1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

El edificio de la corrupción del PP se derrumba por dentro

Las puertas giratorias de economistas y abogados del Estado, la amnistía fiscal y la pérdida de las cajas abren nuevos canales de información

Rubén Juste de Ancos 30/03/2016

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Cuestionar la concepción aristotélica del “movimiento”, tan beneficiosa para el antropocentrismo católico, y una barrera para la Física, no fue fácil. Gracias a esta, se sostenía la versión profana del catolicismo: la existencia de ánima o alma permitía explicar el movimiento de los cuerpos y los astros. El movimiento de seres inanimados necesitaba de una causa eficiente (una piedra debía ser movida por un ser o ente animado), mientras los seres animados poseían un movimiento propio. Esta cosmovisión fue reiteradamente discutida por Galileo, y fue superada definitivamente con Newton. La ley de la inercia afirma desde entonces que todo cuerpo sobre el que no actúa ninguna fuerza permanece en movimiento inalterado.

Algunas rémoras inquisitoriales aparecen al tratar de interpretar fenómenos sociales como la corrupción, alimentándose aún de férreos dogmas de fe: los políticos se convierten en motor de la corrupción, sin que actúen fuerzas externas que modifiquen el curso de sus movimientos. La corrupción es propia de determinados cuerpos, una esencia intrínseca, cual enfermedad, que hace que se distinga entre cuerpos corruptos y otros no corruptos. De ahí que no se mencionen nunca fuerzas externas como los empresarios, o la forma de Estado, heredero directo del Estado franquista. Mucho menos un modus operandi recurrente organizado institucionalmente, como es el caso de la corrupción en el Partido Popular.

Desgraciadamente, la vivencia de unos años noventa en diferido (los casos Juan Guerra, Naseiro, Prenafeta replicados en los casos Campeón, Gürtel y Pujol), y la amplificación de casos mediáticos y no judicializados como el de Monedero, Errejón o Irán han terminado por instalar la tesis esencialista, identificando los diferentes casos como equivalentes.

Para avanzar en un análisis más objetivo de la corrupción, si bien es evidente que no existe una fórmula matemática, hay ciertos elementos que se repiten en la ecuación, como fuerzas que intervienen en el curso que toman los sujetos implicados. Una fuerza que actúa en el curso de concesiones, privatizaciones, adjudicaciones que, debiendo tener en cuenta ante todo el interés público, se han podido hacer teniendo en cuenta un interés privado, clientelar, para un conjunto social determinado: la carencia de controles, las conexiones privilegiadas, el control de la información y el poder político condicionan el movimiento de los implicados.

Abogados del Estado

En primer lugar, existe una forma de Estado heredada, connivente por naturaleza, llena de espacios opacos, que, de forma ininterrumpida, han estado carentes de mecanismos de rendición de cuentas. Un simple dato: 32.000 funcionarios del aparato duro del franquismo (sindicato vertical, movimiento nacional o prensa oficial) fueron absorbidos en su totalidad por otros ministerios. Dentro del aparato heredado, destaca un conjunto, la burocracia de élite: los cuerpos superiores del Estado (abogados del Estado, inspectores de Hacienda, economistas del Estado) habituados a moverse por direcciones generales, subsecretarías o empresas públicas con relativa autonomía y opacidad. En la actualidad, su poder se traduce en que el 10% de los abogados del Estado acaba en el Ibex, y 25 de las 35 empresas cuentan con al menos uno de ellos en sus filas. Hay que recordar que la Abogacía del Estado presta los servicios de asistencia jurídica al Estado y otras instituciones públicas, como en el caso de la infanta Cristina, un indicador de la actuación controvertida de este grupo. La abogada del Estado María Dolores Ripoll dejó boquiabiertos a todos con la famosa sentencia exculpatoria para Cristina: “Hacienda somos todos es solo un eslogan”.

La cooptación de altos cuerpos del Estado es muy común en el Ibex, particularmente inspectores de Hacienda, economistas del Estado y abogados del Estado. La mayoría de los que están en el Ibex35 acaban en el sector bancario y las antiguas empresas públicas. Y terminan siendo muy útiles, como lo fue Arturo Romaní, abogado del Estado y arquitecto financiero del Banesto de Mario Conde.

Consigo no sólo llevan una mochila con una buena formación valorable en el mundo privado, el know-how como dirían hoy en día. También tienen información muy concreta sobre el funcionamiento de determinadas áreas del Estado. Este es el caso de máximos de entidades estatales y reguladores que han pasado al bando contrario: Belén Romana (directora del banco malo, el Sareb), quien adjudicó un lote al Santander, es consejera ahora del banco. Por el mismo camino pasó un gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, técnico comercial del Estado desde 1957; aquel que intervino Banesto, y bajo cuyo mandato se adjudicó al Banco Santander, el mismo banco para el que acabó trabajando Rojo. Otro ejemplo es el de Guillermo de la Dehesa, técnico comercial y economista del Estado desde 1968, y máximo responsable en la política de privatizaciones del PSOE, consejero también del Santander.

Otro caso es el del delfín de Amancio Ortega: Pablo Isla, abogado del Estado desde 1988, el máximo responsable del Estado en Telefónica y Tabacalera como director de Patrimonio en el Ministerio de Hacienda (1996-2000), durante el periodo en que ambas joyas de la corona fueron privatizadas. Terminó siendo consejero de Telefónica y presidente de Altadis (anteriormente Tabacalera) después de su privatización y hoy es el CEO de Inditex. No hubo paréntesis. En un abrir y cerrar de ojos, de estar representando los intereses del sector público pasó a representar los intereses del BBV o de Chase Nominees, como máximos accionistas de cada una de las empresas. Abogada del Estado también es Soraya Sáenz de Santamaría, y su marido, Iván Rosa Vallejo, que fichó como asesor jurídico de Telefónica en marzo de 2012, tres meses después de que ella asumiera la vicepresidencia del Gobierno. La Abogacía del Estado redactó un informe que no encontraba conflicto de interés, alegando que este era asesor jurídico y no el máximo responsable del servicio jurídico.

La cooptación de miembros de los cuerpos del Estado se produce sobre todo en la última legislatura del PSOE y la primera del PP, cuando las empresas públicas (aun parcialmente privatizadas) reclutaban para sus consejos a miembros de estos cuerpos. Posteriormente, el Partido Popular complicó la relación incestuosa: introduce el aparato del partido como núcleo vertebrador, enviando a cargos electos a empresas por medio de las cajas de ahorro, accionistas de referencia en estas empresas y prestamistas de referencia. Además, deslocaliza el sistema de financiación y padrinazgo en el partido. Es decir, no es sólo Génova quien aúpa a empresarios, sino Valencia o Madrid las que se encargan de hacerlo, con relativa autonomía. A diferencia de los casos del PSOE y el primer PP, en estos casos se revierte el papel de gestor e intermediario de lo económico: privatizando el servicio o la empresa, el PP es el dueño y acreedor del negocio.

La relación social construida desde entonces posicionaba a un cargo electo del PP junto con un empresario, beneficiario de concesiones y créditos, y benefactor posterior del partido. La supervivencia de dicha relación quedaba garantizada por el monopolio del poder, aquel ejercido en las autonomías y municipios en que actuaban, en el control férreo de la información procedente de las cajas de ahorro que utilizaban y, finalmente, en la mayoría absoluta que les permitía actuar en solitario desde 2012.

Pero la ambición del PP ha terminado por cavar su propia tumba, pues mantener el control del Estado, del partido y de las cajas es imposible. De este modo, progresivamente se le han ido abriendo frentes de lucha, primero con miembros del partido, luego con las cajas, y simultáneamente con el Estado. Esa lucha ha ido cercando al PP, hasta situarse en las mismas entrañas del Estado, favorecida por “versos libres” de sectores del gobierno. Detrás, existen grupos interesados en su caída y en la de sus aliados empresarios.

La primera denuncia que abre el caso Gürtel / Bárcenas viene por un miembro del partido, José Luis Peñas, concejal en Majadahonda, quien denunció en 2007 en la Fiscalía Anticorrupción que recibió 260.000 euros de la trama de Correa. Los primeros daños colaterales empezaron a notarse en 2009, con la imputación en febrero de los diputados autonómicos Alberto López Viejo, Alfonso Bosch Tejedor y Benjamín Martín Vasco. En marzo, el hilo lleva al juez Garzón a Valencia, imputando a Francisco Camps y a Ricardo Costa, involucrados a partir de los regalos hechos por la trama de Correa. Desde entonces, un torrente de imputaciones ha inundado los pisos de Génova, de abajo arriba, hasta los quinientos imputados.

El proceso judicial abierto con el caso Gürtel da paso a una guerra dentro del partido por el control de la información. Entonces el control dependía del monopolio de la información sobre los testigos de la causa, principalmente sobre aquellos que controlaban información sobre las diferentes ramificaciones de la trama: Bárcenas como registro de salida (Caja B de sobresueldos en el partido), Correa como registro de entrada, como intermediario de Génova con empresarios hasta la llegada de Rajoy, y como donante en el PP de Madrid y Valencia posteriormente. Según la declaración de Correa a eldiario.es, el trato era así: “Yo recaudaría en beneficio de Luis Bárcenas. Ignoro si este señor tenía otros compromisos, en todo caso la distribución del dinero la ordenaba él siempre. Luis Bárcenas se ocupaba del diálogo con los políticos y yo con los empresarios".

Esto requería prestar ciertas garantías, primero, materiales: en tanto a Bárcenas le pagaron el abogado, secretaria, coche y sueldo. Segundo, en el caso de los implicados en las empresas de la trama, evitando la propagación de la información: declaraciones y grabaciones con los nombres del otro lado de la relación, empresarios e intermediarios.

La UDEF y la UCO

Respecto a la información recabada, dos han sido los cuerpos de investigación más activos en las causas: la UDEF, creada por Zapatero, fue la encargada de los pinchazos telefónicos a Correa, por los cuales acabó siendo apartado Garzón. Y la UCO, de la Guardia Civil, ha extendido la trama hasta Alejandro De Pedro e Ignacio González, con la conexión con el ático de Estepona y las facturas infladas del Canal de Isabel II; también estuvieron a cargo de la Operación Púnica, que implicaba a cargos políticos del PP y del PSOE, y que llevó a la cárcel a Granados y Marjaliza. Ambos son dependientes del Ministerio del Interior. Desde 2012, el comisario de la UDEF era Manuel Vázquez López, recientemente nombrado por el gobierno en funciones jefe superior de Policía en Galicia. El anterior jefe de la UDEF en la etapa de Zapatero fue José Luis Olivera, que, lejos de ser apartado, fue aupado por Rajoy al recién creado Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el centro de inteligencia del Ministerio del Interior. Fue, además, uno de los enviados junto al policía Marcelino Martín Blas (jefe de Asuntos Internos) a Cataluña en las elecciones catalanas de 2012, para negociar con los fiscales el registro de la sede de Convergencia.

La UDEF se ha convertido, por su acceso a entramados sofisticados de corrupción, en referencia en el área de blanqueo de capitales. Y de ahí, en la nueva puerta giratoria del Estado. En 2013, el jefe de Brigada de Blanqueo de Capitales y una inspectora dejaron el cuerpo para pasar a la empresa privada. Otros tres miembros de la UDEF dejaron el cuerpo recientemente para fichar por Repsol. El sector más interesado es el bancario, obligado a crear un sistema de vigilancia tras la Ley de prevención de blanqueo de capitales y terrorismo de 2010. Tres miembros han traspasado el muro de lo público para pasar a Barclays, Deutsche Bank y Western Union.

La amnistía fiscal

Otra quiebra sobre el monopolio de la información se producirá con la polémica amnistía fiscal de 2012, que permitió a 31.529 personas regularizar unos 50.000 millones de euros (a cambio del pago del 10% calculado únicamente sobre los últimos cuatro años), que se mantenían fuera del control de Hacienda, y muchos de ellos de origen ilícito. Desde entonces, intervendrán dos agencias activamente sobre casos de corrupción que afectan al PP: el Sepblac desde el Ministerio de Economía, encargado de hacer los informes, y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), con categoría de policía judicial, desde el Ministerio de Hacienda. A la amnistía acudió Bárcenas, también Rodrigo Rato por sus cuentas en Suiza, Gibraltar, las Islas Vírgenes. Y Diego Torres, el socio de Urdangarin. La Sepblac calculó que existían otros 300 cargos públicos susceptibles de ser investigados por la unidad especial para casos de gran relevancia, la Onif. La detención de Rato por el SVA desató las alertas en Génova: el Ministerio del Interior y Fernández Díaz dejaban de ser la avanzadilla en estos casos.

La relación promiscua entre grandes empresarios y cajas de ahorro controladas por los mandarines del PP tiene un punto de quiebra con la intervención de Bankia en junio de 2012. A partir de entonces, el monopolio ejercido sobre la información de las cajas pasa a ser dirigido por el Ministerio de Economía de Luis de Guindos. Gracias a su control del FROB sobre Bankia, y a la información recopilada por el Sepblac (dependiente de éste), accede a información sensible como las tarjetas black, o los créditos blandos al miembros del consejo, como Gerardo Díaz Ferrán, Miguel Blesa o Arturo Fernández. Como dijo De Guindos, “es el Ministerio de Economía el que saca toda la porquería de Bankia y claro, a mí me ha afectado (…) Recuerdo que fui al Congreso al día siguiente y mis compañeros me decían: 'oye y ¿por qué has sacado eso?'”. Hay que recordar que De Guindos no es afiliado al PP, y se mantiene como técnico independiente procedente de la banca de inversión, de Goldman Sachs.

De este modo, la intervención de Bankia o la amnistía fiscal, dos medidas de Rajoy, han hecho que Montoro y De Guindos se conviertan en la Judith del PP: desde dentro han atentado contra el monopolio de la información del Ministerio del Interior, al cual acudió buscando respaldo Rato, en aquella famosa reunión con Fernández Díaz.

Tras la ruptura de la presa, a la trama de corrupción gestada en el PP, que dio lugar a una relación simbiótica entre empresarios de la construcción y cargos políticos, no le queda más que aguantar, en funciones, a la espera de que los nuevos poderes económicos tomen el terreno ganado por el PP en los últimos años. Pero estos ya han tomado posiciones, fuera y dentro del Estado. Las puertas giratorias les llevan desde hace años a los despachos del Ministerio de Economía y el de Hacienda, y recientemente al FROB y el Sareb.

La pérdida del monopolio de la información -y pronto la del poder- ha terminado por revertir la posición del PP que, siendo hasta ahora el amo, se encuentra acorralado. De ahí que Rajoy (interpretando al aristócrata Tony en El sirviente  de Joseph Losey) implore a los posibles inquilinos: “¿Qué quieres de esta casa?”, mientras los nuevos poderes le contestan, con ironía: “¿Querer?, yo sólo soy el sirviente”.

Cuestionar la concepción aristotélica del “movimiento”, tan beneficiosa para el antropocentrismo católico, y una barrera para la Física, no fue fácil. Gracias a esta, se sostenía la versión profana del catolicismo: la existencia de...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Rubén Juste de Ancos

Doctor en Sociología. Asesor de Unidos podemos en el Congreso. Amante del periodismo de Marx e Ida Tarbell. Esta decía que "no hay medicina más efectiva para llegar a los sentimientos de un público fervoroso que las cifras".

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

5 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Anton

    Muy bueno, ahora a describir las oposiciones que permiten seleccionar a esa mafia, desde los tribunales a los "entrenadores" desde los apellidos hasta los favores... Aceite de Redondela incluido..... Uy, uy, uy...

    Hace 7 años 11 meses

  2. Manolo

    Este año voy a poner en práctica lo de que Hacienda somos todos es solo un slogan. Que paguen los ricos.

    Hace 7 años 11 meses

  3. Adry

    Muy bueno.

    Hace 7 años 11 meses

  4. Gus

    Imprescindibles estos artículos. ¡Enhorabuena por el gran trabajo!

    Hace 7 años 11 meses

  5. Gloria

    Gracias, Rubén, y ¡vuelve!

    Hace 7 años 11 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí