1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Investigación

La cara oculta de las 'offshore' más ocultas

La masiva filtración de documentos del despacho Mossack Fonseca desvela el funcionamiento de las sociedades pantalla que, en algunos casos, ayudan a ocultar dinero procedente de actividades criminales.

ICIJ 19/04/2016

La Boca del Logo

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La mayor filtración de documentos de la historia del periodismo deja al descubierto el mundo de las sociedades offshore de 12 líderes mundiales, muchos de ellos en el poder. También ofrece detalles sobre los negocios secretos de 140 políticos y funcionarios públicos de todo el  mundo. Entre ellos destaca el Presidente ruso Vladimir Putin, cuyos asociados movieron hasta 2.000 millones de dólares a través de bancos y sociedades ocultas.

Los registros filtrados -que fueron revisados por un equipo de 376 periodistas de 76 países- provienen de un poco conocido pero poderoso bufete de abogados con base en Panamá: Mossack-Fonseca, con sucursales en Hong Kong, Miami, Zurich y otras 35 ciudades de todo el globo.

Son 11,5 millones de documentos que muestran cómo la industria global de bufetes de abogados y grandes bancos vende secreto financiero a políticos estafadores y traficantes de drogas, así como a billonarios, celebridades y estrellas deportivas.

Estos son algunos de los hallazgos clave de una investigación realizada durante un año por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), el diario alemán Süddeutsche Zeitung y más de 100 medios de comunicación del mundo, entre ellos CIPER.

Los archivos de Mossack Fonseca revelan sociedades offshore controladas por los primeros ministros de Islandia y Pakistán, el rey de Arabia Saudí y los hijos del Presidente de Azerbaiyán. También incluyen al menos a 33 personas y compañías que integran la lista negra del gobierno de Estados Unidos en base a evidencia de que han hecho negocios con capos mexicanos de la droga, organizaciones terroristas como Hizbulá y naciones que han violado tratados internacionales, como Corea del Norte e Irán.

Una de las compañías que aparece en estos registros suministró combustible, según las autoridades de EE.UU., a las aeronaves que el gobierno de Siria utilizó para bombardear y matar a miles de sus propios ciudadanos.

“Estos hallazgos demuestran cuán profundamente infiltradas están la criminalidad y las prácticas dañinas en el mundo offshore”, ha manifestado Gabriel Zucman, un economista de la Universidad de California en Berkeley y autor de La Riqueza Oculta de las Naciones: El Azote de los Paraísos Fiscales. Zucman ha añadido que la publicación de los documentos filtrados debería impulsar a los gobiernos a buscar “sanciones concretas” contra las jurisdicciones e instituciones que venden secretismo offshore.

En los archivos filtrados aparecen también líderes mundiales que han impulsado programas para combatir la corrupción. Así ocurre con las sociedades offshore vinculadas a la familia del líder chino Xi Jinping, quien ha jurado dar batalla contra los “ejércitos de corrupción” de su país, al igual que el Presidente ucraniano Petro Poroshenko, que se ha definido como un reformador en un país sacudido por escándalos de este tipo.

Los archivos también contienen nuevos detalles de los negocios offshore del difunto padre del Primer Ministro británico David Cameron, un líder que precisamente impulsa una reforma de los paraísos fiscales.

Los datos filtrados cubren casi 40 años --desde 1977 hasta fines de 2015-- y permiten una mirada inédita al corazón del mundo offshore: un vistazo día a día, década a década, de cómo el dinero sucio fluye por el sistema financiero global, generando crimen y despojando a las tesorerías nacionales de los preciados ingresos de impuestos.

La mayor parte de los servicios que la industria offshore provee son legales. Siempre y cuando quienes los utilicen acaten la ley. Pero los Papeles de Panamá  filtrados demuestran que, a menudo, bancos, firmas legales y otros actores offshore no han seguido los requerimientos legales necesarios para asegurarse de que sus clientes no estén envueltos en actividades criminales, evasión de impuestos o corrupción política. Incluso, los archivos revelan cómo en algunas instancias intermediarios offshore se protegieron a sí mismos y a sus clientes ocultando transacciones sospechosas o alterando registros oficiales.

Otro hecho importante que dejan claro esos documentos financieros es que algunos grandes bancos son importantes impulsores de la creación de compañías difíciles de rastrear en las Islas Vírgenes Británicas, Panamá y otros paraísos offshore. Los archivos contabilizan más de 15.300 sociedades pantalla que los bancos crearon para clientes que querían mantener ocultas sus finanzas. Entre ellas aparecen centenares que han sido montadas por gigantes de las finanzas internacionales como UBS y HSBC.

La investigación de esos registros permitió sacar a la luz un enjambre de maniobras encubiertas por bancos, compañías y personas vinculadas al líder ruso Vladimir Putin. Y descubrir que compañías offshore vinculadas a esta red mueven dinero en transacciones de hasta 200 millones de dólares de  una vez. Personas cercanas a Putin disfrazaron pagos, fecharon incorrectamente documentos y ganaron influencia de manera oculta dentro de los sectores de medios de comunicación y de automóviles en Rusia.

Un portavoz de Putin se negó a responder a las preguntas que se le hicieron  para llevar a cabao esta investigación. No obstante, el 28 de marzo afirmó públicamente que ICIJ y sus medios asociados estaban preparando un malintencionado ataque informativo” contra el presidente ruso y sus allegados.

