1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Miguel Sebastián / Exministro socialista y autor de ‘La falsa bonanza’

“Ojalá Carmena haga inviable la Operación Chamartín”

Ana Tudela 18/05/2016

<p>Miguel Sebastián.</p>

Miguel Sebastián.

Youtube

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Los haters de Manuela Carmena y de su equipo de gobierno al frente del Ayuntamiento de Madrid están de enhorabuena. Que las lágrimas por el acuerdo que finalmente ha logrado el consistorio de la capital con la china Wanda para remodelar el Edificio España, objetivo de las críticas a la gestión de Ahora Madrid durante meses, no impidan ver las posibilidades de ataque de la nueva decisión del ayuntamiento: la revisión completa de la mítica Operación Chamartín. Este proyecto --liderado por BBVA, en el que participa la constructora San José y que ha sido rebautizado como Madrid Puerta Norte-- se ha pasado más de 20 años alimentando el negocio de los planos, las maquetas y los asesores sin lograr ver la luz. Después de más de dos décadas con el PP gobernando en la capital, todo estaba pactado a principios de 2015 con el equipo de Ana Botella y a falta de meros trámites burocráticos, aseguran los socios. Pero no se aprobó. Carmena ha decidido revisarlo, dejar las 17.800 viviendas que planeaban los promotores en 4.600, reducir a la mitad la superficie edificable, renunciar a inversiones privadas en la remodelación del nudo Norte o el soterramiento original de las vías comprometidas por los socios a cambio de reducir los edificios previstos. Ha sido anunciarlo y las reacciones no se han hecho esperar. Hay más de 6.000 millones de euros de inversión comprometidos. La ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, ha convocado para este viernes 20 de mayo una reunión en el ministerio de todos los implicados (el propio ministerio, el ayuntamiento, la Comunidad, Adif); la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha calificado de “dramático” que el proyecto no vea la luz y ha prometido una posición de “firmeza” en defensa del mismo.

La polémica coincide en el tiempo con la entrevista de CTXT a Miguel Sebastián (Madrid, 1957), exdirector del Servicio de Estudios de BBVA, excandidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, exdirector de la Oficina Económica de Moncloa, exministro de Industria, Turismo y Comercio en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y hoy de nuevo profesor de universidad en la facultad de Economía más antigua del país, la de la Universidad Complutense de Madrid. Sebastián lleva meses de cruzada contra lo que llama “el culto al ladrillo” que reina en España a través de su libro La falsa bonanza (Península, 2015), centrado en luchar con armas analíticas contra la posibilidad de que este país vuelva al exceso y la embriaguez de la burbuja. Tiene muy clara su postura respecto a proyectos como la Operación Chamartín. En esta entrevista aprovecha además para señalar lo que considera los errores del liberalismo que llevaron a este país a la situación en que se encuentra y a los responsables de lo ocurrido que se han ido sin rendir cuentas de sus decisiones. También tiene críticas que hacer al Gobierno de Zapatero y al acuerdo de Pedro Sánchez con Ciudadanos.

A comienzos de este año, antes de la parálisis provocada por las elecciones y la situación económica internacional, no se oía otra cosa que la vuelta del ladrillo. Usted lleva meses empeñado en contar qué ocurrió para que no se repita. ¿Tiene arreglo España?

Mi libro es una llamada a la búsqueda de consenso para cambiar la mentalidad del país y su culto al ladrillo. Se oye una y otra vez hablar de la Operación Chamartín, la Operación Campamento… No necesitamos dedicar recursos, ni del sector público ni del sector privado, a operaciones inmobiliarias. Un país necesita dedicar sus recursos a innovación, a I+D, y en cambio somos el país que más ha recortado en I+D en la crisis, tanto el sector público como el privado.

Cuando el gobierno de Manuela Carmena en la ciudad de Madrid anuncia que revisa la Operación Chamartín, muchos medios y políticos se echan encima afirmando que por su culpa el capital se va. ¿Están equivocados?

Eso es tremendamente injusto y tremendamente erróneo. Lo que puedo decir es: Carmena, aguanta, sé fuerte. Leí una encuesta de Myword que me produjo una gran desazón, que decía que más del 75 por ciento de los madrileños está a favor de la Operación Chamartín. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los políticos son muy sensibles a las encuestas de opinión y esas encuestas muchas veces se forman alrededor de intereses privados que los propios medios de comunicación alientan porque les conviene, porque son los intereses de sus anunciantes. Me alegra mucho que Carmena haya aguantado esa presión y planee recortar en un 75 por ciento el proyecto de viviendas de la Operación Chamartín. Puede que ese recorte la haga inviable. Ojalá.

Me alegra mucho que Carmena haya aguantado la presión y planee recortar en un 75% el proyecto de viviendas de la Operación Chamartín. Puede que ese recorte la haga inviable. Ojalá

¿Cómo se cambia un país que sólo cree en el crecimiento basado en el ladrillo?

¿El sector financiero apuesta por la innovación, por los emprendedores, por el capital riesgo o sigue apostando por las hipotecas? Sigue apostando por las hipotecas. El país de Europa que más coches eléctricos vende es Noruega, que es un país petrolero. Francia vende 25.000 coches eléctricos al año. España, el país que más depende del petróleo, vende 2.000. Se te cae el alma a los pies. Y si preguntas a las eléctricas te dicen que ese negocio a corto plazo no les resulta rentable. El coche eléctrico sería fantástico para ellas, para el medio ambiente, para la industria, para la balanza de pagos…

¿En qué momentos clave existió la oportunidad de evitar la crisis que ha vivido España?

Primero hay que hablar de lo que se hizo mal, y luego de lo que no se hizo. Hubo cuatro leyes clave, presuntamente liberalizadoras, en la primera etapa de Gobierno del Partido Popular, que fueron muy aplaudidas pero que resultaron un desastre y contribuyeron a los excesos posteriores, además de terminar convertidas en deuda pública. La primera fue la Ley del Sector Eléctrico, que dio origen a la figura del déficit tarifario y que además coincidió con una privatización de Endesa muy sui generis. Esa ley vino acompañada de un regalo único a las eléctricas, los CTCs (costes de transición a la competencia) a cambio de que bajasen los precios, porque no cumplíamos los criterios de inflación para entrar en el euro. El déficit tarifario generó deuda privada, de los consumidores del sector eléctrico, que al final ha sido asumida como deuda pública.

La segunda es la Ley del Suelo que promulgó Francisco Álvarez Cascos en 1998 y que posibilitó que, cuando empezó la burbuja de precios inmobiliarios, las comunidades autónomas se pusieran a construir sin parar. Lo peor que puedes hacer ante una burbuja de precios es intentar enfriarla aumentando la oferta. Es como si hubieran sembrado toda Holanda de tulipanes (en referencia a la famosa tulipomanía que sacudió a dicho país en el siglo XVII), el desastre habría sido el doble.

La tercera es la Ley de Cajas, con Rodrigo Rato al frente de Economía y Jaime Caruana en el Banco de España. Yo estaba en el banco (era director del Servicio de Estudios de BBVA) y recuerdo que fue una ley muy aplaudida como liberalizadora porque suponía introducir competencia a la banca al permitir que las cajas creciesen fuera de sus regiones, ganasen tamaño. Es una de esas famosas reformas que introducen competencia en los mercados de bienes y servicios de las que siempre estamos hablando sin saber muy bien qué son. Lo que creó fue una carrera por el crédito y fomentó la competencia donde ya empezaba a haber exceso.

La cuarta es la Ley de concesiones. Se decía que permitir las radiales privadas iba a descongestionar el tráfico y que lo haría sin coste para el sector público porque era a iniciativa privada. Iba a ser maravilloso y al final ha sido un fracaso. Ahora está sobre la mesa su rescate (no ha sido cerrado el acuerdo lo que podría abocar a las empresas concesionarias a la quiebra con un coste para las arcas públicas que se estima en 5.000 millones de euros).

Además está todo lo que no se hizo. La dación en pago es un ejemplo de una medida regulatoria que habría limitado el crédito, lo habría hecho más caro. Se podrían haber tomado muchísimas medidas regulatorias, incluidas medidas fiscales, que no se hicieron. Los economistas estuvimos muy poco finos a la hora de proponer medidas que enfriaran la burbuja. Casi nadie reconoció que existía.

Los economistas estuvimos muy poco finos a la hora de proponer medidas que enfriaran la burbuja. Casi nadie reconoció que existía

Usted enseña Economía. ¿Está equivocada la doctrina económica imperante que defiende las medidas liberalizadoras?

El error fue tomarlas sin conocer la realidad en la que estábamos, que no era la de los libros de texto, no era una economía tranquila, sino una economía en plena burbuja. Seguramente las hicieron pensando que iban a ser buenas, porque era el modelo del Instituto de Estudios Económicos, de todos los think-tanks neoconservadores. Pero acabábamos de entrar en el euro y estábamos en una preburbuja monumental con avalanchas de capital extranjero y una bajada de tipos de interés descomunal que provocó el boom de crédito. Todas esas medidas presuntamente liberalizadoras, que a lo mejor funcionan cuando la economía está en una situación normal, tranquila, cuando estás en plena burbuja, lo que consiguen es alimentarla.

¿Considera que no hubo errores normativos por parte del PSOE?

La única medida regulatoria, que yo recuerde, que fue un error, y lo digo en el libro, fue la normativa sobre primas a la energía fotovoltaica (el RD 661/2007, promulgado con Joan Clos al frente del Ministerio de Industria). Del resto, el fallo está en no haber frenado la burbuja, aunque no sé si no hubiésemos llegado ya tarde.

El pico en viviendas iniciadas y de crecimiento de precio tiene lugar entre 2006 y 2008, con el PSOE en el Gobierno.

Porque hay un considerable retraso entre la planificación inmobiliaria y su ejecución. No sé si podría haberse evitado a esas alturas. No soy jurista. Me gustaría que se investigara si se podrían haber parado promociones inmobiliarias con todos los permisos concedidos, si no hubiéramos incurrido en invasión de competencias de las CCAA y ayuntamientos. Me da mucha pena que mi libro haya llegado tarde por ejemplo para Brasil. Ojalá lo hubiera hecho antes, cuando se decía que el crecimiento brasileño era una maravilla a pesar de que claramente se estaba montando un burbuja.

¿A quién cree que no se le ha exigido la responsabilidad debida por lo ocurrido en España?

A (Jaime) Caruana, por ejemplo. Se ha ido sin explicar nada de todas las decisiones que tomó. (Caruana fue gobernador del Banco de España desde julio de 2000 a julio de 2006; fue nombrado por Rodrigo Rato jefe del Departamento Monetario y de Mercados de Capital en el Fondo Monetario Internacional en agosto de 2006 y posteriormente ha estado al frente del Banco Internacional de Pagos de Basilea).

Sería bueno que el Banco de España reconociese sus errores. Sería el único modo de que recuperase la credibilidad perdida y ya se ha dejado pasar una oportunidad maravillosa con el libro de (Miguel Ángel) Fernández Ordóñez (exgobernador del Banco de España), donde no hay ninguna autocrítica. El Banco de España debería hacer esa autocrítica e invitar al Banco Central Europeo a que la haga también sobre lo ocurrido en el periodo que va de 1998 a 2008. Que alguien relevante del supervisor reconociese que la institución se equivocó sería un paso de gigante. Yo creo que ahora hay gente dentro dispuesta a hacerlo pero va a costar porque la institución es extremadamente conservadora, probablemente la más conservadora de España, exceptuando la Conferencia Episcopal.

El Banco de España es la institución más conservadora de España, exceptuando la Conferencia Episcopal

¿Qué errores concretos debería reconocer el Banco de España?

El Banco de España cometió errores técnicos, regulatorios. Por ejemplo, ante la fuerte presión de la banca, Caruana relajó las provisiones anticíclicas (cantidad que se obligaba a reservar a la banca ligada al crecimiento del crédito para cuando la economía cambiase de ciclo) que había establecido Luis Ángel Rojo. Hubo además clarísimos errores de supervisión. Y no funcionaron los mecanismos de alerta. El Banco de España no puede estar exclusivamente dando mensajes sobre el mercado laboral y el déficit público, incluso cuando teníamos superávit, sin hacer alertas sobre la burbuja, el exceso de crédito o el exceso de deuda externa. Zapatero tiene razón cuando dice que nadie le habló de eso, que no se trató como si fuese relevante. Hay que hacer autocrítica, yo también la hago. Nos equivocamos creyéndonos la teoría predominante de que, en una unión monetaria, el déficit por cuenta corriente de los Estados miembros es irrelevante. (El déficit por cuenta corriente es la diferencia entre lo que ingresa un país procedente del resto del mundo y lo que paga al exterior por el comercio de bienes y servicios, más la diferencia entre lo que ingresa como beneficios, intereses y dividendos por inversiones en el exterior y lo que paga a los inversores foráneos).

Hubo quien sí intentó informar al Gobierno, los inspectores del Banco de España. Usted ya ha dicho en alguna ocasión (lo comenta en el libro y lo explicó en una entrevista en El Español) que el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, no informó de su alerta. ¿Debería pedir disculpas, también?

Solbes era muy suyo. Esa carta debería haber llegado a la Oficina Económica del Gobierno y no llegó nada de nada. Zapatero no tuvo conocimiento de la situación de los bancos hasta bien entrada la crisis. Incluso me atrevería a decir durante la crisis. El presidente se fiaba de lo que le decía el Banco de España, lo que le decía el Ministerio de Economía y lo que le decían los propios banqueros. Algunos influyeron más que otros. Los presidentes de los grandes bancos estuvieron en contacto constante una vez estalló la crisis tanto con el presidente del Gobierno como con la que fue posteriormente ministra de Economía (Elena Salgado).

Si los que estuvieron al frente de la toma de decisiones o aconsejando a quienes las tomaban no han reconocido sus errores y la doctrina sigue sosteniendo las mismas medidas, ¿no estamos condenados a repetir el mismo tipo de crisis?

Yo creo que algo ha cambiado. Está latente el sentimiento de que algo se hizo mal, lo que pasa es que no se ha podido concretar en nada pero está. Tanto en la profesión de los economistas como en el mundo empresarial. Aunque no les gusta nada que se diga, las empresas saben que lo hicieron mal con el exceso de internacionalización y la prueba es que están malvendiendo por debajo de lo que les costó mucho de lo que compraron desde el año 2004 en adelante endeudándose, con crédito muy caro. Los últimos años locos de expansión internacional a lo bestia, 2006 y 2007, no tienen ninguna justificación. Tienen que tener el sentimiento de que algo se hizo mal.

¿La ejecución del Plan E, distribuyendo 13.000 millones de euros a discreción de los ayuntamientos, fue un error? ¿Sirvió además para demonizar las políticas expansivas?

La idea del Plan E no solamente no era mala. El Plan E surge del G20 posterior a la caída de Lehman Brothers, cuando estaba desplomándose el comercio mundial. Fue en esa reunión en la que se determinó lanzar paquetes de estímulo con una magnitud del 1 por ciento del PIB y España fue de los primeros en implementar esa medida acordada. A nadie le preocupaba en ese momento la deuda, ya lo arreglaríamos, la prioridad era salir del hoyo. EE.UU. se fue casi al 14 por ciento de déficit. Lo que ocurrió aquí fue que se aplicó muy bien técnicamente, lo hizo Elena Salgado, que en ese momento era la ministra de Administraciones Públicas, pero se cometió el error de dejar total autonomía a los ayuntamientos para que se gastaran el dinero como quisieran, siempre que se crease empleo. Si se hubiera obligado a invertir en algo más productivo, mejoras tecnológicas, eficiencia energética o mantenimiento de infraestructuras, yo creo que habría sido mucho mejor. En cualquier caso hace falta una evaluación seria del Plan E. Puedes preguntar a toda la industria del automóvil que te dirán que si no llega a ser por los 1.000 millones que se les destinaron del Plan E en forma de ayudas a la innovación, las empresas del sector no se habrían quedado en este país.

¿Cree como Podemos o como el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis que hay que establecer mecanismos para salirse del euro?

Entrar en el euro fue un error y los únicos que se atrevieron a decir algo en contra fueron Miguel Boyer y Fabián Estapé. Nos centramos en cumplir los criterios de entrada, algo que es importante --el déficit, la deuda y la inflación-- pero nos olvidamos de lo demás. Todas las reformas pendientes hoy son las mismas que se enumeraban cuando yo estaba en el servicio de estudios de BBVA, a finales de los noventa, principios de 2000. El euro nos anestesió. Al contrario de lo que decían los partidarios de la moneda única, que defendían que nos iba a estimular y a obligar a hacer los deberes porque ya no teníamos las herramientas monetarias, de devaluación, etc. ocurrió todo lo contrario. El euro nos subió en una burbuja, nos anestesió y nos ocultó los deberes. Ahora decimos que el país modelo es Dinamarca, que no entró en el euro.

Sin embargo, ahora ya no nos podemos salir.  Quebrarían de nuevo los bancos, que  fue lo que pasó en Argentina con la pesificación. Los tendríamos que volver a rescatar. Tenemos que seguir, pero hay que hacer las reformas que nos permitan una buena navegación en la moneda única.

El libro habla muy poco, casi cero, de algo que arrastra este país y que también está en el centro de la crisis: la corrupción.

Tenemos un problema de corrupción, es una de las consecuencias nefastas de la burbuja financiera. Creo que está sobre todo en CCAA y ayuntamientos, no porque los políticos y funcionarios del Estado sean de partida más honrados sino porque los mecanismos de control son muy buenos. En cambio, en las CCAA y los ayuntamientos no funcionan esos mecanismos de control. Cuando hablamos de las bondades de la descentralización y el Estado de las autonomías, habrá cosas buenas pero tenemos también que hacer balance de las que no y una es esta, la corrupción. Me estoy volviendo mucho más jacobino con esto.

Lo segundo de la corrupción es que hablamos continuamente de los corruptos pero nunca de los corruptores. Me gustaría que, cuando haya filtraciones, salieran también sus nombres. ¿Quién da el dinero a los corruptos?

Hay otra forma de relacionarse estrechamente con las empresas que son las puertas giratorias, y aquí se pueden dar ejemplos de miembros del Gobierno central en el PSOE y en el PP.

Yo prohibiría totalmente las puertas giratorias de empresas que hayas regulado o subvencionado. Lo que me parece absurdo es establecer plazos. Si los que hemos estado en gobiernos somos tan buenos y tenemos tanto valor añadido, ¿por qué no nos contratan empresas extranjeras, empresas que nunca hayan operado en España? ¿O startups o empresas de nueva creación?

Yo prohibiría totalmente las puertas giratorias de empresas que hayas regulado o subvencionado. Lo que me parece absurdo es establecer plazos

¿Qué medidas regulatorias no se habrían aprobado de no existir las puertas giratorias?

Ese link yo no lo veo para nada. Hay lobby y deberíamos regularlo, incluso defiendo que se hagan públicas las actas de las reuniones con lobbies al cabo de un tiempo. Que se sepa qué se dijo. Yo jamás me he reunido a solas con representantes de empresas. Siempre me acompañaba alguien, o mi director de gabinete o alguno de los técnicos del gabinete, para tomar notas. Me imagino que otros miembros del Gobierno harían lo mismo. Es algo que aprendí en la Oficina Económica de Moncloa porque allí no lo hacíamos. Allí llegaba alguien, te soltaba el rollo y no quedaba constancia.

Y esas actas o notas de las reuniones en el Ministerio de Industria, ¿dónde están? ¿Guardadas bajo siete llaves?

Están anotadas en cuadernos. Sería un trabajo descomunal transcribirlas y hacerlas públicas pero mi jefe de Gabinete tiene cuadernos y cuadernos de notas. Yo creo que sería muy buena práctica publicarlas porque los empresarios vienen, te plantean cosas que se supone son buenas para el país pero también lo son para ellos. Me encantaría publicar las discusiones de la regulación de las eléctricas, por ejemplo. Lo que dijo cada cual. A mí me gustaba reunirlos a todos juntos porque si no me mareaban. Eran reuniones muy intensas.

Del mismo modo pienso que las actas de los consejos europeos, de las reuniones del Eurogrupo, etc. deberían ser públicas al cabo de determinado tiempo. Esa práctica mejoraría mucho la calidad de lo que se dice en las propias reuniones. Si no, parece que todo el mundo lo ha hecho muy bien y nadie ha cometido un error.

Los papeles de Panamá.

Los horteras, que diría Mario Conde, no tenemos acceso a Panamá. Tenemos un problema, no solamente en España, porque hay una élite mundial que no está dispuesta a pagar impuestos.

Fue un Gobierno del PSOE el que decidió que Panamá dejase de ser un paraíso fiscal para España.

Ese acuerdo suponía que Panamá precisamente empezase a dar información. Si tuvo que ver que estuvieran en licitación las obras del Canal, no lo sé pero no me parece mal. Insisto, sacar a un país de la lista para que te dé información yo creo que es bueno.

La economía se está ralentizando. Se han revisado a la baja las previsiones para España. Hay quien pone como causa principal la situación económica internacional y quien deja más peso en la parálisis política que vive el país. ¿Qué hay de realidad en cada factor?

La situación económica se está enfriando porque se está enfriando el entorno internacional y además porque los famosos vientos de cola (el euro, el petróleo y la política monetaria de Mario Draghi desde el BCE) se están agotando. El petróleo ha dejado de caer y el euro ha dejado de depreciarse. Ya no vamos a crecer el 3% del año pasado porque se están enfriando todas las economías del mundo. No creo que vaya a haber nada dramático.

Respecto a lo segundo, no tener gobierno no creo que sea causa de incertidumbre y frenazo. La incertidumbre para los inversores, tanto de fuera como de dentro, es qué gobierno saldrá.

En el nuevo proceso electoral ya se ve que hay partidos que van a centrar su campaña en que Podemos no llegue al Gobierno. Desde el punto de vista económico, ¿hay razones para entrar en pánico ante esa posibilidad? ¿Qué piensa de su programa?

Hay que reconocer que el programa de Podemos es el único que tiene memoria económica y ante eso: chapeau. Eso debería ser obligatorio para todos. Es una pena que un documento enorme de 200 puntos como el que han acordado PSOE y Ciudadanos no tenga memoria económica. Es una oportunidad perdida en un documento tan voluminoso y supuestamente bien trabajado. Ahora, el punto de partida de Podemos es que vamos a tener un crecimiento nominal, es decir, tanto de inflación como real, como el que hemos tenido en el pasado. Eso es falso. No vamos a tener esa inflación, que es una fuente de ingresos para el sector público, y no vamos a tener ese crecimiento real. Desde que entramos en el euro tenemos un crecimiento medio del 1,8 por ciento. Y como no es razonable situar la inflación a corto plazo ni siquiera en el 2 por ciento hay que hacer estimaciones de que la economía en términos nominales crecerá al 3,8 por ciento como muchísimo. El programa de Podemos está basado en un crecimiento de la economía muy superior a esa cantidad. No es realista. Además hay una serie de factores endógenos que Podemos no tiene en consideración. Cuando tomas decisiones políticas, el sector privado no se queda quieto. Ni los consumidores, ni los ahorradores, ni los inversores. Ellos también toman decisiones que muchas veces te desbaratan el modelo que habías planteado.

¿Qué piensa del resto de programas económicos?

Que no hemos aprendido la lecciones del pasado. Si no quieres que haya déficit exterior pero quieres que haya inversión para que haya empleo y crecimiento, tendrás que tener ahorro público y privado. Las cuentas son así. En esto no hay izquierda ni derecha. ¿Tú ves algún partido defendiendo el ahorro? No. Lo contrario. Como suponen que primar el ahorro es primar el capital, lo que se defiende es el consumo y el déficit público. Sin embargo, si no tenemos ahorro y queremos inversión, tendremos que acudir al déficit exterior. Transitoriamente, en una recesión, quizás necesites sacar a la economía de la crisis con un plan de demanda agregada, como fue el plan E, pero pensando a medio y largo plazo tenemos que favorecer el ahorro público y privado. Y ningún partido político, ni siquiera Ciudadanos, que presuntamente iba a tener el mejor programa económico, un programa reformista que buscaba el largo plazo, lo dice. Lo han perdido por el camino y ahora van al déficit y a poner impuestos sobre el ahorro, el patrimonio, etc.

¿El PSOE sigue en la izquierda económica?

¿Qué es la izquierda económica? Ese es un debate muy interesante. Yo no creo que el déficit público sea de izquierdas. No creo que castigar el ahorro sea de izquierdas. Yo imagino a alguien que gana un sueldo alto y se lo gasta (come en restaurantes caros, compra bienes, se va de crucero) y al cabo de un tiempo no tiene nada, frente a otro que gana lo mismo pero que ahorra una parte y le penalizan por ello y no lo entiendo. He intentado que me lo expliquen y no me lo explican. Se nos olvida la equidad horizontal.

Quizás tenga que ver con que una parte muy importante de la población, dados su ingresos, no tenga capacidad de ahorrar, tenga que destinar su renta disponible exclusivamente al consumo.

Estoy de acuerdo con gravar la renta. Pero eso es distinto a gravar el ahorro. La equidad horizontal no se consigue gravando el ahorro. Si al que se lo gasta no le gravas y al que ahorra, sí, no estás tratando de forma equitativa a dos individuos que ganan lo mismo.

Thomas Piketty (economista francés autor de El capital en el siglo XXI) le gustará a usted poco.

En unas cosas sí, en otras no. Como principio, en general, gravar los stocks (la riqueza acumulada) me parece una barbaridad, sobre todo si quieres que haya ahorro, capital productivo acumulado, y no solo inmobiliario. Vivimos en un mundo con tipos de interés negativos, donde la rentabilidad es muy pequeña y eso es malo para el ahorro per se. Si gravas la riqueza, estás confiscando.

El PSOE hizo campaña con la derogación de la reforma laboral de 2012, la del PP. En el acuerdo con Ciudadanos, el partido de Albert Rivera decía que no se derogaba y Pedro Sánchez, que sí. ¿Qué opina del acuerdo en materia laboral?

No parece que en el acuerdo con Ciudadanos la reforma laboral se derogase. Y no pasa nada por reconocer que esa reforma ha fracasado porque la temporalidad, que es un problema estructural que tenemos en España, no se ha resuelto. Ha caído por la crisis, porque los temporales son los primeros puestos que se destruyen, pero en la tibia recuperación de empleo que estamos viendo está aumentando la temporalidad. Liberalizar el mercado de trabajo en plena recesión es un error porque provoca una enorme cantidad de desempleo. Liberalizar, en el sentido de bajar el coste del despido, hay que hacerlo cuando la economía está boyante, cuando hay un mercado de trabajo en expansión. No se tendría que haber hecho en recesión.

Habrá que ir a otra reforma. Ahora es muy difícil defenderlo políticamente pero a mí la idea del contrato único me gusta. Que no puedas encadenar contratos temporales, pasado un plazo razonable, incluso me parece progresista.

¿Cómo se soluciona la situación de la Seguridad Social, en déficit y comiéndose la hucha de las pensiones? ¿Tendremos generaciones de ancianos pobres?

Esa es otra de las consecuencias de la burbuja. Como no teníamos suficiente mano de obra, la trajimos de fuera. Como explico en el libro, hubo un flujo tremendo de inmigración que aportó muchísimo al país pero enmascaró el problema demográfico que teníamos y tenemos. Rellenó la parte débil de la pirámide de población, que es la de la gente que aporta pero que no cobra. Esos ingresos fueron buenísimos para el sistema, pero con la crisis se han perdido. Ahora aparece en toda su magnitud y dimensión el problema demográfico que veíamos desde hace veinte años.

El problema de las pensiones yo creo que se puede abordar sacando el componente ideológico. No es justo tratar peor a las generaciones futuras que a las presentes. Ha habido una generación, la de la guerra y la posguerra, a la que había que mimar. Se lo merecen, bastante fue lo que pasaron. Esa generación ya se ha ido prácticamente. Ahora hay que hacer las cosas de forma justa para todas las generaciones.

¿Eso es bajar las pensiones actuales? La mayoría de ellas ni siquiera llegan al mínimo para pagar IRPF.

No se puede hacer bajando las pensiones. Tiene que ser algo gradual. Transitoriamente habrá que llevarse parte de la financiación de las pensiones a los impuestos generales pero eso no se puede hacer permanentemente. Hay que aumentar la productividad de la economía para garantizar la sostenibilidad del sistema. Otra vía es el retraso de la edad de jubilación. Que no sea obligatorio, que sea gradual, pero habría que educar a la gente en el retraso de la edad de jubilación y eso es lo que hay que sacar  del debate ideológico.  

Usted ha sido ministro de Industria. ¿Tiene solución el coste que se paga en España por la electricidad?

Hay que tomar dos medidas: eliminar o reducir drásticamente el término de potencia y dar consumo gratuito a todo el mundo hasta un límite y a partir de ahí, que se pague. Lo del término de potencia es una las cosas más escandalosas que estamos sufriendo. La normativa eléctrica es tremendamente injusta, tremendamente ineficiente. Tenemos una potencia (que es lo que pagas aunque no consumas) muy alta primero porque la gente pide más de la que necesita y segundo por la cuantía de dicho término de potencia, que por cierto nosotros bajamos y el PP ha subido muchísimo. Me temo que cuando se hacen las comparativas europeas no meten el término de potencia, solo el precio kw/hora. Necesitamos un modelo en que haya incentivos al ahorro y la eficiencia energética, y un término de potencia elevado es justo lo contrario.

Los haters de Manuela Carmena y de su equipo de gobierno al frente del Ayuntamiento de Madrid están de enhorabuena. Que las lágrimas por el acuerdo que finalmente ha logrado el consistorio de la capital con la china Wanda para remodelar el Edificio España, objetivo de las críticas a la gestión...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ana Tudela

Ana Tudela es periodista, graduada de la Universidad Complutense de Madrid en 1996. Autora del libro 'Crisis S.A. El saqueo neoliberal' (Akal, 2014). Ha vivido la fundación de dos periódicos, el cierre de uno de ellos y la fundación de la edición española de la revista Forbes. Ha trabajado para el Opus, el liberalismo neocon y para un trotskista y nunca habría adivinado quién iba a tratar peor a sus trabajadores. Intentó dejar el periodismo y vivir del cuento pero no le ha resultado fácil. Ahora estudia Economía a distancia.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. pisitófilos creditófagos

    La materia imponible perfecta para complementar la financiación de las pensiones es la inmobiliaria. No estamos ante un vaivén coyuntural. Estamos ante una crisis estructural del modelo popularcapitalista puesto a rodar a mediados de los 1980. El capitalismo ya tiene en marcha su nuevo modelo: la Era Cero. El capitalismo del s. XXI es sin inflación, con dinero abundante y barato y el crédito personalizado, y con grandes áreas monetarias en estabilidad cambiaria. España, de los países concernidos por la crisis popularcapitalista, es el primero importante en llegar al Estrangulamiento Financiero Total Final. No tiene otra posibilidad que abordar una Política de Rentas Integral con represión del rentismo improductivo. Hay tres medidas inmediatas: 1) liberar al sistema financiero del stock inmobiliario, actualmente congelado; 2) favorecer el inquilinato directamente con medidas de demanda, no de oferta, e indirectamente con medidas fiscales contra las rentas inmobiliarias, plusvalías incluidas; y 3) recargar el IBI personalizadamente explotando las bases de datos de la AEAT. La burbuja inmobiliaria es la causa de la causa de la crisis y, por tanto, lo inmobiliario es la clave e bóveda de su superación.

    Hace 7 años 10 meses

  2. Remedios

    Muy interesante la entrevista. Gracias.

    Hace 7 años 10 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí