la que, según De Miguel, se la quiere “vaciar de contenido”. Pues, explica, es un calificativo para el mercado, ya que cualquier decisión que tome una mujer, sea la que sea, puede llegar a considerarse feminista: “Hasta el hecho de ser puta o ponerte un pecho diez tallas mayor”. Se muestra crítica con el feminismo de la diferencia, que en su opinión “se ensimisma con el tema de la identidad” y que no ha cambiado la situación de las mujeres, o con el que, dice, falsamente propugna Beyoncé cuando, como reclamo comercial, coloca un cartel con la palabra feminismo tras su cimbreante cuerpo semidesnudo. En cambio, De Miguel propone un feminismo “capaz de mover la historia”, reivindicativo, traducible en leyes: “Si no hay un cambio en la ley podemos decir que una reivindicación de las mujeres no ha llegado a ningún sitio”.

En España un presidente como Berlusconi resultaría imposible. Para la filósofa Ana de Miguel Álvarez (Santander, 1961), Rajoy “será lo que sea”, pero las feministas han sentado un poso en esta sociedad que no permitirían, en su opinión, “tener un presidente putero y que presuma de ello”. No obstante, a pesar del...

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Autor >

Diana Fernández Romero

Periodista, docente universitaria e investigadora. Su tesis doctoral es Premio Extraordinario por la Universidad Complutense de Madrid y Premio Nacional por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Autora de textos que abordan la comunicación, el género, la violencia machista o el ciberfeminismo.

 

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11 comentario(s)

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  1. Agartha

    Farah, no sólo te inventas el artículo del Código Penal que mencionas (el articulo 14 del Código Penal en verdad se refiere al error de tipo y al de prohibición; el artículo 14 de nuestra Constitución consagra el principio de igualdad y el actual artículo 510 del Código Penal tipifica el llamado delito de odio con un texto distinto al de tu invención, que entrecomillas sin sonrojo alguno), sino que sigues sin comprender(o sin querer hacerlo): mi crítica se centraba en el hecho de que la censura siempre es rechazable y negativa, siendo que el resto de comentaristas han puesto el acento en el hecho de que la violencia no es solo de hombres hacia mujeres sino de mujeres hacia hombres. Y aunque hayamos dado el paso de que ya no ocultes tu intención de censurar, ahora, además, incitas al odio, estableciendo separaciones o distinciones que ontológicamente no se sostienen. No hay justificación ni razón para defender a unas victimas sobre otras. Todas las víctimas son iguales. Toda violencia es repudiable, intolerable. Pero te empeñas en lo contrario. Justamente la división es lo que nos debilita, pero no parece que se quiera comprender. Por ello, mi condición femenina, que no tengo por qué defender ante ti, que no sé siquiera si eres persona o máquina, es al margen de cualesquiera opinión. Aun así, me despido de ti con una conocida cita, que comparto plenamente: “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo” (esta frase no es como erróneamente se cree de Voltaire sino de Evelyn Beatrice Hall, quien sintetizó las creencias de Voltaire con esa magnífica frase; curiosamente esta autora británica escribía bajo el seudónimo de Stephen G. Tallentyre). Saludos.

    Hace 7 años 7 meses

  2. Marta

    Farah si crees realmente que alguien en el foro ha hecho apología o ha promovido con su opinión la violencia contra la mujer, me parece que tienes un problema serio. Otra cosa es que no compartas las opiniones. Actitudes que rozan el fascismo y el fundamentalismo hacen flaco favor a la necesaria y justa causa contra la violencia contra las mujeres.

    Hace 7 años 7 meses

  3. Jesús Díaz Formoso

    Para Farah: En tres palabras IM-PRE-SIONANTE. El artículo 14 del Código Penal no tiene nada que ver con la censura ( http://noticias.juridicas.com/base_datos/Penal/lo10-1995.l1t1.html ) ni con tu no discurso. MIENTES Y ENGAÑAS: Eres, evidentemente, del Central Circle Podemitero. Creando malestar y división con falsedades y mentiras. Sin embargo, me alegro de que tus mentiras no sean censuradas. Porque así pueden ser desveladas (mentiras y mentirosos). Preferiría que fuesen censurados mis comentarios antes que los de los demás. Por convicción; pero también por interés personal. “Como los animales salvajes, no solo podemos evitar los ataques de nuestros enemigos, sino también imponernos a ellos e, incluso, sacar provecho” (Plutarco). “Tener un enemigo es de gran utilidad, porque éste nos vigila. Y al hacero, evita que cometamos errores. Porque si los cometemos, será el primero en recordárnoslo”. “Si queremos vengarnos de un enemigo, tenemos que ser virtuosos. Así, podremos diferenciarnos de él y criticarlo con razón”. “Incluso si nuestro enemigo nos ataca, es algo bueno para nosotros. De esta forma, nos recuerda aquello que no debemos hacer de ningún modo”. “Un enemigo nos obliga a estar tranquilos y ser generosos. Esto es de gran ayuda. Porque si somos buenos con nuestros enemigos, ¿cómo no lo seremos con nuestros amigos?”. “Nuestros enemigos nunca nos podrán dar envidia. En el caso de que hayan conseguido éxito y reconocimiento, a nosotros nos queda la satisfacción íntima de ser virtuosos” (más Plutarco).

    Hace 7 años 7 meses

  4. Farah

    Cuando se hace apología del Delito, se dice que la violencia contra las mujeres es igual a la que ejercen las mujeres hacia los hombres, y soterramos "nosotras las de la burbuja del pijo-progre ( le corrijo el guión entre palabras)no sólo se debe censurar, también llevar al Juzgado y denunciar. El Código Penal de España dice en su Articulo 14 "De quién a sabiendas actúe contra cualquier ciudadano por razones de sexo, ideología, religión, con violencia o difamación será punido". Querido Agartha, se te ve demasiado el plumero ¿A que "comité de hombres maltratados" perteneces?

    Hace 7 años 7 meses

  5. Agartha

    No suelo escribir comentarios en paginas web, pero el comentario de “Farah” invitando a la censura me compele a ello inexorablemente. Y digo censura, pues ninguna otra cosa es esa “moderación” que parece necesitar la comentarista. Censura, dejémonos de eufemismos que no enmascaran lo terrible del concepto que pretenden ocultar. Censura, la exclusión de la opinión del otro en pos de fines siempre espurios. Y lo más triste es que quien pide censura lo hace sin, al parecer, haber leído siquiera uno de los comentarios que le “horrorizan” y sin haber entendido el otro. Sobre el primero, solo me cabe felicitar al comentarista, Jesús ha dado muestra de una gran capacidad de síntesis y de sincretismo, compartiendo, por demás, su reivindicación del eterno femenino. Sobre el segundo, “Trompeta”, aunque lo haga con áridas palabras (tras las que es probable exista un drama personal o cercano que imprime esa dureza), no parece defender la violencia machista, sino recordar que la violencia no es privativa del hombre, que la mujer también la ejerce, prevaliéndose de su condición, aunque se oculte; lo que también recuerda acertadamente otra comentarista. Libertad es responsabilidad. Y la responsabilidad sólo se puede ejercer plenamente desde la libertad. No aceptemos ninguna forma de censura, ni siquiera en las más leves de sus formas que se esconden en ese fariseo concepto de la “moderación”. Saludos.

    Hace 7 años 7 meses

  6. Menos mal

    Menos mal que ningún partido considera la violencia de género como un problema de estado, que si no acabamos todos los hombres casados en un campo de concentración por tener una discusión con tu pareja. Si te parece poco que destruyeran el principio de igualdad ante la ley, con la Ley Orgánica 1/2004.

    Hace 7 años 7 meses

  7. Mari Sampere

    ¿A qué otra violencia se destina 20.000.000 de euros al año además de a la violencia de género? ¿A qué otra violencia se le ha creado Juzgados a medida? Esta mujer no sabe de lo que habla. Tenemos la violencia de género hasta en la escuela... nunca había sucedido algo similar con ningún tipo de violencia. AL año mueren más de 200 hombres por asesinato, unos 30 causados por sus mujeres, unos 15 menores mueren anualmente a manos de sus madres, y en este país solamente se habla de violencia de género. Si ese ocultismo en pos de la violencia de género, no es pensar en la violencia de género, es que esta señora es más radical que las radicales.

    Hace 7 años 7 meses

  8. Trompeta

    Es que a va siendo hora que el pijofeminismo reste votos. Menos paguitas y más trabajar como la gente honrada. Ya esta bien de mantener a todas las niñas de papá con los impuestos de todos.

    Hace 7 años 7 meses

  9. Farah

    Los dos únicos comentarios a cual más horrendo, uno justificando la violencia machista y otro haciendo otro artículo que no pienso leer. ¿Aquí no existe moderación?

    Hace 7 años 7 meses

  10. Trompeta

    "el éxito del insulto feminazi, que “funciona para tapar todas esas ganas de discutir y de comprender”." No lo que pasa es que los jovenes pasan del lavado de cerebro de las fracasadas abocadas al gatocalipsis. El día que el feminismo deje el rollo victimista, expoliador de rentas y el sexismo ventajista será respetable. Claro que no sería feminismo. http://varonesunidos.com/misandria/denuncia-por-violencia-de-genero-a-su-marido-paraplejico-para-sacarselo-de-encima/ La señora esta que salga de la burbuja privilegiada del pijofeminismo y que se de una vuelta por el mundo real.

    Hace 7 años 7 meses

  11. Jesús Díaz Formoso

    ¿CÓMO SE CONSTRUYE UN NUEVO MUNDO?: DESTRUYENDO ANTES ESTE. Cuando leemos declaraciones como la que recientemente ha tenido eco mediático, en que la líder de la CUP, Anna Gabriel, aboga a favor de que sea la “tribu” -y no sus progenitores biológicos- la familia de los niños, desechando las categorías de la madre y el padre, debemos poder explicarnos esta aparente fortaleza de un Nihilismo que viene de la mano de la Globalización del capital; de la privatización de la vida; porque la del mundo ya es un hecho. Se privatiza convirtiendo lo común en público. De nuevo un aparente contrasentido. Que no lo es en realidad: lo público tiene un dueño, que se llama Gobierno. Ya ni siquiera es Estado; solo Imperio y virreyes con sus cortesanos y oligarquías gobernando las colonias. El Gobierno privatizado como dueño de la vida de sus súbditos; vida Humana, a la que ha de deshumanizar, reduciéndola al mundo de las pasiones animales. Las pasiones; eso es algo real, aunque intangible en su naturaleza; solo podemos aprehender sus consecuencias, sus efectos. Pero nos interesan sus causas. Es el Gobierno, mediante la ficción del Estado de Derecho -mero enunciado que se rellena con lo que a cada momento convenga al Poder-, quien nos concede o arrebata hilos del haz de derechos y obligaciones que configuran el Poder, la (Patria) Potestad sobre nuestros hijos; que en realidad son suyos. ¿Hijos del Gobierno? ¿Hijos de la Tribu? Dos Mitos se están manifestando en estos momentos, que merecen ser destacados. Uno, aparentemente evidente, encarnado por las citadas manifestaciones de la Diputada de las CUP, que denuncia el fin de las condiciones en que basamos nuestra aceptación del Sistema en que se inserta nuestra convivencia social, en un discurso dirigido a herir las convicciones fundamentales de nuestro modelo de sociedad –cuya crisis definitiva no acabamos de aceptar. La Familia, en la que basamos no solo la Seguridad individual, sino también la colectiva, está desapareciendo; se extingue irremediablemente. Este tipo de mitos colectivistas hacen patente esa realidad; y en último término nos impulsan a luchar contra ella hasta llegar a aceptarla. Pues sin aceptación de la realidad, toda lucha lo es contra molinos, dejando de lado al gigante, al que nuestra debilidad -producto de los enfrentamientos fratricidas a que nos conducen nuestras desviadas pasiones- fortalece. Así, en la Atenas anterior a Solón, la Aristocracia en el Poder tenía la misión de causar a los atenienses el mayor daño posible. No por sadismo, sino para mantener débil al “pueblo”, y así conservar, los muy pocos, el Poder sobre los muchos. Anna anuncia una realidad; la desaparición del modelo de sociedad basada, primero en la solidaridad intrafamiliar, y solo después en la colectiva; la extinción -progresiva e implacable- de la Familia como vínculo; no solo entre sus integrantes, sea familia extensa o familia estricta, sino de cada uno con su Tradición; cuyas sumas forman nuestras Tradiciones, forjadas por el tiempo. Desaparecen nuestros vínculos con los usos y costumbres sociales, que han constituido el fundamento de la convivencia desde tiempos históricos (los reinos, imperios y estados pasan; los grupos sociales permanecen). Así, el sacrificio que nos ofrece, sin duda heroicamente, Anna Gabriel, es el de su propio Honor. Al emprender el camino dictado por sus convicciones acepta la responsabilidad de su decisión, que le llevará –la ha llevado- a verse públicamente desacreditada, incluso a nivel personal; especialmente a nivel personal. Muerte al mensajero. Esta profesora estaría, con seguridad, mucho más cómoda fuera de la política, viviendo conforme a sus convicciones, dándose a “su tribu”; pero al decidir darse a todos, se ofrece a sí misma, como las míticas Ishtar o Perséfone, aceptando su descenso al inframundo. Bella metáfora de sí misma. Gracias Anna. El segundo de estos Mitos actuales lo representa ante nuestra mirada –literalmente- el Movimiento Animalista. Es el Mito de la doma ecuestre, arte que Poseidón entregó a los primeros Indoeuropeos que poblaron las costas del Mar Egeo. El Arte de dominar la enorme fuerza del caballo por medio de una ligera brida. Y el Animalismo, en nuestro entorno, se visibiliza en el Movimiento Antitaurino, que niega lo que ha constituido un símbolo nacional; la Tauromaquia, el Arte del toreo. En este caso, todo permanece aparentemente oculto por su carácter simbólico: el Sol -vestido de luces, “grana” y oro-, mata a la Luna –el toro- con el descabello del “tercer pilar”, en mitad de la cornamenta, en una metáfora del ciclo cósmico de la vida y la muerte. Pero si estamos ante algo más que símbolos, involucrando Arquetipos, la percepción impacta en el inconsciente colectivo. El Toro, como símbolo, apunta al Arquetipo de “La Diosa”, la divinidad del Neolítico y de los primeros asentamientos agrícolas y ganaderos. Era una Diosa nutricia, femenina, maternal. Pero a la vez, como Divinidad total, presente en cada parte de la naturaleza, también representaba la muerte, la destrucción, el Thanatos. Y todo ello tenía lugar en un entorno energético, del que emana el movimiento que constituye la vida. Es la rueda con la cruz inscrita; que se transforma, por el movimiento, en svastica. Es la primera Trinidad de nuestra imagen de la trascendencia: Vida, muerte y energía. “La Diosa” era, pues, una Divinidad femenina, en la que se integraba el todo; por ello pudo coexistir con “Los Dioses” que trajeron las migraciones indoeuropeas. Dioses, estos, masculinos, propios de conquistadores, de guerreros. El Toro, con su cornamenta apuntando al cielo, es un símbolo lunar; como el León lo es solar. Pero antes de la aparición de “Los Dioses” (a que se refiere Marguerite Yourcenar en sus Memorias de Adriano), el Toro era femenino; representaba a La Diosa, en un mundo maternal, en una naturaleza nutricia, que da la vida y luego la toma, en un ciclo constante. El Sol da muerte a la Luna una vez al mes, y ésta renace, engendrándose a sí misma. Mientras se tenga tiempo, se tendrá dualidad, nacimiento y muerte. La Luna representaba el poder de la consciencia y la vida en el ámbito del tiempo y el espacio. El Ying, el Yang y el entorno energético por el que, y gracias al que, ambas polaridades se mueven. Con la llegada de “Los Dioses”, divinidades de los conquistadores que doblegaron por la fuerza de las armas a las culturas sedentarias, agrícolas y ganaderas, no solo impusieron un mundo masculino, sino que, al interponer una “especialización” de las diversas deidades, sujetándolas a pasiones, como los humanos, la naturaleza y los Seres Humanos quedaron separados. Del sistema Femenino, en el que el individuo se relaciona principalmente con la madre, se pasa a un sistema Masculino, en el que el individuo se relaciona con el padre, separándose de lo divino. La trascendencia y la unidad con el Universo dejan de pertenecernos. Estamos separados de Dios, como Dios lo está del mundo. Es un nuevo modelo de leyes sociales en que la vida divina no está en nuestro interior, en el que la divinidad es exterior, a donde ahora se ha de dirigir la Oración, perdiendo la relación con lo divino inmanente que antes se buscaba en el interior de cada persona. El León –que, como el Sol, es el símbolo Masculino del poder material, ocupa el lugar supremo; lo creado se sitúa por encima del creador- pasa a representar este nuevo modo, impuesto por los conquistadores a partir de la Edad de Bronce, de relacionarse con la divinidad, en el que el culto a La Diosa permanece oculto; en Grecia subsistió en Eleusis, donde se iniciaban en los cultos mistéricos. Por todas partes, y en todos los tiempos, se extendieron estos cultos secretos, en que se venera a La Diosa, desde el interior. Es el “conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses”, de Delfos. Tras este cambio de paradigma, se llega a lo divino a través de un grupo social, una casta, una iglesia. Y, a la vez que se fortalece el papel del padre, se repudia a la naturaleza, a la madre, a la mujer. La relación entre la vida y la muerte, que en el culto a La Diosa era armónica, se disocia del individuo, pues el Padre surge de la madre, “la mujer que recibe la semilla del pasado, y a través del milagro de su cuerpo” (las “Venus” del Neolítico), “la convierte en vida futura”. La mujer es transformadora; el hombre es lo trasformado; ella es la intermediaria entre el hijo y el padre. Ahora el Hombre es el centro de la sociedad, y afirma su identidad a través del padre. Los símbolos se estructuran en un doble nivel, el social y el trascendente. La vida en común y la relación con la espiritualidad. Ambas funciones se retroalimentan mutuamente, y así construyen la realidad. La comprensión del símbolo es abstracta; su significado se percibe, pero su conocimiento no es sencillo. Es a través de los símbolos que el individuo- y el grupo en que se integra- se reconoce a sí mismo como sociedad, más allá de intereses personales. Sin embargo, llega un momento en que el individuo, y con él, el grupo social, se separa del paradigma; se separan del Viejo Mundo para aspirar a crear un Mundo Nuevo. No es un fenómeno actual; llevamos más de un siglo tratando de alumbrar una nueva forma de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza. Es ahora, cuando el individuo vuelve, de nuevo, su mirada –oración- hacia su interior, que encontramos una “nueva” simbología; un nuevo significado de la trascendencia. De nuevo, los opuestos: deber social –historia- y trascendencia natural –espíritu. Una nueva definición moral del bien y el mal; que tiende a surgir como ética. Ética del Individuo; Moral de la sociedad; dan como resultado una Estética, que visibiliza en la sociedad –moral- la ética individual. Volvamos la vista hacia la “Vieja Europa”, la de La Diosa; Cibeles, Hera (que antes fueron Ishtar o Innana); la misma Diosa representada en las estatuillas femeninas del Neolítico. Diosas Triples, que aunaban los poderes de dar la vida, de quitarla, y el de la energía trascendente que lo hace todo posible. La cruz y la rueda cuyo movimiento forma la esvástica, que se ancla en un eje inmóvil, La Diosa. Las Tres Gracias – tres son los aspectos de Afrodita- y las Nueve –tres veces tres- Musas. La Energía, que es igual al producto de la Masa por la Constante de aceleración de la velocidad al cuadrado. ¿Nos suena? Es Einstein, formulando a La Diosa (Energía) como producto de la Masa (rueda de la vida y de la muerte) y la velocidad (aceleración al cuadrado) con que todo cambia mientras permanece. La Diosa de los albores de la humanidad, cuyo declive tiene lugar con el descubrimiento del metal como arma de guerra, en que se basó la expansión Indoeuropea, con la conquista de los pueblos pacíficos, agricultores y ganaderos. Cerdo contra Vaca; que primero fue Toro contra Jabalí (cielo contra tierra; materia contra espíritu), enfrentamiento que persiste en la actualidad, en su versión religiosa, que no trascendente. Esta es la mitología que ahora, nuevamente, asoma; y nos escandaliza, pues nos sitúa frente a nuestras más íntimas contradicciones. Quizás fue a finales del Siglo XVIII, con la primera traducción al Inglés de los Vedas Hindúes (en realidad, la traducción al Inglés lo fue de una anterior traducción del Sánscrito original al Parsi), cuando la locura que embargó a Goethe se extendió entre las florecientes sociedades secretas de la época, que se hizo evidente para muchos lo que antes solo lo había sido para Spinoza y algunos pocos más. “Todo lo transitorio no es más que un símbolo”, escribe al final del Fausto. Kant –como antes Locke-, ya se había preguntado si lo que percibimos por nuestros sentidos es realmente lo que existe. Comenzamos a pensar en abstracto, no como antes Descartes lo había hecho, sino de una manera total; ahora ni siquiera el pensamiento demuestra nuestra existencia. Como tras Platón, Aristóteles hubo de desembarazarse del mundo de las ideas por medio de la lógica, tras Spinoza la filosofía occidental tuvo que acudir a las categorías apriorísticas. Que finalmente dan lugar, en una broma del destino, a categorías de opuestos. De esa oposición –masas- depende el movimiento –fuerzas-, y en última instancia, la energía del sistema, la vida. En ese equilibrio tendencial, e inalcanzable para la vida, se sitúa la Divina Proporción, “Phi”; que simplifico en el factor 1.6, que garantiza un perpetuo movimiento tendente a un equilibrio inalcanzable, que denominaré Vida, en homenaje a Kant, para quien deseo es la facultad de ser causa de los objetos de nuestras representaciones por medio de esas mismas representaciones, y vida no es sino la facultad que tiene un ser de obrar según sus propias representaciones. Desgajados del tiempo y del espacio, ninguna separación existiría entre las partes del todo. En la Sustancia ilimitada desaparece todo individuo. También Nietzsche -en su locura; o gracias a ella- lo supo apreciar. Schopenhauer conectó la intuición de Goethe a la mitología hindú mediante la idea de compasión (“sufrir con”). Con ello infringe la primera ley de la naturaleza, la Ley de Autoprotección del individuo, a la que antepone una nueva Ley, la Ley de la Compasión. De todo esto extraerá, al final de sus días, el naturalista Kropotkin su “Moral Anarquista”, tan conectada a su vez a los filósofos naturalistas americanos, tales como Emerson, Thoreau o el mismo Whitman. Se trata de “una comprensión metafísica que alcanza a romper el velo de la separación” (Schopenhauer), por la que uno se reconoce a sí mismo en otro, como la vida misma fluyendo en sus variadas formas. Volviendo así al mundo de La Diosa, de los albores de la Civilización; en el tiempo previo a las guerras –que siempre son y han sido de conquista-, el de las pacíficas sociedades avanzadas que serían destruidas a la vez que conquistadas por el bronce de estaño - y luego por el hierro- indoeuropeo. Civilizaciones perdidas de cuyos retazos aún hoy nos asombramos. Vemos que nuestro camino es coincidente con el de viajeros pretéritos. Una diferencia nos favorece: podemos extraer consecuencias de sus pasos previos. Un proceso (evolución) está formado por hitos (pasos). El Proceso es independiente de sus hitos; tiene sustancia propia. Es real, más allá de las falsificciones mediáticas, de las construcciones de la vieja clase dominante, del formato de lo pretendidamente nuevo, que no son más que estériles intentos de perpetuar unos esquemas sociales que han perdido su virtualidad como vínculo común. La estática de la inercia, aparenta movimiento libre, cuando solo es pérdida de aceleración, masa vuelta energía. Cambio, que tropieza con la más sólida de nuestras pasiones: la Inercia. Contra la inercia paralizante, resurge el pensamiento mítico. Renace el viejo espíritu femenino; nada puede oponerse a la potencia de la llamada materna; al mito que hace renacer a la realidad el Arquetipo de La Diosa. El movimiento que nos devuelve al pasado ancestral, en el que se encuentra anclado el futuro.

    Hace 7 años 7 meses

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