La firma de abogados Mossack Fonseca es una de las principales creadoras de sociedades pantalla en el mundo, estructuras corporativas que pueden ser usadas para esconder a los propietarios reales de los bienes. Los archivos internos de este bufete filtrados contienen información sobre 214.488 entidades offshore relacionadas con personas en más de 200 países y territorios. ICIJ publicará la lista completa de compañías y personas vinculadas a ellas a principios de mayo.

Los datos que contienen esos registros incluyen correos electrónicos, formularios financieros, pasaportes y registros corporativos, todo lo cual deja al descubierto a los propietarios secretos de cuentas bancarias y compañías en 21 jurisdicciones offshore, desde Nevada a Singapur y las Islas Vírgenes Británicas.

Mossack Fonseca ha dejado sus huellas en el tráfico de diamantes en África, el mercado internacional del arte y otros negocios que se benefician del secretismo. La firma ha prestado servicios a tantos miembros de la realeza del Medio Oriente que todos ellos podrían llenar un palacio. Entre ellos, destacan dos reyes, Mohammed VI de Marruecos y el rey Salman de Arabia Saudí, a quienes Mossack Fonseca ayudó a salir al mar en lujosos yates.

En Islandia, los archivos filtrados muestran cómo el Primer Ministro Sigmundur David Gunnlaugsson [que ha tenido que dimitir por este asunto] y su esposa eran quienes controlaban de manera secreta una firma offshore que tenía millones de dólares en bonos bancarios islandeses durante la crisis financiera de ese país.

Los archivos dejan al desnudo las sociedades offshore de 29 de las 500 personas más adineradas del mundo que figuran en el ranking de la revista Forbes.

Entre las sociedades que aparecen en los registros de Mossack Fonseca, figuran seis de propiedad de la estrella de cine Jackie Chan. Y como sucede con muchos de los clientes de esa firma de abogados, no hay evidencia de que Chan haya usado sus compañías para fines ilegales. Tener una compañía offshore no es ilegal. Es más, para algunas transacciones de negocios internacionales es una opción lógica.

Lo que convierte a los documentos filtrados de Mossack Fonseca en un valioso registro, es que entre sus clientes aparecen estafadores que utilizan el “Esquema Ponzi” (estafas piramidales), capos de la droga, evasores de impuestos y al menos un criminal sexual condenado. Se trata de un hombre de negocios estadounidense condenado por haber viajado a Rusia para tener sexo con menores de edad, quien firmó papeles para una sociedad offshore mientras cumplía su condena de prisión en Nueva Jersey.

Los “Papeles de Panamá” contienen nueva información sobre grandes escándalos, desde el más infame robo de oro en Inglaterra hasta antecedentes secretos de los protagonistas de los sobornos que salpican a la FIFA, el ente que regula el fútbol mundial.

Los documentos filtrados revelan que el bufete de abogados de Juan Pedro Damiani, un miembro del Comité de Ética de la FIFA, tenía relaciones de negocios con tres hombres que han sido inculpados en el escándalo de los sobornos: el ex vicepresidente de la FIFA Eugenio Figueredo y Hugo y Mariano Jinkis, el dúo padre-hijo acusado de pagar sobornos para ganar los derechos de transmisión de eventos de fútbol para Latinoamérica. Los registros muestran que la firma de Damiani en Uruguay representó a una compañía offshore vinculada a los Jinkis y a siete compañías vinculadas a Figueredo.

En virtud de los descubrimientos de la investigación de ICIJ y sus medios asociados, el Comité de Ética de la FIFA inició una investigación preliminar sobre la relación entre Damiani y Figueredo. Un portavoz del Comité de Ética de este organismo confirmó que Damiani les informó el 18 de marzo de sus lazos financieros con Figueredo. Damiani lo hizo un día después de que ICIJ y sus periodistas asociados le enviaran preguntas detalladas sobre el trabajo de su firma de abogados para compañías ligadas al ex vicepresidente de la FIFA.

El mejor jugador de fútbol del mundo, el delantero del Barcelona Lionel Messi, también aparece en los documentos. Los registros muestran a Messi y a su padre como dueños de la sociedad panameña Mega Star Enterprises Inc. Esto, añade un nuevo nombre a la lista de sociedades pantalla que se sabe están vinculadas a Messi. Sus negocios offshore son hoy el blanco de un juicio por evasión de impuestos en España.

Los documentos filtrados demuestran que Mossack Fonseca trabaja de forma agresiva para proteger los secretos de sus clientes. En Nevada, por ejemplo, el bufete de abogados trató de protegerse a sí mismo y a sus clientes de las consecuencias de una acción legal en la Corte de Distrito de EE.UU. Lo hizo sacando papeles de su sucursal en Las Vegas y haciendo que sus técnicos borraran registros electrónicos de teléfonos y ordenadores.

Los archivos filtrados revelan también que la firma ofreció regularmente a sus clientes la posibilidad de fechar incorrectamente documentos para obtener ventajas financieras. Era una práctica tan común que, en 2007, un intercambio de correos electrónicos desvela a varios empleados de Mossack Fonseca hablando de establecer una estructura de precios: los clientes pagarían 8,75 dólares por cada mes que la fecha de un documento corporativo fuera atrasada.

En una respuesta por escrito a preguntas del ICIJ y sus socios los directivos de Mossack Fonseca afirmaron que la firma “no alberga o promueve actos ilegales. Sus acusaciones de que proveemos a los accionistas de estructuras supuestamente diseñadas para esconder la identidad de los verdaderos propietarios, son completamente infundadas y falsas”.

También dijeron que poner fechas atrasadas en documentos es una práctica bien fundada y aceptada, común en nuestra industria y cuyo objetivo no es encubrir o esconder actos ilegales”. Y que no podían responder preguntas sobre clientes específicos pues están obligados a mantener la confidencialidad de sus clientes.

El cofundador del bufete de abogados, Ramón Fonseca, dijo en una entrevista reciente en la televisión panameña que la firma no tiene responsabilidad por lo que los clientes hacen con las compañías offshore que ella ofrece. Comparó a su estudio con una fábrica de autos”, cuya responsabilidad termina una vez que el auto es fabricado. Culpar a Mossack Fonseca por lo que la gente hace con sus compañías, sería como culpar a la fábrica de autos si el auto se usa en un robo”, dijo.

Bajo escrutinio

Hasta hace poco Mossack Fonseca operaba principalmente en la sombra. A medida que los gobiernos han ido obteniendo filtraciones parciales de sus archivos, y las autoridades de Alemania y Brasil comenzaban a indagar en sus prácticas, el negocio ha ido saliendo a la luz.

En febrero de 2015, Süddeutsche Zeitung informó de  que algunos organismos judiciales de Alemania habían lanzado una serie de redadas apuntando a uno de los principales bancos del país, el Commerzbank. La investigación se refería a una evasión de impuestos que, según las autoridades de ese país, podría conducir a cargos criminales contra empleados de Mossack Fonseca.

En Brasil, el bufete de abogados se ha convertido en blanco del escándalo por sobornos y lavado de dinero que han provocado una grave crisis política. En enero, un fiscal brasileño definió a Mossack Fonseca como un “gran lavandero de dinero” y anunció la imputación de cargos criminales a cinco empleados de la oficina brasileña de la firma por su papel en la llamada “Operación Lava Jato”. Hasta ahora, figuran como acusados destacados políticos y se ha abierto una investigación sobre los bienes del popular ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El escándalo amenaza con la destitución en un juicio político de la Presidenta Dilma Rousseff.

Mossack Fonseca niega haber incumplido la ley en Brasil.

En lo que supone la mayor colaboración periodística de la historia, han trabajado 370 periodistas en más de 25 idiomas y han investigado el manejo interno de Mossack Fonseca rastreando los negocios secretos de los clientes de la firma alrededor del mundo. Compartieron la información y persiguieron pistas generadas por los archivos filtrados utilizando archivos corporativos, registros de propiedad, declaraciones financieras, documentos judiciales y entrevistas con agentes de la ley y expertos en lavado de dinero.

Reporteros del Süddeutsche Zeitung obtuvieron millones de registros de una fuente confidencial y los compartieron con ICIJ y otros socios. Los medios involucrados en esta investigación no han pagado por esos documentos.

Antes de que Süddeutsche Zeitung obtuviera esta filtración, las autoridades fiscales de Alemania compraron a un informante una serie más pequeña de documentos de Mossack Fonseca, antecedentes que impulsaron las redadas en Alemania a principios de 2015. Esos documentos se ofrecieron más tarde a las autoridades del Reino Unido, Estados Unidos y otros países.

La serie más grande de archivos obtenida por los periodistas ofrece mucho más que una simple mirada a los métodos de negocios de Mossack Fonseca y al catálogo de sus clientes. Permite una amplia mirada al interior de una industria que ha trabajado para mantener sus prácticas ocultas  y ofrece pistas sobre por qué los esfuerzos para reformar el sistema han fallado.

La historia de Mossack Fonseca es, en gran medida, la historia del mismísimo sistema offshore.

El crimen del siglo

Antes del amanecer del 26 de noviembre de 1983, seis hombres se infiltraron en el depósito de Brink’s-Mat en el Aeropuerto Heathrow de Londres. Los delincuentes ataron a los guardias de seguridad, los empaparon en gasolina, encendieron un fósforo y amenazaron con prenderles fuego si no abrían la bóveda del depósito. En su interior los ladrones hallaron casi 7.000 lingotes de oro, diamantes y dinero en efectivo.

Uno de los ladrones antes de marcharse dijo: “Muchísimas gracias por su ayuda. Que pasen una feliz Navidad”.

Los medios británicos llamaron al robo el “Crimen del Siglo”. Gran parte del botín --incluido el dinero conseguido al derretir el oro y venderlo-- nunca fue recuperado. Dónde fue a parar ese dinero es un misterio que sigue fascinando a los estudiosos del hampa inglés.

Ahora, algunos documentos de los archivos de Mossack Fonseca revelan que ese bufete y su cofundador, Jürgen Mossack, habrían ayudado a los ladrones a mantener el botín fuera del alcance de las autoridades, protegiendo a una compañía ligada a Gordon Parry, un operador londinense que lavaba dinero para Brink’s-Mat.

Quince meses después del robo, según los registros, Mossack Fonseca creó una sociedad pantalla en Panamá: Feberion Inc. Jürgen Mossack fue uno de los tres directores “nominales” de la sociedad, término usado en el negocio para los testaferros que controlan sobre el papel una compañía, pero no ejercen el control real sobre sus actividades.

Un documento interno escrito por Jürgen Mossack muestra que él ya sabía en 1986 que la sociedad Feberion estaba “aparentemente envuelta en el manejo de dinero del famoso robo de Brink’s-Mat en Londres. La compañía en sí no ha sido usada ilegalmente, pero podría ser que hubiera invertido dinero procedente de fuentes ilegítimas a través de cuentas bancarias y propiedades”.

Los registros de Mossack Fonseca evidencian que Parry era quien estaba detrás de la sociedad Feberion. En vez de ayudar a las autoridades a acceder a los bienes de Feberion, el bufete ejecutó acciones que impidieron a la policía del Reino Unido tomar el control de esa sociedad.

Según los registros filtrados, después de que la policía inglesa obtuviera los dos certificados que controlaban la propiedad de Feberion, Mossack Fonseca hizo que la sociedad emitiera 98 nuevas acciones, un movimiento que le habría arrebatado el control a los investigadores.

No fue hasta 1995 --tres años después de que Gordon Parry fuera sentenciado a prisión por su papel en el robo de oro-- cuando Mossack Fonseca dio por terminada su relación de negocios con Feberion.

Un portavoz de Mossack Fonseca señaló que cualquier vínculo con el robo de Brink’s-Mates enteramente falso”. Y agregó que Jürgen Mossack nunca tuvo vínculos con Parry y que la policía nunca le preguntó sobre este asunto. 

La defensa que hizo Mossack Fonseca de la dudosa compañía utilizada por los delincuentes ilustra lo lejos que muchos operadores offshore pueden llegar para servir a los intereses de sus clientes.

El sistema offshore depende de una amplia industria global de banqueros, abogados, contables y otros intermediarios que trabajan mancomunadamente para proteger los secretos de sus clientes. Estos expertos en secretismo usan compañías anónimas, fondos y otras sociedades pantalla para crear estructuras complejas que pueden ser usadas para disfrazar los orígenes del dinero sucio.

“Son la gasolina que impulsa el motor, una pieza extraordinariamente importante de la fórmula del éxito para las organizaciones criminales”, dice Robert Mazur, un ex agente antidrogas de Estados Unidos y autor de El Infiltrador: Mi Vida Secreta Dentro de los Bancos Sucios Detrás del Cartel de Medellín de Pablo Escobar .

Mossack Fonseca dijo al ICIJ que respetan tanto la letra como el espíritu de la ley. Porque hacemos eso, no hemos recibido cargos por acciones criminales en casi 40 años de operatividad”.

Los hombres que fundaron la firma décadas atrás --y que hoy continúan-- son bien conocidos en la sociedad y la política panameña.

Jürgen Mossack es un inmigrante alemán cuyo padre buscó una nueva vida para su familia en Panamá tras servir en la Waffen-SS de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Ramón Fonseca es un novelista premiado que ha trabajado como consejero del presidente de Panamá. En marzo de este año se tomó una baja como consejero presidencial después de que su firma fuera implicada en el escándalo de coimas en Brasil y que ICIJ y sus socios empezaran a hacer preguntas sobre las prácticas de la firma.

Desde su base en Panamá, una de las principales zonas de secreto financiero del mundo, Mossack Fonseca siembra compañías anónimas en ese país, en las Islas Vírgenes Británicas y otros paraísos fiscales.

La firma ha trabajado junto a grandes bancos y sociedades legales en otros países, como México, Estados Unidos, los Países Bajos y Suiza, ayudando a sus clientes a mover dinero o reducir sus pagos de impuestos, según se desprende de los registros secretos.

El análisis que hizo el equipo del ICIJ de los archivos filtrados desveló que más de 500 bancos, sus filiales y sucursales han trabajado con Mossack Fonseca desde los años 70 para asesorar a sus clientes en el manejo de compañías offshore. UBS estableció más de 1.100 compañías offshore a través de Mossack Fonseca. HSBC y sus filiales crearon más de 2.300.

En total, los archivos revelan que Mossack Fonseca trabajaba con más de 14.000 bancos, bufetes de abogados, gestores de compañías y otros intermediarios para establecer sociedades, fundaciones y fondos para clientes.

Mossack Fonseca dice que estos intermediarios son sus verdaderos clientes, no los eventuales clientes que usan compañías offshore. Y que esos intermediarios proveen niveles adicionales de supervisión a la hora de analizar a nuevos clientes. En cuanto a sus propios procedimientos, Mossack Fonseca dice que a menudo exceden “las reglas y estándares existentes a los que nosotros y otros estamos sujetos”.

En su afán de proteger a Feberion Inc., la compañía vinculada al robo de Brink’s-Mat, Mossack Fonseca utilizó los servicios de una firma con base en Panamá, Chartered Management Company, encabezada por Gilbert R.J. Straub, un estadounidense que tuvo un pequeño rol en el escándalo del Watergate.

Los archivos secretos indican que en 1987, mientras la policía del Reino Unido investigaba la sociedad pantalla, Jürgen Mossack y otros directores de paja de Feberion, renunciaron en el entendido de que serían reemplazados por nuevos directores designados por la Chartered Management de Straub.

Straub habría sido detenido en una operación de la Administración Antidrogas de Estados Unidos no relacionada al caso Brink’s-Mat, según Mazur, un ex agente encubierto. Mazur armó esa investigación, la que llevó a que Straub se declarara culpable de lavado de dinero en 1995. Según Mazur, durante su trabajo encubierto, Straub trató de establecer sus credenciales criminales describiendo cómo encaminó dinero de forma ilegal hacia la campaña de reelección de 1972 del presidente Richard Nixon.

Secretos y víctimas

El padre de Nick Kgopa trabajaba en una mina de oro en el norte de Sudáfrica y murió cuando Nick tenía 14 años. Los compañeros de trabajo de su padre dijeron que había muerto por exposición a químicos. Nick, su madre y su hermano menor, que es sordo, sobrevivieron gracias a cheques mensuales de un fondo para viudas y huérfanos de trabajadores mineros. Hasta que un día los pagos cesaron.

La familia de Nick fue una de las muchas que perdieron sus ingresos a causa de un fraude de inversión de 60 millones de dólares cometido por hombres de negocio sudafricanos. Los fiscales determinaron que un grupo de individuos conectados a una compañía, Fidentia, había conspirado para robar millones de dólares de fondos de inversión, entre ellos, el dinero que correspondía a los beneficios por muerte de los mineros y que mantenía a unas 46.000 viudas y huérfanos.

Los documentos filtrados de Mossack Fonseca muestran que al menos dos de los hombres involucrados en el fraude emplearon a ese despacho de abogados con base en Panamá para crear compañías offshore. Y también revelan la disposición de Mossack Fonseca para ayudar a uno de los estafadores a proteger su dinero, incluso después de que las autoridades lo vincularan públicamente con el escandaloso robo.

Estafadores como los Ponzi y otros embaucadores que roban grandes sumas usan de manera frecuente estructuras offshore para llevar a cabo sus operaciones y esconder las ganancias. El Caso Fidentia no es el único fraude a gran escala que aparece en los archivos de los clientes de Mossack Fonseca.

En Indonesia, por ejemplo, pequeños inversores aseguran que una compañía registrada por este despacho en las Islas Vírgenes Británicas se utilizó para estafar 150 millones de dólares a 3.500 personas.

“Necesitamos de verdad ese dinero para pagar la educación de nuestro hijo”, escribió un inversor indonesio a Mossack Fonseca, en 2007, después de que los pagos cesaran. “¿Pueden darnos alguna sugerencia sobre qué podemos hacer?”, preguntó el inversor en un inglés imperfecto tras ver el nombre de Mossack Fonseca en el folleto de publicidad del fondo de inversiones.

En el Caso Fidentia, los registros de Mossack Fonseca muestran que uno de los hombres posteriormente encarcelado en Sudáfrica por su participación en el fraude, Graham Maddock, pagó a Mossack Fonseca 59.000 dólares en 2005 y 2006 para establecer dos  compañías offshore, una de ellas llamada Fidentia North America. Los registros de la firma dicen que le dieron el servicio VIP”.

Mossack Fonseca también creó estructuras offshore para Steven Goodwin, un hombre que, según fiscales sudafricanos, había tenido un “papel instrumental” en la estafa de Fidentia. Cuando el escándalo se hizo público en 2007, los registros filtrados del bufete indican que Goodwin voló a Australia y luego a Estados Unidos, donde un abogado de Mossack Fonseca se reunió con él en un hotel de lujo en Manhattan para discutir sus propiedades offshore.

El empleado de la firma escribió después que él y Goodwin hablaron “en profundidad” sobre el escándalo de Fidentia y que él había convencido a Goodwin de proteger mejor” los bienes de su compañía offshore traspasándolos a un tercero. En su informe --que se encuentra en los registros-- el empleado de la firma dijo a sus colegas que Goodwin no estaba involucrado en el escándalo“de ninguna manera”: era solo “una víctima de las circunstancias”.

En abril de 2008, el FBI arrestó a Goodwin en Los Ángeles y lo envió de vuelta a Sudáfrica, donde se le declaró culpable de fraude y lavado de dinero. Fue sentenciado a diez años de prisión. Un mes después de la sentencia de Goodwin, un empleado de Mossack Fonseca sugirió un plan para frenar a los fiscales sudafricanos que debían indagar en los bienes vinculados a la compañía offshore de Goodwin, Hamlyn Property LLP, la que había sido creada para comprar bienes raíces en Sudáfrica.

El empleado propuso que un contador “prepare” (las comillas son del email original que aparece en el registro filtrado) auditorías para 2006 y 2007, que permitan tratar de prevenir que el fiscal tome acciones contra las entidades tras Hamlyn”. No está claro si la propuesta fue adoptada.

Mossack Fonseca no respondió a las preguntas de ICIJ sobre su relación con Goodwin. Un representante de Goodwin dijo a ICIJ que él “no tenía absolutamente nada” que ver con el colapso de Fidentia “o con cualquier cosa directa o indirectamente relacionada con las 46.000 viudas y huérfanos”.

Políticamente expuesto

El 10 de febrero de 2011, una compañía anónima en las Islas Vírgenes Británicas llamada Sandalwood Continental Ltd. prestó 200 millones de dólares a una también misteriosa firma basada en Chipre: Horwich Trading Ltd. Al día siguiente, Sandalwood asignó los derechos para reclamar pagos por el mencionado préstamo (incluyendo intereses) a Ove Financial Corp., otra misteriosa compañía de las Islas Vírgenes Británicas.

Por esos derechos, Ove pagó un dólar. Pero el rastro del dinero no terminó allí. Ese mismo día, Ove reasignó sus derechos para reclamar por el mismo préstamo a una compañía de Panamá: International Media Overseas. Esta sociedad también pagó un dólar.

En solo 24 horas el préstamo había atravesado, en el papel, tres países, dos bancos y cuatro compañías, haciendo prácticamente imposible rastrear la ruta del dinero. Había varias razones por las que quienes estaban detrás de la transacción podían querer disfrazarla, incluyendo el hecho de que el origen de los recursos venía desde muy cerca del líder ruso Vladimir Putin.

El Banco Rossiya, con base en San Petersburgo, una institución cuyo accionista mayoritario ha sido señalado como uno de los “cajeros” de Putin, había creado Sandalwood Continental y dirigido el flujo del dinero.

En cuanto a International Media Overseas, donde los derechos a los pagos con intereses del préstamo de 200 millones de dólares parecen haber terminado, era controlada en el papel por uno de los más viejos amigos de Putin: Sergey Roldugin, un chelista clásico y padrino de la hija mayor de Putin.

El préstamo de 200 millones fue una de las docenas de transacciones --que sumaron al menos 2.000 millones de dólares-- que se encontraron en los registros filtrados de Mossack Fonseca y que involucran a personas o compañías relacionadas a Putin. Formaron parte de una operación del Banco Rossiya, el que ganó influencia indirecta sobre el accionista mayoritario de la principal fábrica de camiones de Rusia, y que también amasó acciones secretas de la propiedad de un importante medio de comunicación en Rusia.

Los pagos sospechosos hechos por el círculo de Putin pueden haber sido en algunos casos sobornos a cambio de contratos y ayudas del gobierno ruso. Los documentos secretos de Mossack Fonseca sugieren que gran parte del dinero prestado que figura en los registros proviene de un banco en Chipre que por entonces tenía como dueño mayoritario al VTB Bank, controlado por el Estado ruso.

En una conferencia de prensa la semana pasada el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo que el gobierno no respondería al cuestionario de ICIJ y sus medios asociados, porque contiene preguntas que “han sido hechas cientos de veces y respondidas cientos de veces”. Peskov agregó que Rusia tiene “disponible todo un arsenal legal en el ámbito nacional e internacional para proteger el honor y dignidad de nuestro Presidente”.

Leyes nacionales y acuerdos internacionales obligan a los bufetes de abogados --como Mossack Fonseca-- que ayudan a crear sociedades y cuentas bancarias, a mantener la alerta ante clientes que puedan estar involucrados en lavado de dinero, evasión de impuestos u otros delitos. Y se les exige que presten especial atención a “personas políticamente expuestas” (PEP, funcionarios de gobierno o sus familiares o socios). Si alguien es “PEP”, los intermediarios encargados de crear sus compañías deben revisar sus actividades cuidadosamente para asegurarse de que no están envueltos en corrupción.

Mossack Fonseca dijo a ICIJ que ha “establecido políticas y procedimientos para identificar y gestionar los casos en que están involucrados individuos calificados como PEP”.

Sin embargo, es frecuente que  Mossack Fonseca no se percate de quiénes son sus clientes. Una auditoría interna de 2015 estableció que la firma conocía la identidad de los dueños reales de solo 204 de las 14.086 compañías que había incorporado en Seychelles, un paraíso fiscal en el Océano Índico.

Las autoridades de las Islas Vírgenes Británicas multaron a Mossack Fonseca con 37.500 dólares por violar reglas antilavado debido a que la firma incorporó una compañía para el hijo del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, pero no identificó la conexión, incluso después de que padre e hijo fueran acusados de corrupción. Una evaluación interna de la firma concluyó: nuestra fórmula de análisis de riesgo es seriamente imperfecta”.

En total, el análisis de los archivos de Mossack Fonseca realizado por el equipo de ICIJ, identificó a 58 familiares y asociados a primeros ministros, presidentes y reyes.

Los registros revelan, por ejemplo, que la familia del Presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, utilizó fundaciones y compañías en Panamá para mantener acciones secretas en minas de oro y bienes raíces en Londres. Los hijos del Primer Ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, también poseían bienes raíces en Londres a través de compañías creadas por Mossack Fonseca.

Los familiares de al menos ocho miembros actuales y pasados del Comité del Politburó de China, el principal cuerpo gubernamental de ese país, tienen compañías offshore manejadas a través de Mossack Fonseca. Entre ellos figura el cuñado del Presidente Xi Jinping, quien estableció dos compañías en las Islas Vírgenes Británicas en 2009.

Representantes de los líderes de Azerbaiyán, Pakistán y China no respondieron a las consultas formuladas.

La lista de líderes mundiales que utilizaron a Mossack Fonseca para establecer entidades offshore incluye al actual Presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien era director y vicepresidente de una compañía en Las Bahamas gestionada por Mossack Fonseca cuando era alcalde de Buenos Aires. Un portavoz de Macri ha explicado que el presidente nunca fue personalmente propietario de acciones en esa firma, que era parte de los negocios de su familia.

En 2014, durante los días más sangrientos de la invasión rusa en la región Donbas de Ucrania, los registros de Mossack Fonseca muestran que representantes del líder ucraniano Petro Poroshenko buscaron con urgencia una copia de una factura para completar el papeleo necesario para crear una compañía en las Islas Vírgenes Británicas. Un portavoz de Poroshenko dijo que la creación de esa compañía no tenía relación con “sucesos políticos o militares en Ucrania”.

Los consejeros financieros de Poroshenko dijeron que el presidente no incluyó a la firma de las Islas Vírgenes en su declaración financiera de 2014, porque ni esa compañía ni dos compañías relacionadas en Chipre y Países Bajos tenían bienes. Y afirmaron que esas sociedades eran parte de una reestructuración corporativa para facilitar la venta del negocio de confección de Poroshenko.

Cuando Sigmundur David Gunnlaugsson se convirtió en Primer Ministro de Islandia en 2013, ocultó un secreto que podría haber dañado su carrera política. Él y su esposa compartían la propiedad de una compañía offshore en las Islas Vírgenes Británicas cuando él entró al parlamento en 2009. Meses después, vendió su parte a su esposa por un dólar.

La compañía tenía bonos que originalmente valían millones de dólares en tres grandes bancos islandeses que colapsaron durante la crisis financiera global de 2008, lo que la hacía acreedora en sus bancarrotas. El gobierno de Gunnlaugsson negoció un acuerdo con los acreedores el año pasado sin revelar el interés financiero que  su familia tenía en el resultado.

Gunnlaugsson ha negado recientemente que los intereses financieros de su familia hayan tenido influencia en  su postura. Los registros filtrados no dejan claro si las posiciones políticas de Gunnlaugsson beneficiaron o redujeron el valor de los bonos que poseía a través de la compañía offshore.

En una entrevista con Reykjavik Media, medio asociado de ICIJ, Gunnlaugsson negó haber ocultado bienes. Cuando se le confrontó con el nombre de la compañía offshore a la que se lo vincula --Wintris Inc.-- el Primer Ministro dijo:“Me estoy empezando a sentir raro con estas preguntas porque parece que se me está acusando de algo”. Poco después, dio por terminada la entrevista.

Cuatro días después, su esposa hizo público el asunto. Escribió una nota en Facebook en la que afirmó que Wintris Inc. era de su propiedad y no de su esposo, y que ella había pagado todos los impuestos. Desde entonces, miembros del parlamento de Islandia han cuestionado por qué Gunnlaugsson jamás reveló la compañía offshore, y un legislador pidió la renuncia del Primer Ministro y su gobierno- [ Gunnlaugsson dimitió el 5 de abril].

El Primer Ministro contraatacó con un comunicado de ocho páginas, en él dijo que no se le había preguntado públicamente por su relación con Wintris, porque esta sociedad era realmente de propiedad de su esposa y porque era solo una compañía holding, no vinculada a actividades comerciales”.

Encubrimientos offshore

En 2005, el barco de turismo Ethan Allen se hundió en el lago George de Nueva York con un saldo de 20 turistas de avanzada edad ahogados. Después de que los supervivientes y las familias de los fallecidos pusieran una demanda, se enteraron de que la compañía turística no tenía seguro porque unos estafadores le habían vendido una póliza falsa.

En 2011, Malchus Irvin Boncamper, un contable de la isla caribeña de St. Kitts, se declaró culpable en una juzgado de EE.UU., por haber ayudado a los estafadores a blanquear las ganancias de sus fraudes.

Este hecho creó un problema a Mossack Fonseca: Malchus Irvin Boncamper había sido el testaferro --director “nominativo”-- de 30 compañías creadas por la firma.

Al enterarse de la condena criminal de Boncamper, Mossack Fonseca actuó rápidamente. Se impartieron instrucciones para que en sus oficinas se reemplazara a Boncamper como director de las compañías  y se modificaran las fechas de los registros para que apareciera en algunos casos que los cambios habían tenido lugar una década antes.

Lo ocurrido con Boncamper es uno de los ejemplos que aparecen en los archivos filtrados que muestran a Mossack Fonseca utilizando tácticas dudosas para ocultar sus métodos y las actividades de sus clientes de la vista de las autoridades legales.

En la “Operación Lava Jato” en Brasil, los fiscales pusieron de relieve que algunos empleados de Mossack Fonseca habían destruido y escondido documentos para enmascarar la participación de la firma en el blanqueo de capitales. Un documento policial señala que, en algún momento, un empleado de la sucursal brasileña de la firma envió un email pidiendo a sus compañeros que escondieran los registros relacionados con un cliente que podía ser blanco de una investigación policial: “No dejen nada. Los voy a guardar en mi auto o en mi casa”.

En Nevada, según indican los archivos filtrados, empleados del despacho de Mossack Fonseca trabajaron a finales de 2014 para oscurecer los vínculos entre la sucursal de la firma en Las Vegas y su central en Panamá, anticipándose a una orden de la Corte de EE.UU. de que entregaran información sobre 123 compañías incorporadas por la firma. Fiscales argentinos habían vinculado a esas compañías con base en Nevada con un escándalo de corrupción que involucró a un asociado de los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

En un intento por liberarse de la jurisdicción de la corte estadounidense, Mossack Fonseca aseguró que su oficina en Las Vegas, MF Nevada, no era una sucursal, por lo que no tenían control sobre ella.

Los registros internos de la firma demuestran lo opuesto. Mossack Fonseca sí controlaba la cuenta bancaria de MF Nevada, y sus cofundadores, junto a otro funcionario de la firma, eran propietarios del 100% de MF Nevada.

Para eliminar la evidencia de la conexión, la firma se preparó para sacar documentos de la sucursal y se dispuso a borrar los rastros informáticos del vínculo entre las operaciones de Nevada y Panamá, según muestran correos electrónicos internos. Una gran preocupación, según un correo electrónico, era que el gerente de la sucursal podía ser demasiado “nervioso” para llevar a cabo la tarea, lo que podía facilitar que los investigadores descubrieran que estamos escondiendo algo”.

Mossack Fonseca declinó responder a preguntas sobre los casos de Nevada y Brasil, pero negó de forma genérica que hubiera obstruido investigaciones o encubierto actos impropios: No es nuestra política esconder o destruir documentación que pueda ser de utilidad para alguna investigación o procedimiento”.

Reformar el mundo secreto

En 2013, el líder del Reino Unido, David Cameron, urgió a los territorios de ultramar de su país -incluidas las Islas Vírgenes Británicas- a trabajar en conjunto para “poner nuestras casas en orden” y unirse en la lucha contra la evasión de impuestos y el secretismo offshore.

Cameron no tenía más que mirar hacia su difunto padre para ver lo difícil que iba a ser.

Ian Cameron, un multimillonario corredor de bolsa, era un cliente de Mossack Fonseca que utilizó la firma para esconder su fondo de inversión, Blairmore Holdings Inc., de los impuestos en el Reino Unido. El nombre del fondo provino de Blairmore House, la antigua residencia de su familia en el campo. Mossack Fonseca registró el fondo de inversión en Panamá a pesar de que muchos de sus inversores clave eran británicos. Ian Cameron controló el fondo desde su creación en 1982 hasta su muerte en 2010.

Un prospecto para inversores decía que el fondo “debería ser gestionado y manejado de manera que no fuera residente en el Reino Unido, por propósitos de impuestos”. Los registros filtrados indican que el objetivo se logró usando certificados de propiedad imposibles de rastrear --“acciones al portador”-- y empleando funcionarios “nominales” con base en Bahamas.

La historia de Ian Cameron con los paraísos fiscales es un ejemplo de cuán profundamente arraigado está el secreto offshore en las vidas de las élites políticas y financieras alrededor del mundo. También es un importante motor económico para algunos países. Ese factor ha hecho que las reformas sean difíciles.

En Estados Unidos, por ejemplo, jurisdicciones como Delaware y Nevada, que han permitido que los propietarios de compañías permanezcan en el anonimato, siguen oponiéndose a los intentos por imponer más transparencia corporativa.

Por miedo a que su industria offshore se quede en desventaja competitiva, Panamá, país de origen de Mossack Fonseca, ha rehusado adoptar un plan para el intercambio mundial de información sobre cuentas bancarias. Funcionarios de ese país dicen que intercambiarán información, pero a una escala más modesta.

El desafío al que se enfrentan los reformadores y legisladores es cómo descubrir y detener el comportamiento criminal cuando éste está enterrado bajo varias capas de secretismo. Las herramientas más efectivas para desvelar este secretismo han sido las filtraciones de documentos offshore que han sacado a la luz los negocios ocultos.

Filtraciones de documentos investigados y develados por ICIJ y sus medios asociados han impulsado investigaciones oficiales y el avance en la legislación en docenas de países. Esas publicaciones también han provocado efecto en clientes offshore ante el temor de que sus negocios secretos pudieran ser descubiertos.

En abril de 2013, después de que ICIJ publicara sus artículos de “Filtraciones Offshore”, basadas en documentos confidenciales de las Islas Vírgenes Británicas y Singapur, algunos clientes de Mossack Fonseca escribieron a la firma pidiendo que se les asegure que sus bienes offshore estarían a salvo del escrutinio.

La respuesta de Mossack Fonseca fue que no se preocuparan, que su compromiso con la privacidad de sus clientes “siempre ha sido una prioridad, y en ese sentido, su información confidencial se almacena en nuestro centro de datos de alta tecnología, y toda comunicación dentro de nuestra red global se lleva a cabo a través de un algoritmo de encriptación acorde a los estándares mundiales más altos”.

------------------------------------

Esta investigación ha sido realizada y escrita por Bastian Obermayer, Gerard Ryle, Marina Walker Guevara, Michael Hudson, Jake Bernstein, Will Fitzgibbon, Mar Cabra, Martha M. Hamilton, Frederik Obermaier, Ryan Chittum, Emilia Díaz-Struck, Rigoberto Carvajal, Cécil Schilis-Gallego, Marcos García Rey, Delphin Reuter, Matthew Caruana-Galizia, Hamish Boland-Rudder, Miguel Fiandor y Mago Torres.

Fuente: http://ciperchile.cl/2016/04/03/the-panama-papers-las-secretas-finanzas-offshore-de-lideres-mundiales-empresarios-y-celebridades/

Traducción: Centro de Investigación Periodistica de Chile- CIPER y Diario ABC Color de Paraguay

El artículo ha sido publicado por Sinpermiso

La mayor filtración de documentos de la historia del periodismo deja al descubierto el mundo de las sociedades offshore de 12 líderes mundiales, muchos de ellos en el poder. También ofrece detalles sobre los negocios secretos de 140 políticos y funcionarios públicos de todo el  mundo. Entre...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Andres

    Y dale con Putin. Joder que mania, el unico que esta haciendo frente a la "comunidad internacional" (banda de ladrones capitalistas y asesinos) a las democracias occidentales (o sea, los regimenes capitalistas) y etc. En realidad la banda de USA y sus escuderos: Gran Bretaña, Canada, Australia e Israel. Luego los mozos de cuadra: Francia, Alemania... Y por ultimo los palanganeros entre los que nos encontramos. Que todo esto no sirve de nada lo vemos a diario, el ministro Montoro, conocido como el murcielago o la rata tanto por su aspecto fisico como moral ya amnistio a la parte española, y rusos y chinos lo ven como lo que es: una maniobra mas para instaurar regimenes "amigos" o al menos dirigentes amigos como el añorado borracho profesional Yeltsin. Lastima que Asia ya no traga. Ni Rusia ni China le daran la mas minima credibilidad a esta patochada. Espero que Asia meta en cintura a este desnortado, egoista y criminal pingajillo asiatico pomposamente denominado continente europeo. De continete nada un arrabal de Asia.

    Hace 7 años 11 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí